Se enfría el PIB

Powell (Fed) reabre la vía a bajar tipos en junio con el frenazo económico de EEUU

El mandato dual del banco central de Estados Unidos se centra en la estabilidad de precios pero también presta atención a la evolución del mercado laboral y del crecimiento, que ha sufrido un deterioro en el arranque de 2024.

Jerome Powell, gobernador de la Fed, durante una conferencia en el Wilson Center este mes.
Jerome Powell, gobernador de la Fed, durante una conferencia en el Wilson Center este mes.
Fed vía La Información

Cuando parecía estar todo el pescado vendido de cara a la reunión de la semana que viene (30 de abril y 1 de mayo) de la Reserva Federal (Fed), los datos han reabierto el debate sobre la posibilidad de una rebaja de tipos de interés en junio en Estados Unidos. La economía se frenó de forma notable en el arranque de 2024 con un crecimiento del 1,6%, frente a las previsiones que apuntaban al 2,6%, según la primera lectura de un dato de PIB que será revisado en mayo y junio.

El enfriamiento inesperado vuelve a colocar en las quinielas de los analistas la posibilidad de un relajamiento de la política monetaria antes de verano, después de que este movimiento comenzase a verse descartado por el repunte de la inflación, la fortaleza del mercado laboral y el fuerte crecimiento registrado al cierre de 2023. De hecho, el gasto subyacente de los consumidores (PCE) experimentó un aumento del 2% al 3,7%, tres décima más de lo previsto. 

Los mercados reaccionaron mal inicialmente a la cifra porque, aunque se abre la puerta a una rebaja de tipos, no es una buena noticia que sea por el freno de la actividad y no por el control definitivo de la inflación, que vuelve a acelerarse. No obstante, el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha aventurado en sus últimas intervenciones que podría decantarse más por sostener la actividad aunque la inflación esté por encima del objetivo del 2% que tiene planteado. 

Wall Street cerró con caídas del 0,5% al 1% en sus principales índices de referencia como el Dow o el S&P. La fotografía de una marcada desaceleración en la mayor economía del mundo y una persistente inflación sentó aún peor a los bonos del Tesoro de EEUU, con ventas, caídas de precios e impulso a sus rendimientos hasta máximos de 2024.  El interés de la deuda a 10 años creció al 4,7% por este motivo y el temor a que el aterrizaje suave se transforme en un escenario de "estanflación".

“Los inversores pueden encontrar un resquicio positivo en el hecho de que este informe del PIB podría acercar a la Fed a un recorte de tipos, aunque sería mucho mejor que la Fed recortara los tipos debido a una menor inflación en lugar de a las preocupaciones por la economía”, indica Bret Kenwell, analista de eToro. "Una cosa es contar una inflación moderada con un crecimiento superior a la media. Otra cosa es tener una inflación obstinada y un crecimiento ahogado, que debe ser la principal preocupación de la Reserva Federal en este momento del ciclo de tipos", advierte.

"Hay un dicho popular en Wall Street según el cual un dato sorprendentemente aberrante es un bache, dos son una casualidad, pero tres seguidos marcan una nueva tendencia. El descenso de la inflación, que el año pasado se pensaba que se acercaba al objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal, se ha estancado en los últimos meses y parece estar acelerándose de nuevo", considera Phillip Orlando, estratega jefe de mercados de renta variable de Federated Hermes.

En esta línea, James Knightley, economista jefe de ING, descarta la posibilidad de un recorte de tipos antes de verano por el repunte de la inflación. "La divergencia entre las encuestas empresariales y los datos oficiales es muy amplia. Sospechamos firmemente que la cautela empresarial se traducirá en un crecimiento más débil de las contrataciones y de los salarios y un menor gasto de capital empresarial, y eso eventualmente se reflejará en los datos oficiales del PIB", apunta. 

"El aumento de los costes de endeudamiento este año también afectará la actividad y eventualmente amortiguará las presiones sobre los precios en la economía. Sin embargo, no hay prácticamente ninguna posibilidad de que se produzca un recorte de tipos antes de septiembre", sentencia Knightley. 

Aunque todo apunta en esa dirección, la Fed volverá a tener la última palabra la semana que viene cuando se reúna para decidir su política monetaria. La rueda de prensa de Powell con las guías y matices sobre el sentir del banco central con la evolución económica fijarán de nuevo la posición de inversores y analistas. La Fed volverá a enfatizar que su enfoque dependiente de los datos marcará su hoja de ruta. En ella, el cuadro de proyecciones que se publicará en junio aportará las pistas definitivas sobre si la Fed se inclina por relajar los tipos este verano.

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