ESG en el ladrillo

Así se adaptará la inversión inmobiliaria a los nuevos cánones de sostenibilidad

Los gestores de fondos ya están poniendo en marcha las herramientas necesarias que les permitan medir las emisiones de carbono con el objetivo de proteger el valor de sus activos inmobiliarios.

Así se debe adaptar la inversión inmobiliaria a los cánones de la sostenibilidad
Así se debe adaptar la inversión inmobiliaria a los cánones de la sostenibilidad
HABITAT

El sector de la construcción es responsable de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero en la Unión Europea. Para luchar contra el calentamiento global, los gestores de fondos ya están poniendo en marcha las herramientas necesarias que les permitan medir las emisiones de carbono para comprender mejor, actuar con eficacia y preservar el valor de sus activos. El consumo energético teórico puede estimarse mediante un análisis de las especificaciones técnicas de los edificios.

La exactitud de las estimaciones debe validarse después mediante el control del consumo real de los activos inmobiliarios. “Reducir el consumo de energía y las emisiones de CO2 redunda en beneficio de todos y sólo puede lograrse si los propietarios de los activos y los inquilinos trabajan juntos”, resalta Virginie Wallut, directora de análisis inmobiliario e inversión sostenible de La Française Real Estate Managers.

La realización de una auditoría energética, junto con el seguimiento del consumo real de energía, es un requisito previo para una gestión energética eficaz. Según concreta la experta, eso permite identificar las acciones de mejora del consumo de energía y medir los efectos positivos posteriores de dichas acciones sobre el consumo. “Además, pone claramente de manifiesto, desde una perspectiva de costes a largo plazo, la necesidad de definir objetivos de reducción de emisiones”, añade.

En este sentido, ¿qué puede hacer una gestora de activos durante la fase de selección y antes de la inversión? Wallut cuenta como, en su caso, auditan las características sostenibles de su flujo de transacciones, prestando especial atención al rendimiento energético y medioambiental. Se realiza sistemáticamente una auditoría ESG antes de firmar una promesa de compra.

“El precio de la oferta y el plan de negocio deben tener en cuenta los gastos de capital, necesarios para mejorar las características sostenibles de los activos, por lo que nuestros precios de oferta reflejan naturalmente una prima verde o un descuento marrón”, afirma. Para la fase de gestión de activos, La Wallut dice que utilizan diversas herramientas de supervisión y ha firmado acuerdos de colaboración con operadores para analizar los datos de las facturas.

Este tipo de solución permite identificar los edificios que consumen más energía y priorizar las acciones en el futuro. “En el caso de los edificios más grandes o que consumen más energía, y cuyo consumo no se justifica dadas las características del edificio, La Française REM instala sistemas de medición para supervisar el consumo en tiempo real y generar alertas durante los picos de consumo y las variaciones extrañas”, expone.

Una actuación con eficacia

Una de las posibilidades para luchar contra el calentamiento global desde el punto de vista de la gestión de activos, ahonda Wallut, es fijar objetivos de reducción de emisiones de CO2 compatibles con el Acuerdo de París para la mayoría de sus carteras inmobiliarias. “Para lograr este objetivo, La Française REM utiliza la senda de descarbonización desarrollada por el CRREM (Monitor del riesgo de emisiones de CO2 en el sector inmobiliario, por sus siglas en inglés) para limitar el calentamiento global por debajo de 1,5 °C”, relata.

Por orden, esto implica en primer lugar un objetivo de reducción para el sector de la construcción europea, seguido de un objetivo para cada país de la UE y, por último, un objetivo para cada edificio en función de su tipología. Por tanto, los esfuerzos necesarios para alcanzar el objetivo de los 1,5 ºC varían en función del país y del tipo de activo. “Cuanto más intensiva en carbono sea la combinación energética actual del país y cuanto más intensivo en energía sea el tipo de activo, mayor será el esfuerzo requerido”, describe.

La preservación de valor

Las bajas emisiones de carbono son la nueva tendencia. Aumentan las iniciativas voluntarias, como los compromisos con la iniciativa cero neto, que deberían traducirse en alquileres más bajos y descuentos en el valor de los activos intensivos en carbono. “A la inversa, los edificios energéticamente eficientes deberían ver incrementada su demanda, aunque los primeros datos sugieren que su oferta será limitada”, destaca Wallut.

En Europa, el endurecimiento de la normativa, que impone sanciones a los edificios con altas emisiones de carbono, sigue fomentando una rápida transición energética. “Mediante la aplicación de una ambiciosa política medioambiental, La Française REM pretende preservar el valor de sus activos y proteger a su base de inversores y usuarios del alcance de las sanciones por emisiones de CO2”, termina la directora de análisis de inversión inmobiliario y sostenible en La Française Real Estate Managers.  

Mostrar comentarios