IPC desbocado

Las razones por las que el inversor debe acostumbrarse a una elevada inflación

La presión sobre los precios en el grupo de países del G7 subió al 7% interanual, lo que supone la tasa más alta registrada en casi cuatro décadas en las principales economías del mundo. 

La inflación no da tregua en Europa
Las razones por las que el inversor debe acostumbrarse a una elevada inflación

La época de la inflación baja y estable parece, ahora sí, que ha quedado atrás. La presión inflacionaria en el grupo de países del G7 subió al 7% interanual, lo cual es la tasa más alta registrada en casi cuatro décadas. Unos números que están por encima de los objetivos de los bancos centrales en prácticamente todas las grandes economías desarrolladas y emergentes. La cuestión es ver las razones por las que esto puede ser más persistente de lo que cabría esperar.

Lo primero es poner en contexto este esquema global. Las raíces del actual brote de inflación mundial se remontan al inicio de la pandemia de Covid-19, cuando se produjo un gran desequilibrio entre la oferta y la demanda de bienes. La economía mundial se contrajo bruscamente en el primer semestre de 2020 al imponerse los bloqueos, pero lo que siguió fue una recesión inusual, ya que la mayoría de los hogares se protegieron del impacto económico. Con los consumidores repletos de liquidez y la mayor parte de la economía mundial cerrada, especialmente el sector de los servicios, la demanda reprimida se dirigió al sector de los bienes. 

Por ejemplo, las ventas al por menor en Estados Unidos aumentaron un 20% en sólo un año y siguen avanzando a medida que la recuperación económica se acelera. Las tensiones en la producción se vieron agravadas por los cierres de Covid y la interrupción de los canales de transporte. La escasez de productos provocó el deterioro de los plazos de entrega de los proveedores y el desequilibrio entre la oferta y la demanda se tradujo en un aumento de los precios. Y, más recientemente, las repercusiones de los trágicos acontecimientos en Ucrania han exacerbado esas tendencias inflacionistas subyacentes, ya que los precios de las materias primas se han disparado.

La cuestión es… ¿Cuáles son las razones por las que la inflación podría perdurar más en los mercados? Según apunta David Rees, economista senior de mercados emergentes de Schroders, el primer motivo viene de la mano del impacto que ya se ha visto con la política china del cero-Covid en las cadenas de suministro. “La continuidad de la política de cero-Covid en China significa que es probable que los cuellos de botella en la cadena de suministro persistan durante algún tiempo”, asegura. 

La imposición de bloqueos afectó duramente a la economía china en abril y es probable que la producción económica (PIB) se contraiga en el segundo trimestre en comparación con el anterior. “Y aunque las restricciones han afectado mucho a la economía nacional, es probable que tengan consecuencias de gran alcance para el resto del mundo”, añade. En este sentido, un conjunto de datos diarios sobre la congestión de los barcos portacontenedores en los 55 principales puertos de China ha aumentado a medida que los barcos se han visto obligados a esperar para ser cargados y descargados. “Esto ha sido históricamente una señal de que los plazos de entrega de los proveedores se alargarán y existe el riesgo de que las cadenas de suministro vuelvan a deteriorarse notablemente”, dice Rees.

El precio de las materias primas seguirá elevado

Los precios de la energía se han estabilizado desde la conmoción inicial de los mercados tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia. No obstante, los expertos creen que siguen siendo altos y podrían volver a subir. Rusia recortó el suministro de gas a Polonia y Bulgaria y sigue amenazando con dejar de suministrar a otros países europeos más grandes. Al mismo tiempo, la UE está tratando de llegar a un acuerdo sobre una nueva ronda de sanciones que incluiría un embargo sobre la energía rusa, potencialmente ya a finales de 2022.

Sin embargo, quizá sean los precios de los alimentos la mayor amenaza. Según el índice de la FAO de las Naciones Unidas, los precios de los alimentos ya han subido alrededor de un 20% en lo que va de año en términos nominales, en dólares estadounidenses (véase el gráfico siguiente). Y la enorme sacudida de los precios en el mercado de los fertilizantes significa que existe el riesgo de que persista el encarecimiento de los alimentos. “Después de todo, Rusia y Bielorrusia han sido históricamente importantes fuentes de fertilizantes para la economía mundial”, indica Rees. 

“El largo ciclo de producción en la agricultura significa que estos costes más altos de los inputs podrían mantener los precios elevados durante algún tiempo”, agrega el experto. Mientras tanto, el cambio climático también está afectando a la producción de cultivos en algunos mercados clave como la India. Se trata de una amenaza especial para los mercados emergentes, donde los alimentos representan una proporción relativamente grande de las cestas del IPC y las pasadas subidas de precios han sido la chispa de disturbios sociales como la Primavera Árabe de 2010.

Alta demanda en época de vacaciones

Otro tercer motivo de preocupación para las perspectivas de inflación en los mercados viene de la mano del sector de los servicios. Se trata de un sector que apenas se está reactivando, ya que el desvanecimiento de la preocupación por la Covid ha hecho que la demanda comience a reequilibrarse desde el consumo de productos manufacturados. Por ejemplo, en el sector de los servicios de Estados Unidos la producción apenas está volviendo a los niveles anteriores a la pandemia y es probable que siga subiendo a medida que se recupere la demanda.

“El resurgimiento de la demanda en el sector de los servicios probablemente requerirá más trabajadores en un momento en que el desempleo ya es muy bajo y los salarios están aumentando”, concreta el gestor de Schroders. La actividad del sector de servicios tiende a ser intensiva en mano de obra y, por tanto, los precios de producción son especialmente sensibles a los costes salariales. “Esto aumenta el riesgo de que los servicios se conviertan pronto en el principal motor de la inflación, lo que se suma a los temores de una espiral de precios salariales”, sentencia Rees.

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