La República Srpska cesa los contactos con el Alto Representante por la polémica en torno a la fiesta nacional

EUROPA PRESS
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La polémica arrancó el 9 de enero, cuando los serbobosnios festejaron el mismo día de 1992, en el que declararon la independencia después de boicotear un referéndum en el que los bosniacos y los croatas votaron para la secesión de Yugoslavia, desatando un conflicto que se cobró 100.000 vidas.

La celebración tuvo lugar a pesar de que el Tribunal Constitucional la había prohibido, esgrimiendo que, dado que el 9 de enero es un día sagrado en el calendario de la Iglesia Ortodoxa Serbia, sería discriminatorio para la población no serbia de la República Srpska.

Interrogado por este tema en una entrevista concedida al portal de noticias Faktor, Inzko insistió en que estas celebración nacionalista carece de sentido porque para la comunidad internacional la legitimidad de la República Srpska procede de los acuerdos de paz de Dayton, en 1995.

"Si empezamos a celebrar fechas como el 9 de enero, entonces también puede surgir la idea de celebrar, por ejemplo, el 10 de abril, el día en el que se creó el Estado Independiente de Croacia (NDH)", dependiente de la Alemania nazi, dijo.

En respuesta, el Gobierno serbobosnio ha aceptado la propuesta de un grupo de veteranos de guerra de cesar los contactos con Inzko hasta que se disculpe "por sus insultos", según ha informado a través de un comunicado.

El presidente de la República Srpska, Milorad Dodik, ha considerado que con estas declaraciones Inzko, "el famoso payaso de la comunidad internacional", ha mostrado "sus verdaderos colores", de acuerdo con Balkan Insight.

La oficina del Alto Representante, por su parte, ha recordado que, conforme a los acuerdos de paz, todas las partes firmantes, incluida la República Srpska, están obligadas a colaborar con el enviado de la comunidad internacional.

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