Impacto en la tasa de ahorro

El peligro de la Fed para el mercado: no medir el impacto sobre el consumidor

Las estimaciones sobre el ahorro disponible en la economía estadounidense han podido sobreestimarse por el efecto de la pandemia, pero la reapertura y la alta inflación lo están reduciendo de forma rápida.

Sede de la Reserva Federal de EEUU.
Sede de la Reserva Federal de EEUU.
Fed / Archivo / L. I.

Una de las suposiciones fundamentales sobre el consumidor de Estados Unidos y, por lo tanto, de la economía, es incorrecta: los consumidores no tienen tanto dinero en efectivo como han dicho muchos economistas. Incluso en un entorno en el que las malas noticias se toman como positivas, estas son malas noticias. No obstante, las discusiones sobre el consumidor estadounidense a menudo se simplifican demasiado y existe una realidad separada para muchos hogares que agrava los problemas de la economía.

A pesar de que algunas familias han gastado el porcentaje que dispone de ingresos más altos aún cuentan con activos líquidos, y es probable que sus gastos ayuden a mantener la inflación alta por más tiempo. Esto significa que la Reserva Federal tiene pocas opciones más que seguir siendo dura con la inflación. Se pensaba que los consumidores habían acumulado alrededor de 2,4 billones de dólares de ahorros en exceso durante la pandemia de Covid. Esta supuesta reserva sustentaba el argumento de que la economía podría evitar una recesión, incluso cuando la Fed aumenta los tipos de interés al ritmo más rápido en décadas.

Si bien muchos banqueros centrales, economistas e inversores han renunciado a la probabilidad de un aterrizaje económico suave, muchos todavía argumentan que cualquier recesión será corta y superficial, en parte porque se cree que los consumidores están listos para aguantar un cierto revés. Por el contrario, la información reciente sobre los ahorros de los consumidores estadounidenses y un análisis más profundo de las finanzas de los consumidores socavan la visión de que la recesión sea un problema pasajero y corto.

Las revisiones a la baja de la tasa de ahorro, que el gobierno norteamericano publicó la semana pasada, indican que los ciudadanos han agotado una proporción mucho mayor de los ahorros por la pandemia de lo que implican los datos anteriores”, según Ian Shepherdson, economista jefe de Pantheon Macroeconomics. Además, ahora se cree que el punto de partida fue más pequeño. “Según datos anteriores, hasta julio, los hogares habían gastado alrededor de 270.000 millones de dólares, o el 11% del excedente máximo de ahorro cifrado en los 2,4 billones”, dice Shepherdson. 

Los nuevos datos muestran que el stock de ahorro máximo fue de 2,1 billones, y que ya se han gastado alrededor de 630.000 millones, o el 31%. Aproximadamente los 1,4 billones en ahorros restantes siguen representando mucho dinero, pero no es suficiente para evitar que los préstamos de tarjetas de crédito se disparen y la morosidad de los consumidores aumente. “Los créditos ahora están un 6% por encima de su nivel máximo previo a la pandemia, y el 60% de esa deuda se mantuvo durante un año o más en aumento. El riesgo de morosidad está aumentando, especialmente para los consumidores de bajos ingresos que han agotado sus ahorros en exceso", dice Nancy Lazar, economista jefe de Piper Sandler.

Los datos que muestran que los consumidores tienen menos dinero extra de lo que se pensaba anteriormente, y las señales de deterioro del crédito al consumo son el tipo de desarrollos que alimentan las esperanzas de la Fed. Pero el cuadro es más complejo.

La encuesta como hilo conductor

Hay que considerar los datos de la Encuesta de Gastos del Consumidor publicados por el Departamento de Trabajo de Estados Unidos. “Los dos quintiles superiores de ingresos representan el 60% del consumo total, mientras que el quintil más bajo, donde la propensión a gastar de los consumidores es relativamente alta, representa solo el 9% de los gastos totales”, comenta la analista de Piper Sandler.

Lazar establece un modelo para el poder adquisitivo restando el crédito al consumo de los activos líquidos. Para el quintil de ingresos más bajos, ese proxy vuelve a los niveles anteriores al Covid. “Pero para todos los demás grupos, los activos líquidos siguen siendo altos en relación con el crédito, lo que significa que los consumidores en los cuatro quintiles superiores tienen suficiente poder adquisitivo nominal para respaldar precios más altos y mantener a la Reserva Federal inquieta”, argumenta.

Dicho de otra manera, los activos líquidos totales reales o ajustados a la inflación todavía están en 2,3 billones por encima de su tendencia anterior al Covid, incluso después de lo que Lazar dice que es una probable disminución interanual del 3,5% en el tercer trimestre. La cifra de 2,3 billones de dólares representa el 17% del gasto real del consumidor, un colchón de consumo sustancial para el resto de este año y el próximo.

“Eso suena bien para amortiguar la economía en general a medida que se activan los fuertes aumentos de tasas, que funcionan con un retraso de aproximadamente un año, pero es algo contraproducente porque la fortaleza continua en el gasto mantendrá alta la inflación por más tiempo”, concreta.

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