La segunda vida de los exfutbolistas: la psicología deportiva se asienta en la élite

Liverpool's German manager Jurgen Klopp applauds s
Liverpool's German manager Jurgen Klopp applauds s

Hubo un tiempo en el que ser entrenador de fútbol era una tarea complicada y con múltiples aristas: había que encargarse de dirigir al equipo en los partidos, pero también en los entrenamientos -diseñando un plan específico para los porteros y otro para la preparación física-, así como llevar un bote de espray antinflamatorio para ayudar a un jugador lesionado... O ejercer de improvisado psicólogo ante los problemas mentales de la plantilla. Con el tiempo, los preparadores físicos, de porteros y los médicos se fueron incorporando a la estructura del club. Y, desde hace unos años, la psicología deportiva se ha hecho un hueco en el deporte rey, hasta el punto de que en los últimos tiempos ya es imprescindible en la élite del fútbol.

El último en sumarse a esta tendencia ha sido el Liverpool de Jürgen Klopp, que ha contratado los servicios del exjugador Lee Richardson, reconvertido en psicólogo deportivo, para delegar en él el tratamiento del aspecto anímico y emocional de su plantilla. Eso sí, "no se trata de comprobar si los chavales pueden comportarse mejor", tal y como apunta el técnico alemán, sino de concentrar un aspecto básico en el desarrollo de una persona, como es la psicología, en un solo experto.

El caso del Liverpool no es aislado. Sin embargo, sí es paradigmático de una nueva realidad: los clubes confían más en exfutbolistas, parte del gremio, que en psicólogos deportivos que no hayan sudado la camiseta en un campo de fútbol. Hace unos años, la noticia era que Patricia Ramírez, ajena al mundo del fútbol -y, además, mujer-, fuese la psicóloga del Betis; en cambio, en la actualidad, la psicología deportiva ha encontrado una vía de entrada con menos resistencias -gremiales y patriarcales- a través de los profesionales que, además, han sido futbolistas. 

La experiencia es un valor añadido

En España, el periodista y exfutbolista Alfredo Matilla lo ha comprobado en su propia piel. Es uno de los siete integrantes del proyecto Train Your Mind, una empresa que se encarga de llevar el plano psicológico de los equipos. Y, en poco más de año y medio de vida, ya tienen bastante éxito: hasta la fecha, trabajan con una decena de clubes de fútbol, además de "federaciones, ayuntamientos, deportistas a nivel individual... Y hacemos, sobre todo, mucho trabajo de formación. Trabajamos en la prevención y solución de problemas, que es un porcentaje muy pequeño de lo que hacemos; y, luego, se trabaja mucho el tema de los valores, sobre todo en canteras, y también en la mejora del rendimiento deportivo".

Matilla formó parte de la hornada del Albacete Balompié de la que salió gente como Pablo Ibáñez -excentral del Atlético de Madrid y de la Selección Española-. Dejó su carrera como jugador para centrarse en sus estudios y en el periodismo, pero nunca ha renunciado al fútbol. De hecho, considera que su experiencia en los terrenos de juego aporta un punto extra a su formación -tiene un máster en Psicología Deportiva-, como en el caso de sus compañeros en TYM. "Todos ellos son exdeportistas y conocen de primera mano cómo se puede sentir un deportista" en un momento dado.

Especialmente, por el nivel de estrés que puede generar la alta competición: "Por ejemplo, estamos en el Espanyol en el equipo de e-sports. Y ahí no te contratan porque haya un problema, sino porque quieren dar un salto de calidad. E, igual que contratan a analistas, a preparadores físicos y demás, el equipo de psicólogos lo que les da es ese plus de calidad en otro aspecto". En este sentido, el psicólogo encargado de los e-sports, Isaac Martín, se especializa en dos aspectos: la gestión del estrés y el control de las emociones. ¿La clave de su éxito? Haber sido 'gamer'.

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