Hasta 20 millones de euros

La 'tasa Tobin' de Montero retrocede a su mínimo tras caer un 20% en agosto

El Impuesto a las Transacciones Financieras, que grava las inversiones en bolsa en empresas españolas de más de 1.000 millones de euros de capitalización, sigue menguando hasta niveles marginales.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante la presentación de presupuestos.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, durante la presentación de presupuestos.
EDUARDO PARRA

Fue un impuesto estrella antes de nacer pero se ha estrellado después de su puesta en marcha. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, proyectó una recaudación anual para la llamada Tasa Tobin (Impuesto a las Transacciones Financieras) de 850 millones de euros anuales pero apenas se ha quedado en un tercio de lo previsto. De hecho, la evolución de este ingreso sigue a la baja en la segunda mitad de 2022 con caídas interanuales del 13% en julio (28,12 millones de euros) y del 20% en agosto, hasta 20,1 millones, la cifra más baja desde que entró en vigor en enero de 2021.

En el acumulado de 2022 se sitúa aún un 20% por encima de 2021, con 223 millones en estos ocho primeros meses, según los datos de la Agencia Tributaria (AEAT), frente a los 185 millones que cosechados en agosto del año pasado. El aumento registrado se deber a los episodios de volatilidad registrados tras la guerra de Ucrania, la crisis energética y el inicio del ciclo al alza de los tipos, que obligaron a los inversores a rehacer sus carteras. 

De hecho, abril y mayo marcaron por primera vez una recaudación superior a los 30 millones de euros mensuales. Pese al desvío entre lo que pronostica el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y lo que realmente recauda, Montero ha situado la previsión para 2023, su tercer año de ejecución, en los 335 millones de euros. Se trata de una de las figuras fiscales que menos recauda pero que más eco mediático tuvo en su momento porque representaba una tasa a los poderosos a través de las empresas españolas y ayudaría a financiar las pensiones porque su importe iría íntegro a ellas, según la argumentación de la ministra antes de su aprobación.

La realidad ha sido otra. La llamada Tasa Tobin apenas representa un ínfima parte (un 0,15%, en concreto) del coste de las pensiones que solo en 2023 superará los 190.000 millones de euros tras un incremento del 8,5%, según lo aprobado por el Gobierno esta semana. El impuesto bursátil grava con un 0,2% la compra de acciones de compañías españolas -no la venta- que coticen en bolsa y posean una capitalización bursátil superior a los 1.000 millones de euros en diciembre de 2021. El listado se actualiza cada año y en el último se incluyeron 57 empresas cotizadas.

Lejos de tener efectos positivos para la recaudación o frenar la especulación, las críticas más comunes hacia el impuesto a las transacciones financieros convergen en su ineficacia para lo que se ha creado y en los efectos perjudiciales para las empresas que cotizan en bolsa. Fuentes del sector alegan que Hacienda solo está recaudando lo que consigna en la plataforma de BME / Six mientras que la mayoría de operaciones en las bolsas alternativas de los bancos de inversión como Chi-X o Turquoise parecen blindadas a esta fiscalidad. La CNMV llegó a encargar un estudio para analizar qué impacto ha tenido sobre la actividad de las bolsas españolas.

Si atendemos a los volúmenes de contratación de BME, que suponen alrededor de la mitad de las compraventas de acciones españolas, la estadística no augura nada bueno para el futuro de la Tasa Tobin. La sociedad que gestiona las Bolsas de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao cerró agosto con un volumen de actividad de solo 19.072 millones de euros, un 12% menos que en el mismo mes de 2021 y una de las cifras más bajas de la serie histórica, según el archivo de datos del Banco de España. De hecho, no se registraban negociaciones por debajo de 20.000 millones de euros de forma recurrente desde finales de los años 90. 

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