Cae un 4% en la semana

El crudo se juega los 100 dólares ante el dilema entre falta de oferta y recesión

El mercado de petróleo sigue tensionado por la escasez de suministro agravada por la caída de los envíos desde Rusia que irá a más en los próximos meses por las sanciones. 

Petróleo plataforma petrolífera
El crudo se juega los 100 dólares ante el dilema entre falta de oferta y recesión
Pixabay

El precio del petróleo Brent ha marcado esta semana un mínimo de 98,52 dólares y un máximo de 114, una tendencia sin rumbo claro que se repite en las últimas sesiones en el mercado. El miedo a una recesión y la escasez en el suministro de crudo marcan una disyuntiva para las perspectivas de las inversiones. Hasta ahora el petróleo se había disparado como consecuencia del desajuste de oferta y demanda tras la pandemia y las sanciones contra Rusia por su invasión de Ucrania aceleraron el 'rally' hasta máximos desde 2014, con el Brent rozando los 140 dólares. Sin embargo, la recesión económica a la que puede abocar la fuerte subida de tipos que aplican los bancos centrales para frenar la inflación puede actuar de alivio. 

En junio el coste del barril de Brent, la referencia en Europa, ya logró cerrar su primera caída mensual tras seis meses en ascenso y las pérdidas han continuado. Este martes registró su mayor retroceso desde el mes de marzo, con un desplome superior al 9%, que llevó al precio del Brent por debajo de los 100 dólares por primera vez en cerca de dos meses. Su valor fue casi un 30% por debajo del récord en ocho años registrado en marzo. De esta manera, el precio del Brent cayó más de un 4% esta semana -acumula cuatro semanas en rojo-, aunque repuntó jueves y viernes. 

Está por ver a qué le ven más probabilidades los inversores. Por el lado de la oferta siguen existiendo riesgos. Tras vetar las importaciones de petróleo ruso, Occidente tiene dificultades para adquirirlo de otros países. Los analistas de ING señalan que "dada la expectativa de que el suministro de petróleo ruso disminuirá a medida que avance el año, el mercado seguirá estando ajustado". Un escenario que presiona los precios. Pese al papel exportador de EEUU, los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) siguen siendo la clave. En julio y agosto decidieron elevar el incremento de producción previsto, aunque los propios mandatarios de estos países avisan que el problema ya está en la capacidad de producción, con solo dos países, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, pudiéndola aumentar. 

Pero este suministro añadido que exigen los países occidentales podría no ser necesario si finalmente se produce una recesión. Es el temor del mercado. Los tipos de interés se están elevando a nivel global de forma generalizada con unos bancos centrales decididos a atajar la elevada inflación. Una medida que podría afectar al crecimiento económico y, por tanto, al consumo de los ciudadanos. Además, la incierta evolución de la Covid-19 en China y los nuevos contagios en Shanghái que podrían derivar en confinamientos masivos también generaron preocupación sobre la demanda.

El miedo a una recesión perdió fuelle en las últimas sesiones después de que el mercado de EEUU muestre su fortaleza y aleje el riesgo de una recesión, aunque también empuja a la Fed a nuevas subidas agresivas de tipos. No obstante, la Fed, según revelaron las actas de su última reunión teme más una "inflación persistente" que la desaceleración de la economía, que cree que todavía es fuerte para el cambio de la política monetaria. Además,  las medidas de estímulo chinas restaron gravedad al escenario de recesión. "Los planes para un gran paquete de estímulo chino durante el segundo semestre de 2022 han demostrado ser positivos no solo para el petróleo", afirman desde ING. 

Impacto en los carburantes y la inflación

En función de la tendencia por la que finalmente opte el precio del petróleo, el bolsillo de los consumidores lo notará de una manera u otra. Los precios de los carburantes también se han disparados en los últimos meses  ya que, como derivados del crudo, parte de su coste depende de esta cotización. Pero, además, el precio de la gasolina, gasoil o el queroseno -el carburante de los aviones- se ha incrementado incluso en mayor medida por el coste de refinación que se ve afectado por las restricciones de capacidad estructurales y estacionales. El proceso de refino del petróleo es un paso imprescindible para convertir esta sustancia en un producto útil y Rusia también se ha convertido en los últimos años en un país clave para este proceso. Pero las sanciones vuelven a limitar su acceso. 

Todo ello tiene un impacto directo en la inflación. El precio del crudo, entre otras materias primas, ha disparado la inflación a nivel global y la continuidad de su escalada amenaza con bloquear los intentos de los bancos centrales, a través de subidas de tipos de interés, de frenar el avance de los precios. Además, en el caso de la zona euro, el coste de las materias primas cotizadas en dólares se agrava por la debilidad del euro frente al dólar, en mínimos de dos décadas. 

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