Riesgo sobre la deuda

Así puede afectar a los mercados una subida anticipada de tipos en EEUU

Las actas de de la Fed muestran que los miembros del banco central están preparados para ejecutar esa primera subida lo anticipado si la presión inflacionaria se mantiene alta.

El bono de EEUU desoye a Powell y sigue subiendo ante el acelerón económico
Powell será el encargado de endurecer la política monetaria de EEUU.
EFE

Los mercados descuentan cada vez más la subida de los tipos de interés en Estados Unidos. Los inversores de renta fija están señalando que la Reserva Federal tendrá que aumentar el precio del dinero antes de lo esperado ante el empuje de la inflación, lo que podría generar efectos directos en el coste de la deuda e indirectos sobre las bolsas, según los expertos.

Por lo pronto, la rentabilidad de los bonos del Tesoro a 2 años ha pasado del 0,5% a principios de noviembre al 0,64% de esta misma semana. La medida sugiere que los inversores esperan que la Fed suba los tipos para combatir la inflación, que sigue siendo más alta de lo esperado, debido a la creciente demanda de los consumidores y las cadenas de suministro que luchan por igualar la demanda. De hecho, las actas de de la Fed muestran que los miembros del banco central están preparados para ejecutar esa primera subida lo anticipado si la presión inflacionaria se mantiene alta.

Ese argumento está calando ya en los diferenciales crediticios entre la deuda corporativa y la gubernamental. El índice de Bank of America de bonos corporativos de grado de inversión muestra que, en conjunto, el diferencial sobre los rendimientos de los bonos del Tesoro ha aumentado a 0,94% desde el 0,89% a principios de este mes, ya que los inversores han abandonado los bonos corporativos en previsión de aumentos de tipos que podrían desacelerar el crecimiento económico y presionar los beneficios. En consonancia, los diferenciales crediticios de los bonos corporativos con grado de inversión en sectores más sensibles desde el punto de vista económico están aumentando frente a la deuda pública.

La dinámica parece clara. Las emisiones de bonos a diez años de las empresas manufactureras en el S&P 500 rinden 1,08% más que los bonos a 10 años, según datos de FactSet, un aumento desde el diferencial del 0,99% visto en los niveles más bajos de noviembre. El diferencial de los bonos corporativos en el sector energético ha aumentado a 1,41% desde los mínimos de noviembre en el 1,2%. “El mercado espera una o dos subidas [de tipos] el próximo año y es por eso que está viendo un aumento de los diferenciales de crédito”, asegura John Ham, asesor patrimonial de New England Investments & Retirement Group.

El impacto a corto y medio plazo en Wall Street

Aunque los principales índices están fuera de sus máximos históricos, este sentimiento no ha provocado una corrección de más del 5%. El S&P 500, el Nasdaq y el Dow Jones Average han bajado un 0,1%, un 1,3% y un 1,7% desde sus niveles de récord. Sin embargo, algunos expertos creen que las caídas podrían llegar si los diferenciales crediticios continúan ampliándose. “Con el tiempo, eso volverá a introducirse en la bolsa”, dice Harvey.

Con todo, algunas firmas de análisis creen que ese impacto correctivo puede ser temporal por los vientos favorables de largo plazo. Un estudio de Jeffreries determina que el crecimiento del PIB del 5%, históricamente, se correlaciona con el crecimiento de los beneficios de dígito simple a doble dígito. Es decir, se necesitaría un crecimiento del 12% para llevar al beneficio por acción del S&P 500 en 2022 a los 233 que la firma ha previsto.

El BPA (beneficio por acción) agregado de 233 dólares para el próximo año que la entidad anticipa tampoco sorprendería necesariamente a la comunidad de analistas. Sería aproximadamente un 6% por encima que la previsión combinada de los analistas, tal y como expone un reciente estudio de Credit Suisse. Las empresas a menudo superan las expectativas de beneficios en aproximadamente un 6%. Por eso, no sería extraño.

Este sería un esquema positivo para las acciones de las compañías cotizadas en Estados Unidos, a pesar de que Jefferies sí sostiene que en el S&P 500 hay algunas valoraciones altas. El pronóstico de estos expertos implica que el múltiplo de beneficios del S&P 500 para el 2022 (el valor de todas las acciones en el índice en relación con las ganancias totales por título) debería ser de 21,5 veces. Ahí es donde está la cifra ahora, pero muchos ven que las valoraciones bajarán porque los rendimientos de los bonos, efectivamente, podrían subir fácilmente.

Los estrategas de Morgan Stanley han previsto un múltiplo de beneficios a futuro de 18, dado el riesgo de la mayor rentabilidad de la deuda gubernamental. Eso haría muy difícil una ganancia del 7% en el S&P 500 a menos que los resultados netos de las empresas aumentaran espectacularmente. Pero Jefferies contrarresta ese argumento, al menos a corto plazo. “Mientras la curva de inflación de Estados Unidos permanezca invertida [rendimiento real negativo], las acciones tendrán cierto margen para que los múltiplos se expandan”, escribe Sean Darby, estratega de renta variable globales de Jefferies.

“La idea es que, si los rendimientos reales de la deuda del Tesoro son negativos, los inversores aún tendrán una amplia razón para invertir dinero en acciones y el S&P 500 puede irse a los 5.000 puntos el próximo año”, ahonda. Por tanto, el índice puede seguir subiendo desde el momento actual. “Es solo que los beneficios sólidos dependen en gran medida de los buenos resultados de las empresas”, concluye.

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