La fiebre por la deuda soberana 'prime' y el temor a una recesión catapultan al oro

El precio del oro despierta en 2019.
El precio del oro despierta en 2019.

El mercado de bonos está descontrolado. La afirmación la hacen numerosas fuentes en el mercado a las que empieza a preocupar la velocidad a la que se está acumulando deuda con intereses negativos en todo el globo. Ésta alcanza ya los 15 billones de dólares (más de 13,3 billones de euros), al haberse disparado un 50% en apenas tres meses.  Los inversores han salido en busca de refugio ante el temor a una recesión y entran con fuerza en el mercado de renta fija, llevando a los bonos a profundizar cada vez más en esas rentabilidades negativas.

Una buena muestra de ello la tenemos en el Bund alemán, la referencia europea, que marca nuevos mínimos históricos al rozar el -0,6%. Ese movimiento abrupto juega en favor del oro, refugio por excelencia, y catapulta su cotización a máximos desde 2013 por encima de los 1.500 dólares la onza. Esto supone una revalorización de casi el 15% en lo que va de año y del 6,6% solo en lo que llevamos de agosto.

El hecho de que los bancos centrales estén recortando los tipos de interés y vayan a seguir haciéndolo a lo largo de los próximos veces (se especula ya con que la Reserva Federal pueda aplicar hasta tres rebajas más de su tasa de referencia de aquí a un año) hace prever que la tendencia a un incremento de la deuda con rentabilidades negativas va a ir a más y esto se traducirá a su vez en un incentivo para decantarse por el metal precioso. Más aún cuando la mayor gestora de renta fija del mundo, Pimco, no descarta un escenario de tipos negativos en la primera economía del mundo. Esto, si la Fed baja sus tasas con fuerza y pone de nuevo en marcha la gasolina de la flexibilización cuantitativa ('QE' por sus siglas en inglés).

“Definitivamente algo está fuera de control” en el mercado de bonos", apunta Matti Greenspan, analista senior de mercados del broker eToro, quien no descarta ya que pueda producirse un crash en los mercados. Es uno de los efectos secundarios de las sucesivas rondas de relajación monetaria que identifica el gigante estadounidense Bank of America (BoA), cuyos expertos prevén que el rally del oro continúe. Esa flexibilización de los bancos centrales se ha traducido en menos beneficios y los mercados están mucho menos entusiasmados con dicho estímulo adicional.

El viraje hacia la renta fija y la falta de crecimiento global "probablemente conducirían a un aumento sustancial de la volatilidad", pronostica. Ese pinchazo de la renta variable puede llevar a su vez y de forma "perversa" a que los bancos centrales adopten medidas más agresivas aún, lo que convertiría al oro en un activo aún más atractivo. Así, desde BoA estiman que con un pronóstico conservador el metal precioso se situaría en el entorno de los 1.500 dólares por onza en de cara al segundo trimestre de 2020. Sin embargo ya ven posibilidades claras de que su precio haya alcanzado para entonces los 2.000 dólares por onza.

La tendencia al alza del oro está también para quedarse en opinión de Esty Dwek, responsable de Estrategia Global de Mercados de la gestora francesa Natixis. "A medida que el mercado de efectivo y el de los bonos vayan poniéndose nerviosos por el valor a futuro del dólar estadounidense, el oro y la plata irán afianzando su rally", aseguran desde la gestora Merian Global Investors, que prevé un segundo semestre aún mejor para estos metales preciosos.

A todo lo anterior se suma el hecho de que los propios bancos centrales y los grandes fondos de inversión están adquiriendo grandes cantidades de oro. El broker ActivTrades cita el último informe del Consejo Mundial del Oro, según el cual la demanda mundial del metal ha aumentado un 7% interanual hasta las 1.053,3 toneladas. Los bancos centrales "están comprando de manera muy activa. Concretamente, 145,5 toneladas en el primer trimestre, lo que representa una subida del 68% interanual", aseguran.

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