Política monetaria

Lagarde (BCE) tiene datos para bajar tipos pero teme salir del rebufo de Powell (Fed)

La reunión del Banco Central Europeo (BCE) defrauda a los inversores al evitar un señalamiento explícito hacia un recorte de tipos de interés en junio, como ya se apuntó en marzo, con lo que deja en el aire que se produzca.

Guindos y Lagarde caminan hacia la rueda de prensa del BCE el 11 de abril de 2024.
Guindos y Lagarde caminan hacia la rueda de prensa del BCE el 11 de abril de 2024.
Angela Morant/BCE vía L. I.

El Banco Central Europeo (BCE) abrió la puerta en su reunión del 7 de marzo a un recorte de tipos de interés para el 6 de junio. Dijo entonces: "Sabremos un poco más en abril pero mucho más en junio". Con la puerta entreabierta, los inversores esperaban ayer que Christine Lagarde terminase de rematar y abrirla de par en par esa posibilidad. En cambio, se encontraron con ambigüedad y falta de convicción sobre un movimiento descontado por que las cifras de inflación y de crecimiento económico en la zona euro cumplen con las condiciones que busca el banco central: una inflación alineándose con el objetivo del 2% a medio plazo.

Si se cumplen los requisitos de su enfoque dependiente de los datos, ¿por qué el BCE evitó señalar un relajamiento de la política monetaria a dos meses vista? En su declaración, el organismo dejó escrito que "las presiones inflacionistas internas son intensas" y los tipos "seguirán siendo suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario", aunque incorporó también que, si se cumplen sus previsiones, "sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria". El matiz de Lagarde vino después: "Veremos en junio si se cumple nuestra esperanza".

El síndrome del error en 2022

La cuestión de fondo en el ambiente de Fráncfort es que pueden surgir vientos en contra en los mercados de divisas -como ocurrió el miércoles tras el dato de IPC en EEUU- si el BCE abandona el rebufo de la Reserva Federal (Fed) y decide anticiparse. Ya en 2022, cuando Europa se quedó parada cuatro meses (marzo a julio) en el ciclo de subidas de tipos de EEUU, hubo turbulencias en la valoración en el euro, que tocó mínimos de dos décadas frente al dólar muy por debajo de la paridad. La derivada  de aquel movimiento exacerbó la escalada de la inflación a niveles récord ese verano. La memoria de aquel golpe se está sintiendo ahora. Para los fans de Star Wars,  "Lagarde está sintiendo en rayo tractor de la Fed" y "se muestra menos desafiante sobre la influencia de la Reserva Federal", según publicó Bloomberg.

De hecho, la presidenta del BCE quiso reivindicar la independencia de sus decisiones respecto a las de Powell y la Fed, como otras veces, pero acabó reconociendo que están incorporando a su cuadro de mandos el giro económico en EEUU. "Usted preguntó si la cifra del IPC estadounidense recibida ayer tenía alguna relación con el desarrollo posterior del mercado. He dicho en el pasado que dependemos de los datos, no de la Fed. Esas cifras no eran de la Fed, eran del IPC y, obviamente, cualquier cosa que suceda nos importa y, a su debido tiempo, se incluirá en la proyección que se preparará y publicará en junio. Estados Unidos es un mercado muy grande, una economía muy importante, así como un importante centro financiero, por lo que todo eso se incluye en nuestras proyecciones", dijo Lagarde.

La responsable del banco central volvió a descartar la idea de que estén vigilando la evolución del euro frente al dólar y otras divisas. "Inflación, ya sea importada o no, todo eso, por supuesto, debe tenerse en cuenta y debe ser monitoreado muy cuidadosamente y encuentra su camino en nuestras proyecciones. Así que todo eso será incluido, integrado, monitoreado y tenido en cuenta en nuestras proyecciones. Pero no nos centramos en los tipos de cambio, no hacemos comentarios sobre los tipos de cambio y no voy a ir más allá de eso", aseguró Lagarde.

Visión divergente de los analistas

"Nos sorprende un poco que el recorte de tipos de junio no se haya descontado por completo (todavía en el 80%), pero creemos que algunos inversores todavía no están asumiendo que el BCE pueda recortar antes que la Fed. A finales de año, el mercado sigue esperando un recorte de tipos de 75 puntos básicos, en línea con nuestra previsión", opinan François Cabau y Hugo Le Damany, economistas de Axa IM.

Frederik Ducrozet, director análisis macroeconómico de Pictet Wealth Management, también considera que el BCE se ha contenido. "El comunicado y tono de la conferencia de prensa fueron muy cautos respecto a decisiones de tipos más allá de junio. De hecho, dado que la inflación interna y de servicios sigue alta, no comunicó ninguna trayectoria sobre tipos, pues el Consejo de Gobierno sigue comprometido con un enfoque basado en datos, reunión por reunión", explica. 

"En este contexto, se han desinflado las expectativas de recortes consecutivos de tipos en junio y julio. A ello contribuye además las expectativas de mantenimiento de tipos de interés en EE.UU. tras el sorpresivo aumento de inflación de marzo. Aunque Lagarde reiteró la independencia del BCE, el posible retraso y menor recorte de tipos de la Reserva Federal (Fed) reforzará la cautela y gradualismo del BCE en sus decisiones de tipos", añade Ducrozet.

En cambio, Sandra Rhouma, analista de renta fija de AllianceBernstein, cree que nada ha cambiado tras la reunión, al revés, en su opinión, el BCE ha esculpido en piedra un recorte de tipos para junio: "La declaración señala explícitamente que será apropiado un recorte en la próxima reunión (junio), condicionado a que los datos y las perspectivas ofrezcan la confianza necesaria para actuar. En realidad, algunos miembros ya se sentían suficientemente confiados para recortar en abril y, por tanto, la bajada en junio es un hecho".  

Según Rhouma, las perspectivas de debilidad de la actividad económica para este año y la desaceleración del crecimiento salarial invitan a pensar que la inflación de los servicios responderá en consecuencia y seguirá disminuyendo en 2024. "Dicho esto, si la inflación de los servicios se muestra persistente también en la segunda mitad del año, el BCE podría recortar sólo en las reuniones de previsión, en septiembre y diciembre, para un total de 75 puntos básicos de recortes este año. En este momento, asigno una baja probabilidad a este escenario, pero de ninguna manera podemos excluirlo", añade.

Konstantin Veit, gestor de Pimco, se alinea hacia un recorte de tipos seguro para junio pero ve incertidumbre más allá. "Una vez que el BCE empiece a recortar los tipos, creemos que lo hará con cautela en los pasos convencionales de 25 puntos básicos. Los mercados han descontado una reducción sustancial de los tipos. Como resultado, los precios parecen más razonables y ahora están en línea con nuestra previsión de tres recortes este año. Los riesgos apuntan probablemente a un menor número de recortes, sobre todo por la rigidez de la inflación de los servicios, la resistencia del mercado laboral, la relajación de las condiciones financieras y las consideraciones de gestión de riesgos del BCE", concluye este experto.

Mostrar comentarios