Según BNY Mellon

Europa se sitúa como la gran oportunidad del inversor con los bonos de impacto

En 2023, el 22% de las emisiones de deuda por parte de las compañías europeas de grado de inversión fue de una emisión de este tipo. El Viejo Continente es el mercado líder en ESG, con gran penetración de los bonos verdes.

Europa se sitúa como la gran oportunidad del inversor con los bonos de impacto
Europa se sitúa como la gran oportunidad del inversor con los bonos de impacto
Seven Roots vía Europa Press

El impacto en el espacio de inversión de los bonos ha cambiado significativamente desde el año 2018 hasta la actualidad. En un encuentro con la prensa, Fabien Collado, gestor de carteras de ESG del equipo de Insight de BNY Mellon, comenta que el mercado de bonos de impacto “se ha convertido en una clase de activos en auge”. Muestra de ello fue el récord de emisiones por valor de 366.000 millones de dólares que se alcanzó en 2021.

La tendencia puede seguir al alza y, a partir de ese punto, generar grandes oportunidades. Collado concreta que, aunque la tendencia en 2022 se desaceleró “como consecuencia de las condiciones del mercado”, el viento de cola de los bonos de impacto “se mantiene”, ya que en 2023 “el 22% de las emisiones de deuda por parte de las compañías europeas de grado de inversión fue un bono de impacto”.

Ahora bien, ¿qué son los bonos de impacto? Aunque se les llama así, no son cdeuda tradicional como la renta fija al uso. En realidad, se trata de contratos financieros cuya rentabilidad depende del resultado exitoso del objetivo prefijado en la emisión, que tiene que ser validado por un asesor independiente. Pueden ser bonos de impacto en cualquier de los ámbitos a los que se refiere el ESG, siglas en inglés de de medio ambiente, social y gobernanza.

Para el experto de Insight habría una especial oportunidad dentro del ámbito europeo, ya que reina absolutamente en cuanto a las emisiones de bonos de impacto. “En Europa es donde el mercado sigue mostrando una mayor fortaleza comparativamente con el resto de mercados… Los números siguen siendo muy grandes: es una región que representa el 22% del total de todas las emisiones corporativas”, expone Collado.

Aunque no todos los bonos de impacto son verdaderamente “verdes”, según el experto, pues uno de cada cinco bonos de impacto no cumple con los requisitos mínimos de la gestora, lo cual hace que los califiquen como bonos “rojos”, en territorio se encontrarían las mejores opciones.

“Europa es la que lidera con mejores números el espacio del ESG, ya que el 30% de sus emisiones las calificamos como “verde fuerte” (su máxima calificación), mientras que el 59% sería “verde suave” (calificación intermedia)”, afirma. El gestor explica que solo un 12% de las emisiones de bonos corporativos europeos estaría en el universo de inversión en el que no invertirían.

Sectores y regiones

El análisis por sector muestra que la banca y las utilities concentran la mayor parte de los bonos de impacto con calificación en el ámbito corporativo, pero la banca se sitúa más cerca de la media con un 19% de bonos rojos y las utilities obtienen unos resultados mejores que la media, con solo un 13% de bonos rojos.

El sector inmobiliario tiene un alto porcentaje de bonos rojos, llamados así porque muchos emisores no justifican adecuadamente el estándar de bonos verdes. El sector de automoción y componentes es el que destaca en negativo, ya que el 61% de los bonos de impacto evaluados fueron clasificados como “rojos”.

El análisis por país muestra que los estereotipos de mercados desarrollados frente a emergentes ya no se cumplen. “La región de Asia Pacífico emergente supera a su equivalente desarrollada en términos de estándares de impacto, con un 22% en comparación con el 35% de bonos rojos y un 11% vs. un 7% de bonos verde oscuro, respectivamente”, detalla el experto. “El mercado de Oriente Próximo también arroja resultados positivos en cuanto a estándares de impacto”, agrega.

Las compañías destacadas

Dentro del proceso de análisis de Insight, el gestor detalla que hay algunos ejemplos de compañías que estarían emitiendo bonos de impacto atractivos desde el punto de vista de la inversión en diferentes sectores que pudieran ser interesantes. “En el espacio de la energía renovable Iberdrola en España sería un claro ejemplo”, tal y como expone. Y es que los bonos verdes de la eléctrica española tendrían valor añadido para el inversor en términos de impacto, ya que la compañía habría hecho sus deberes en cuanto a la accesibilidad de la energía y a la apuesta por las renovables.

Pero habría otros claros ejemplos de enumera el gestor de Insight como ICADE en el desarrollo de edificios verdes; Stellantis en la apuesta por el transporte limpio y con el objetivo de emisiones cero, NatWest, que lideraría el espacio de la igualdad de género en las compañías; o Suez en cuanto a sus esfuerzos por la mayor sostenibilidad del agua.

A modo de conclusión Collado asegura que, a pesar de que el mercado de bonos de impacto está en auge, es importante tener en cuenta que no todos los bonos son verdaderamente verdes. “Por lo tanto, es fundamental que los inversores realicen un análisis cuidadoso de los bonos de impacto antes de invertir para asegurarse de que realmente cumplen con los requisitos de impacto social y medioambiental”, argumenta.

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