Tres preguntas que debe preparar un empleado si va a reunirse con su jefe

Por regla general, las reuniones con los directivos o responsables de una empresa suelen ser momentos en los que la mayoría de trabajadores se ponen nerviosos. Ya sean buenas o malas noticias, estos plazos de tensión previos a conocer cuál es el motivo por el que nos han convocado pueden llegar a generar episodios de ansiedad y estrés. Una vez entramos a la sala en la que nos están esperando o a la que nos han citado, estas emociones pueden descontrolarse.

Para poder superar con éxito estos encuentros, los profesionales de recursos humanos aconsejan anticiparnos a las posibles cuestiones que puedan plantear los jefes y de esta forma tener una respuesta preparada para que los nervios no nos traicionen. Estas son algunas de las preguntas con las que tendremos que tener cuidado si vamos a reunirnos con nuestros responsables.

Opiniones sobre compañeros

Estas cuestiones no son nada oportunas y debemos esquivarlas de la mejor manera posible. En el que caso de que queremos comentar algo sobre la actitud de alguno de los compañeros, habrá que hacerlos de manera objetiva y en lo que se refiere a su desempeño laboral. Comentarios como "es antipático" o "siempre está de mal humor", pueden estar mal vistos por el director.

Previsión de futuro

Una de las preguntas más repetida en las empresas cuando tenemos que hablar con nuestros responsables son las relaciones con el futuro y nuestras previsiones. "¿Dónde te ves dentro de 5 años?" o "¿cuáles son tus objetivos a largo plaza dentro de la compañía?", son algunos ejemplos. La mejor forma de contestar a esto es explicándoles que el desarrollo profesional es un valor que tenemos en cuenta en el día a día.

Valor su trabajo

En ocasiones los directivos quieren saber cómo está siendo su trabajo al frente de la empresa. Para obtener esta información, más allá de los resultados que pueda obtener la compañía, querrán conocer qué imagen tienen los empleados de ellos. "¿Qué te parece mi labor como gerente?" o "¿qué opinión tienes de mi persona?", son algunas de las cuestiones que podrían plantearnos. La mejor forma de responder a esto es con honestidad, pero sobre todo, respaldando nuestros comentarios con acciones o decisiones concretas, para ejemplificarlo mejor.