Es la mayor crisis corporativa de la historia china. La empresa inmobiliaria china Evergrande, que arrastra una deuda bruta superior a los 300.000 millones de dólares, sufrió esta semana dos recortes en la calificación de su deuda por parte de las agencias Fitch y Moody's que han extendido temores de una posible quiebra de la empresa.
Las autoridades chinas están tomando cartas en el asunto para evitar un escenario descontrolado y han permitido a la compañía que aplace algunos de sus vencimientos mientras hace desinversiones en los distintos sectores en los que opera. El grupo, fundado en 1996, acumuló deudas para costear sus proyectos inmobiliarios y su expansión a otros sectores como el de servicios sanitarios, el de vehículos eléctricos o incluso el deportivo.
Evergrande desarrolla proyectos inmobiliarios y luego vende los pisos a clientes que normalmente pagan por adelantado. Tiene 778 proyectos en marcha en 223 ciudades. Los pagos de Evergrande a los proveedores a menudo se basan en la emisión de facturas comerciales, un tipo de pagaré a corto plazo. La compañía se ha visto atrapada en un círculo vicioso en el que no tiene suficiente efectivo para completar sus proyectos y generar más ingresos de las ventas, que cayeron un 26% en agosto con respecto a la misma época del año anterior a pesar de los fuertes descuentos.
Esta semana, Moody's recortó la valoración de la empresa y, un día después, Fitch hacía lo propio al rebajar la calificación de CCC+ a CC, alertando de "alto riesgo de impago". China Chengxin, una de las principales agencias crediticias chinas, también degradó la calificación de la deuda de Evergrande de AAA a AA, colocándola en una lista de observación.
Sin embargo, la caída del valor de las ventas de nuevas viviendas desde comienzos de año y las nuevas regulaciones del sector inmobiliario por parte de Pekín, las cuales tienen como objetivo declarado combatir la especulación, han puesto en apuros a Evergrande.
A finales del pasado diciembre y con la esperanza de controlar el aumento del precio de la vivienda, se aprobaron nuevas regulaciones que limitaban los préstamos a los grandes promotores inmobiliarios, algunos de los cuales como Evergrande ya acumulaban grandes deudas.
Desde principios de julio de 2020 y debido a las nuevas regulaciones, la caída de sus ingresos y beneficios entre enero y junio de este año y al mal rendimiento de sus negocios inmobiliarios, las acciones de Evergrande en la Bolsa de Hong Kong han perdido más de un 84 % de su valor.
El sector inmobiliario, uno de los pilares del crecimiento económico chino en las últimas décadas, representa según la Oficina Nacional de Estadística de China el 7,5 % del producto interior bruto del país. Pese a su gran peso en la economía, en julio, el viceprimer ministro chino Han Zheng pidió un todavía mayor escrutinio del sector y esfuerzos para "acelerar el desarrollo de la vivienda pública de alquiler" y evitar el uso del sector inmobiliario para "estimular la economía a corto plazo".
Algunos proyectos de Evergrande ya han quedado en suspenso mientras la empresa saca activos a la venta para generar liquidez y trata de negociar con sus proveedores para demorar los pagos y evitar la quiebra. Su fundador, el multimillonario Hui Ka-yan, advirtió recientemente del riesgo de que Evergrande no pueda hacer frente a sus deudas. El efecto de la posible quiebra de Evergrande, que da empleo a más de 120.000 personas, se sentiría no sólo en el país asiático sino también en los mercados globales dado el gran tamaño del grupo, cuyo pasivo es de casi 1,97 billones de yuanes (304.821 millones de dólares, 257.487 millones de euros).
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios