Valoraciones más atractivas

El radar de la inversión a largo plazo y su nueva presa: el mercado de bonos

Las fuertes ventas registradas desde principios de año y el contexto económico cambiante ha creado oportunidades en los mercados globales de renta fija para muchos expertos.

Los bonos de EEUU tocan máximos del año gracias al plan Biden y las vacunas
El radar de la inversión a largo plazo y su nueva presa: el mercado de bonos
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Los mercados de bonos han vivido un periodo sin precedentes. Ahora, las fuertes ventas registradas desde principios de año, junto con un contexto económico cambiante han creado oportunidades en los mercados globales de renta fija para muchos expertos. Eso, teniendo en cuenta que en el último mes ya han comenzado a descender las rentabilidades de esta clase de activos por el miedo a la entrada en una más que probable recesión económica.

Como clase de activo, la renta fija suele considerarse el “primo aburrido” de la renta variable, especialmente durante la última década de bajos rendimientos. No obstante, los últimos meses han sido de todo menos aburridos, aunque por las razones equivocadas. Los bonos han experimentado caídas récord, pero ahora podrían estar ofreciendo las valoraciones más atractivas desde hace muchos años, tal y como apuntan algunas gestoras de fondos. Además, esto coincide con un entorno económico que apoya más a esta clase de activos.

Fidelity concreta que la renta fija y el mercado del crédito se han vuelto “sumamente atractivos” por el enorme descenso que se ha visto “desde principios de año”. A su modo de ver, es un segmento del mercado que ya “habría capitulado” y que con un enfoque de largo plazo se puede encontrar un atractivo muy importante.

Schroders considera los bonos ofrecen un buen potencial de rentabilidad y tienen un elemento diversificador 

En este sentido, habría tres razones principales por las que los bonos serían especialmente interesantes en este momento, según indica Paul Grainger, responsable de renta fija global y divisas de Schroders: “Por un lado, las valoraciones, puesto que los niveles de rendimiento vuelven a ser atractivos y existe un buen potencial de rentabilidad; por otro lado, el elemento diversificador que ofrecen los bonos, sobre todo en períodos de incertidumbre económica; y, por último, pensamos que, a medida que la inflación alcance su punto máximo y el crecimiento se ralentice, las subidas de tipos no serán tantas como actualmente descuentan los mercados de bonos”.

La cuestión es qué ha impulsado la caída generalizada que se ha observado en el mercado de bonos desde comienzos de año. Entre enero de 2021 y mediados de mayo de 2022, la renta fija mundial ha descendido un 17,6% (Bloomberg Global Aggregate Bond Index), la mayor caída desde que se tienen datos de este mercado en 1990. Por hacer una comparativa, el descenso entre el máximo y el mínimo durante la crisis financiera mundial de 2008 fue del -10,8%.

Desde principios de 2022, los bonos se han enfrentado a un escenario de inflación elevada durante varias décadas y a cambios de postura de los principales bancos centrales. Un cambio en la retórica y los mensajes de los responsables políticos se ha traducido en subidas de tipos. En este sentido, la narrativa sobre la inflación ha girado de forma decisiva.

Antes de mediados de 2021, los bancos centrales estaban convencidos de que la alta inflación sería transitoria, como un subproducto de la demanda reprimida por el Covid y la interrupción de la cadena de suministro. “Sin embargo, los responsables políticos se sienten cada vez más incómodos con la tendencia persistente de la inflación, sobre todo por los indicios de que los efectos secundarios se transmiten al aumento de los salarios”, cuenta Grainger. A esto hay que añadir la incertidumbre que rodea a la guerra de Ucrania y la actual pandemia, con algunas zonas de China sometidas actualmente a estrictos cierres.

“Desde una perspectiva puramente económica o de inversión, estos factores están alimentando unas fuerzas inflacionistas ya de por sí potentes, pues las limitaciones adicionales por el lado de la oferta y las interrupciones hacen subir los precios de las materias primas”, destaca el experto de la gestora británica.

El movimiento inquietante

No es sorprendente que los bonos hayan sufrido en estas circunstancias, pero la rapidez con la que han corregido ha sido asombrosa. En algunos casos, las valoraciones han descontado ciclos económicos enteros en cuestión de semanas. “La agitación de la renta fija ha sido demasiado alta, lo cual abre la puerta a las entradas de cara al largo plazo”, sostiene Morgan Stanley en un reciente informe.

El movimiento ha sido más extremo dado el punto de partida: unas condiciones sin precedentes con unos rendimientos históricamente bajos, lo que hacía que los bonos parecieran poco atractivos desde el punto de vista de la valoración. Esto ha cambiado decisivamente. Las actuales turbulencias, aunque críticas e inquietantes, ofrecen cada vez más oportunidades, según los expertos. “En nuestra opinión, las valoraciones han sobrepasado los fundamentales macroeconómicos”, dice Grainger. “Con el tiempo, deberían revertirse”, añade.

Además de las atractivas rentabilidades potenciales, el experto cree que la preocupación por los riesgos a la baja del crecimiento podría pasar a primer plano, así como las ventajas de los bonos como activo diversificador frente a la renta variable. “Los bonos son dignos de consideración para los inversores que buscan sortear las difíciles condiciones mundiales y obtener rentabilidad”, sentencia.

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