Perspectivas económicas

Ojo al real: la subida de tipos en Brasil condiciona el rumbo de su mercado

El mercado más grande de América Latina comenzó 2022 sufriendo una alta inflación y una desaceleración de la economía pero el cambio de escenario global pueden impulsar su crecimiento.

Jair Bolsonaro
Jair Bolsonaro
vía Europa Press

La guerra en Europa está haciendo que no se oiga tanto sobre Brasil, pero la mayor economía latinoamericana tiene un peso difícil de obviar, en especial, para las empresas que forman parte del Ibex 35. Es indudable. Cuando se producen fuegos cruzados, algunas de las regiones que estaban en boca de todos pasan a un segundo plano, aunque su actividad económica importe al resto del planeta. Históricamente, siempre ha sido así.

Es lo que sucede con Brasil y lo relacionado con sus mercados. ¿Cómo se encuentra la economía brasileña y qué desarrollo se puede esperar? Por lo pronto, el Banco Central de Brasil (BCB), obtuvo su autonomía política hace un año y, casi inmediatamente, se convirtió en la primera gran economía en comenzar con un endurecimiento de su política monetaria y subir los tipos de interés de referencia. El ciclo está llegando a su fin y el país ya ofrece a los inversores un rendimiento real positivo.

En febrero de 2021, el Parlamento brasileño aprobó una ley que dejó al gobernador del banco central, Roberto Campos Neto, libre de la amenaza de ser despedido por el gobierno o interferir en la política monetaria. Su mandato de cuatro años es renovable solamente una vez, a mitad de la legislatura.

Casi de inmediato, el BCB comenzó su ciclo de subida de tipos. Desde marzo de 2021, cuando el tipo de interés del país era del 2%, el Comité de Política Económica (Copom) del Banco Central elevó la tasa de interés clave en un total de 875 puntos básicos (pb). Incluyendo la subida de 150 pb de este mes, la tasa de referencia o 'Selic' es ahora del 10,75%.

“El aumento de los precios de los alimentos, los productos básicos y la energía, además de una grave sequía, llevaron los costes de consumo a un aumento récord de 18 años del 10,7% en noviembre de 2021”, analiza Stéphane Monier, CIO de Lombard Odier, en un informe. El crecimiento económico de Brasil se desaceleró hasta alcanzar una recesión técnica en 2021 donde se registraron contracciones del -0,3% y -0,1% en el segundo y tercer trimestre respectivamente.

“El mercado más grande de América Latina comenzó 2022 sufriendo una alta inflación y una desaceleración de la economía. En enero de 2022, la inflación aumentó un 10,4% en comparación con el año anterior”, describe Monier. Mientras, el BCB tiene ahora como objetivo principal la estabilidad de los precios con un objetivo de inflación anual del 3,5%, aunque el 11 de enero ya declaró que no alcanzaría ese nivel para este año. “Dada la historia de la nación de alta deuda y gasto público, el banco central no puede darse el lujo de dejar que la inflación se desborde”, añade el experto del banco.

Monier expone que, si bien las presiones inflacionistas siguen siendo altas, es posible que los precios en Brasil hayan alcanzado su punto máximo, y “el banco central se está encargando de gestionar activamente los riesgos”. “Sin embargo, si el banco central no consigue mantener los precios estables, corre el riesgo de ‘frenar’ las expectativas, mermando la eficacia de su política monetaria”, advierte. 

Monier va más allá: “Esperamos nuevas subidas de los tipos de interés en las reuniones de marzo y mayo del banco central, de un total de 150 puntos básicos adicionales, lo que llevaría el tipo de interés final al 12,25%”. La Tasa de Política Monetaria de Brasil ajustada por inflación está cerca de su nivel más alto en tres años y medio, lo que da una tasa de interés real de alrededor de aproximadamente el 0,2%. Una cifra favorable en comparación con la mayoría de los mercados. Por ejemplo, el tipo de interés oficial de EE.UU. ajustado a la inflación es del -7,4% y el rendimiento de los valores del Tesoro protegidos contra la inflación (TIPS) a 10 años es del -0.43%.

“Además de Brasil, las rentabilidades nominales y reales son atractivas para un puñado de economías emergentes comparadas con los mercados desarrollados”, destaca el experto. Con alrededor de 200 puntos básicos más de subidas pendientes, la mayoría de los ciclos de subidas de tipos deberían alcanzar su punto máximo a mediados de 2022.

No obstante, a medida que se reduce la diferencia entre el crecimiento de los mercados desarrollados y los emergentes, la inflación está demostrando ser persistente y los gobiernos pueden resultar menos generosos desde el punto de vista fiscal, lo que crea un riesgo macroeconómico.

Las posibilidades en los mercados

En octubre de 2022, Brasil celebrará las elecciones generales. La campaña se intensificará aproximadamente para el mes de julio cuando comience la publicidad política, a la que seguirá un primer debate televisado previsto para agosto. Los principales candidatos son el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el actual presidente Jair Bolsonaro. Las últimas campañas electorales han resultado conflictivas y es probable que la agenda política genere volatilidad en los mercados a medida que avance el año.

“En un año electoral con un Brasil cada vez más polarizado, el gobierno puede tener dificultades para aprobar propuestas radicales de gasto”, valora Monier al respecto. Es por eso que los mercados podrían centrarse en la política fiscal, el perfil comercial del país y, específicamente, en las exportaciones de productos básicos.

La relación entre deuda pública bruta y el PIB de Brasil disminuyó en 2021 a 91%, desde el 99% del año anterior, según el Fondo Monetario Internacional. La bajada de este índice de e#ndeudamiento se debió principalmente a que la recuperación impulsó el crecimiento.

“Hay poco riesgo de que se produzcan fuertes salidas de capital, incluso cuando la Reserva Federal de Estados Unidos aplique sus subidas de tipos, ya que Brasil tiene un diferencial de tasas de interés positivo con el país norteamericano, así como a un déficit por cuenta corriente y una deuda pública en su mayoría interna”, asegura el experto.

Similar a su justificación para iniciar la exposición a la deuda china en 2020, considera que tiene sentido exponer las carteras al ciclo de política monetaria avanzada de Brasil mientras se diversifica lejos de los riesgos geopolíticos. “Vemos valor en la deuda pública brasileña en reales, ya que ofrece la oportunidad de obtener rendimiento de las operaciones de ‘Carry Trade’”, apunta. “Esto no se basa en una visión de divisas, ya que el real tiende a ser volátil”, agrega.

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