En medio de las caídas que registró la Bolsa de Moscú por segundo día consecutivo, aunque aún limitadas gracias a las restricciones del Banco de Rusia, el holding químico ruso PhosAgro destaca con un repunte bursátil que asciende al 66% en apenas tres sesiones, desde que el parqué moscovita reabrió tras su cierre histórico. Los inversores del país están apostando por la compañía, uno de los principales productores mundiales de abonos a partir de fosfatos y el mayor proveedor europeo de fertilizantes, justo cuando los altos precios y la escasez de estos productos amenazan al suministro de alimentos.
Las acciones de PhosAgro despuntaron en la sesión de este lunes en el índice MOEX, después de que se disparara más del 20%, mientras que el selectivo perdió un 2,15%. Incluso la gasística Gazprom o la petrolera Lukoil acumulan dos sesiones con fuertes pérdidas. Como resultado, es el único valor del principal selectivo ruso que cotiza con ganancias en el año, por encima del 40% y su capitalización bursátil se aproxima a los 10.000 millones de euros (más de un billón de rublos rusos).
Con actividad en más de 102 países, PhosAgro suministra diferentes fertilizantes -fosfatados, urea, amoníaco, entre otros- y controla todo su proceso de producción. A través de diferentes filiales explota sus propias minas para extraer materias primas y también se encarga de la distribución del producto final. Su actividad adquiere relevancia ante la tensión que sufre el sector y que ha disparado los precios. Precisamente el elevado peso de Rusia como país exportador y las sanciones impuestas han añadido presión, pero la situación de la compañía rusa es diferente a la de rivales europeos.
Eugenio Piliego y Klaus Kobold, analistas de Scope Ratings, explican que la industria química europea es "vulnerable a las consecuencias de la guerra en Ucrania por su dependencia de los productos derivados del petróleo, que constituyen la mayor parte de la materia prima química, especialmente para los fertilizantes y los polímeros". Además, junto a la electricidad, el gas natural, del que deriva el nitrógeno para los fertilizantes, representa una parte importante en el suministro energético de la industria y su precio continúa disparado.
Ante escenario, los inversores que mantienen su actividad en Moscú han lanzado una apuesta clara por la rusa PhosAgros. La familia Guryev, incluida entre los más ricos de Rusia, es la principal beneficiada porque son los propietarios de casi el 50% de las acciones. Andrey Guryev fue vicepresidente de la compañía, mientras que su hijo Andrey A. Guryev renunció recientemente como consejero delegado tras ser incluido en la lista de las sanciones de la Unión Europea contra oligarcas rusos vinculados con el Kremlin. "PhosAgro está implicado en sectores económicos que son una fuente sustancial de ingresos al Gobierno ruso, que es responsable de la anexión de Crimea y de la desestabilización de Ucrania", explicó la UE.
Pese a la desvinculación directiva, a través de las sociedades Adorabella y Chlodwing, la familia controla actualmente el 23,35% y el 20,31% del capital. Además, la madre Evgenia Guryev tiene un participación aparte del 4,82%. Estas posiciones elevan el patrimonio familiar a los 7.600 millones de euros. En esta cifra se incluye la mansión Witanhurst, la segunda más grande de Reino Unido, solo por detrás de Buckingham Palace, residencia oficial de la monarca británica Isabel II.
La vinculación de los Guryev con PhosAgro se remonta a los años 90, cuando Andrey Guryev comenzó a trabajar en Menatep Group, la firma que controlaba a la química y que era propiedad de Mikhail Khodorkovsky, que llegó a ser el ruso más rico y ahora está exiliado. En 2003 fue detenido y condenado por evasión de impuestos y fraude, coincidiendo con las críticas que lanzó contra Putin. Guryev, que entonces estaba al frente de Apatit y era senador ruso, convenció a Khodorkovsky para que le vendiera sus acciones de PhosAgro y pasó a ser su mayor accionista.
Junto a la familia Guryev, Vladimir Litvinenko, hombre próximo a Vladimir Putin, es otro accionista destacado con casi el 21% del capital en su poder. Desde 1994 es el rector de la Universidad de Minas de San Petersburgo y en 1997 presidió el comité que evaluó el doctorado del presidente ruso. Años más tarde se convirtió en accionista de PhosAgro, según el propio Litvinenko por desarrollar la estrategia de la compañía. Sin embargo, su apoyo a Putin, para quien ha dirigido hasta en tres ocasiones su campaña presidencial, ensombrece estas razones. Precisamente su participación en la compañía química le ha convertido en uno de los hombres más ricos de Rusia, hasta entrar este año por primera vez en la lista Forbes. Su patrimonio supera los 1.900 millones de euros.
En julio de 2011, Phosagro comenzó a cotizar en la Bolsa de Londres, recaudando cerca de 500 millones de euros. Ante las sanciones de los países europeos contra compañías y personas vinculadas a Putin, el parqué londinense suspendió su cotización tras desplomarse casi un 98% el último día. Precisamente el exdirector de London Stock Exchange durante casi una década, Xavier Rolet, era hasta hace unas semanas presidente de PhosAgro, un cargo al que accedió en 2018. Su renuncia se produjo tras la presión del Gobierno inglés y otros europeos para que sus empresarios salieran de los puestos de dirección en firmas rusas.
Las sanciones de Occidente contra Rusia también salpican a la compañía y, para mantener sus ventas en el extranjero, hace unos días anunció una reducción significativa en su participación en Phosint Limited, una compañía con sede en Chipre. "En medio del creciente número de medidas restrictivas en varios países, los cambios en la estructura de propiedad de Phosint Limited ayudarán a garantizar el suministro ininterrumpido de los productos de PhosAgro a las empresas comerciales internacionales", explicó PhosAgro en un comunicado. Además, añadió que "está comprometido a hacer todo lo posible para cumplir con sus obligaciones".
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