Subíndice Dow Jones Transportes

Otro índice de recesión bursátil que se activa: Wall Street mira al transporte

El indicador Dow Transportation ha comenzado a contraerse como en 2020, 2018 y 2016, aunque la estadística señala que solo en uno de ellos llegó la recesión por lo que los expertos expresan su cautela.

El Dow Jones de Transportes ha dado un volantazo a la baja.
El Dow Jones de Transportes ha dado un volantazo a la baja.
DPA vía Europa Press

Cuando la sensación de 'que viene el lobo' –o mercado bajista– se instaura en la bolsa, pocos hacen verdadero caso. Asentarse en la fiesta es más cómodo. Cuesta aceptar los alarmismos como la norma buena, pero es cierto que los avisos se tienen que tomar con la prudencia que se merece. Especialmente, si se observan las tendencias históricas.

Hay dos señales de alerta que ya han empezado a lanzar una cierta anticipación de un posible mercado bajista más profundo en el tiempo. La primera es que el promedio del índice de transportes del Dow Jones ha entrado en el terreno que apunta hacia un ciclo a la baja. “Otro indicativo de que vienen malas noticias para la economía y la bolsa”, comentan los expertos de Jefferies en una nota reciente.

Este indicador lo compone una lista de aproximadamente 20 acciones de aerolíneas, ferrocarriles y camiones que algunos analistas usan para medir la salud de la economía en general. Si los aviones, los trenes y los vehículos de carretera están a todo gas, la economía suele funcionar correctamente, pero cuando se da la vuelta, entonces suele haber problemas.

El índice acaba de entrar en rojo, cayendo en territorio de mercado bajista, o un descenso de más del 20% desde su máximo intradiario de 52 semanas de noviembre. Esa cota se estableció justo cuando la Fed comenzó a mostrarse más agresiva con respecto a la economía. Se trata de una medida que igualmente demuestra que los inversores están muy preocupados de que los tipos de interés más altos y un menor estímulo monetario puedan enfriar el devenir económico en Estados Unidos.

Ahora, el indicador 'Dow Transportation' evidencia cierta lógica, pero el índice también entró en números rojos, cayendo en territorio de mercado bajista, en 2020, 2018 y 2016. Solo en uno de ellos llegó la recesión, por lo que muchos expertos explican que han de tomarse los indicadores de este tipo con cierta cautela.

La caída de 2018 también estuvo ligada a la Reserva Federal, como consecuencia del taper tantrum. Fue el momento en el que los inversores comenzaron a preocuparse de que la Fed retrasara la compra de su programa de compras. La institución monetaria compraba bonos para ayudar a mantener bajos los tipos y así favorecer la financiación de las empresas y el crecimiento económico.

“Probablemente sea demasiado pronto para decir el miércoles si esta nueva señal significa problemas para la economía, pero los inversores ya hablan al respecto y el miedo sigue instaurado en los mercados”, aseguran desde Piper Sandler en un informe.

La inversión de la curva de tipos llama a las puertas

El otro indicador que ha adelantado todas las recesiones menos una desde los años 60 es la inversión de la curva de tipos en Estados Unidos. Es decir, cuando la rentabilidad del bono a 2 años es mayor que la del bono a 10 años. Esto suele ser una muestra de desconfianza del ecosistema de la inversión, ya que no hay certeza de la evolución de la economía en el corto plazo. El resultado es que en muchas ocasiones esto se ha saldado con crisis. Es un medidor cuyo margen de error es mínimo.

El pasado 1 de abril el diferencial entre los dos activos llegó al -0,05%, lo cual fue la primera inversión desde enero/febrero del 2020 –justo antes de la crisis del coronavirus–. Aunque ahora el porcentaje ha vuelto al terreno positivo –en el 0,19%– el miedo sigue estando latente para muchos gestores de activos y agentes del mercado. Las fantasmas no se han despejado.

Una de las voces que alertan de lo que puede estar por venir es la de Bill Dudley, expresidente de la Fed de Nueva York. A su modo de ver, es difícil saber “cuánto tendrá que hacer la Reserva Federal de Estados Unidos para controlar la inflación, pero una cosa es cierta, “para ser eficaz, tendrá que infligir más pérdidas a los inversores en acciones y bonos de las que ha tenido hasta ahora”.

“Si esto no sucede por sí solo (lo que parece poco probable), la Fed tendrá que sorprender al mercado para lograr la respuesta deseada”, asegura Dudley. Eso significaría aumentar los tipos mucho más de lo que los participantes del mercado anticipan actualmente porque la Fed, “de una forma u otra, para controlar la inflación... necesitará impulsar los rendimientos de los bonos al alza y los precios de las acciones a la baja”.

Por su parte, James Bullard, uno de los halcones de la Reserva Federal señala igualmente que la inflación es “excepcionalmente alta” y comparable a la de 1974 y 1983. El banquero de Saint Louis citaba las reglas de Taylor para justificar sus recomendaciones de un aumento sustancial de los tipos de interés ya que, según este indicador, la Fed estaría “por detrás de la curva”.

“Sin embargo, no todo está perdido. Los bancos centrales modernos son más creíbles que sus homólogos de los años 70 y utilizan la orientación a futuro. Una orientación anticipada creíble significa que los tipos de interés del mercado han alcanzado sustancialmente antes de la acción tangible de la Fed. Esto proporciona otra definición de "detrás de la curva", y la Fed no está tan atrasada según esta definición”, añadía. Hay mucha leña que cortar.

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