Actas de marzo

El BCE discutió frenar las subidas de tipos tras los problemas de SVB y Credit Suisse

El Consejo de Gobierno del banco central negoció que Christine Lagarde se abstuviera de comunicar expectativas adicionales sobre su política monetaria tras cumplir con el guion previsto y ejecutar un alza de 50 puntos básicos. 

El BCE discutió frenar las subidas de tipos tras los problemas de SVB y Credit Suisse
El BCE discutió frenar las subidas de tipos tras los problemas de SVB y Credit Suisse. 
EUROPA PRESS

Las turbulencias financieras del pasado mes de marzo han salpicado de pasada a los bancos de la eurozona, aunque sí han arrastrado a sus valoraciones bursátiles. En mitad de este torbellino, a la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, le tocó salir a la palestra para anunciar una subida de los tipos de 50 puntos básicos, hasta situar la tasa de referencia en los 50 puntos básicos. De cara a la galería no se salió ni un ápice de lo avanzado anteriormente. Sin embargo, la decisión guardaba más trasfondo del que parecía a simple vista, tal y como revelan las actas correspondientes a la reunión de marzo, en la que se admiten discrepancias en el seno del Consejo de Gobierno

"Algunos miembros habrían preferido no subir los tipos de interés oficiales hasta que las tensiones de los mercados financieros hubieran remitido y realizar una evaluación exhaustiva de la orientación en el encuentro de mayo", señalan en el documento. Sin especificar nombres, este grupo argumentó que la volatilidad del mercado en esos días y un enfoque basado en la gestión del riesgo invitaba a aplazar este aumento de las tasas, "ya que las consecuencias de no subirlos, si las tensiones resultaban ser pasajeras, "se consideraban mucho menos graves que los riesgos asociados a una subida que desembocara en una crisis persistente". 

El citado documento expone además, que el alza ejecutado tendría un "efecto restrictivo" mucho mayor, exponiendo situaciones anteriores en las que el BCE se había visto obligado a acometer una bajada de tipos poco después de elevarlos. Pese a este debate, finalmente el banco central cumplió con lo acordado previamente y se pactó que Lagarde debería evitar en su discurso ofrecer detalles sobre el rumbo de su política monetaria a futuro, pese a la preocupación de que el mercado lo interpretase como el fin de este ciclo. Cabe recordar que la expresidenta del Fondo Monetario Internacional llegó a insinuar en febrero tipos al 4%, expectativas que hace un mes esquivó a toda costa. 

Los miembros destacaron la "resistencia" del sistema bancario en la zona de la moneda única y la importancia de tranquilizar a los inversores sobre la liquidez del sistema bancario bajo el perímetro del BCE, sin olvidar que aunque vigilen con lupa cualquier factor que pueda amenazar la estabilidad financiera, su objetivo continua siendo el de doblegar la inflación al nivel del 2%. Motivo por el que reiteran que están dispuestos a "ajustar todos los mecanismos" para garantizar que el IPC se encarrile. Precisamente ayer se publicó la lectura definitiva de esta tasa en la eurozona correspondiente al tercer mes del año que arroja una moderación hasta el 6,9%, trasladando el foco a la subyacente, que marca el récord del 5,7%. 

Esta cifra mete presión al BCE para seguir con la senda restrictiva iniciada en 2022, decisión que ha apoyado públicamente el gobernador del Banco de los Países Bajos, Klaas Knot, considerado uno de los halcones del organismo, apostando por tres aumentos adicionales en mayo, junio y julio. Por su parte, el economista jefe del organismo, Philip Lane, tan sólo se ha pronunciado sobre la próxima cita sugiriendo que deben apostar por la línea seguida hasta ahora, al margen de que las tensiones en los mercados se traduzcan en un endurecimiento de las condiciones crediticias o puedan dañar la confianza, añadiendo más incertidumbre sobre el crecimiento y los precios. 

También hacen mención al periodo previo al colapso de SVB Financial habían detectado que el "brusco" endurecimiento de las condiciones de financiación ya estaba empezando a afectar de "forma reseñable" a la economía real. Sobre las políticas fiscales, dan un toque de atención a los países que forman parte del euro, aseverando que las medidas para atajar el impacto de la inflación deben ser temporales y adaptadas para consumir menos energía. "Dado que los precios energéticos están bajando y que los riesgos en torno al suministro energético están disminuyendo, es importante empezar a retirar estas medidas de forma concertada", añaden bajo el argumento de que las ayudas pueden provocar más inflación a medio plazo, "lo que exigiría una respuesta más contundente de la política monetaria". 

En su lugar, defiende la puesta en marcha de programas encaminados a mejorar la oferta energética en la región, apoyados en un despliegue "rápido" de los fondos Next Generation. El BCE ha aprovechado la ocasión para recordar que las políticas fiscales deben estar enfocadas en incrementar la productividad de la economía y ayudar a reducir de forma gradual el nivel de deuda pública. Esto supone un toque de atención a los países para que aceleren en estas iniciativas. 

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