La crisis política en Irak crece tras la decisión de su presidente, Fuad Masum, de no renovar en el cargo de primer ministro a Al Maliki y elegir en su lugar al político chií Haider al-Abadi.
Al Maliki por su parte se muestra contrario a marchar y, según publica The Washington Post, sigue mandando a los equipos de fuerzas especiales y tanques que rodean la zona verde de Bagdad.
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Pese a esta polémica, Estados Unidos ha continuado los bombardeos -al igual que el envío de ayuda humanitaria- durante el fin de semana. Los últimos bombardeos se registraron el domingo por la tarde, cuando EEUU destruyó varios vehículos de un convoy militar que se movía para atacar a las tropas de los peshmerga, las fuerzas militares del Kurdistán.
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Oficiales estadounidenses han declarado este lunes que el convoy de Estado Islámico se disponía a atacar tropas en Erbil, la ciudad del norte de Irak que Obama quiere proteger a toda costa, debido a la presencia estadounidense de un consulado y consejeros militares.
EEUU dice haber destruido vehículos armados, camiones y posiciones de mortero y haber utilizado jets F/A-18F del portaviones George Bush, localizado en el Golfo Pérsico.
El Mando Central de los Estados Unidos (CENTCOM, en inglés) ha asegurado que los aviones vienes de múltiples lugares, incluyendo países que no necesariamente quieren estar asocialdos con este tipo de operaciones.
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