Desde el Lejano Oriente, justo desde el mismo lugar donde comenzó todo, el coronavirus sigue confirmando las noticias más alentadoras. De este modo, en China tan solo se han registrado 11 nuevos casos (un ligero aumento desde el viernes, que fueron ocho nuevos), si bien ya son mayoría los denominados importados, hasta siete de los registrados. Con todo, el virus dejó 13 nuevos fallecidos por la resultante neumonía COVID-19 por los 7 registrados el viernes.
Según los últimos datos oficiales, los fallecidos en China suman en total 3.189, mientras que el número de infectados detectados hasta ahora alcanza las 80.824 personas. Todos los decesos se registraron en la provincia de Hubei, que contabilizó cuatro casos de los once nuevos, todos en su capital, Wuhan, cuna del brote y en cuarentena desde el pasado 23 de enero.
La comisión destaca que esta provincia, incluyendo Wuhan, no presentó ningún nuevo caso sospechoso en las últimas 24 horas. En total, en Hubei suman 3.075 los fallecidos y 67.790 los casos confirmados hasta el momento. Por otra parte, cuatro de los nuevos casos importados se detectaron en la ciudad de Shanghái, dos en la provincia occidental de Gansu y el otro en Pekín, la capital del país. Hasta la fecha, se han detectado 95 casos confirmados "importados": pacientes diagnosticados en China procedentes de otras partes del planeta, donde el virus se va propagando, con focos sobre todo en Japón, Corea del Sur, Irán e Italia, informa Efe.
Precisamente, desde Corea del Sur también vienen noticias de cierta tranquilidad respecto a la propagación de la enfermedad. En concreto, desde Seúl se ha informado por tercer día consecutivo una caída en el número de nuevos casos de coronavirus al dar cuenta de 107 contagios detectados el viernes, aunque sus autoridades siguen en alerta máxima ante la aparición de brotes en nuevos frentes.
Con los 107 nuevos contagios del viernes, tres menos que en la víspera y la menor cifra en tres semanas, el país asiático suma ya 8.086 infecciones. De estas, 7.300 son casos activos ya que hay 714 personas curadas (el viernes se dio de alta a 204, nuevo récord diario) y a que Corea del Sur acumula 75 fallecimientos ligados al patógeno, cinco de ellos reportados ayer.
De las 107 nuevas transmisiones, la mayoría, 68, volvieron a corresponder al principal foco del país, situado en la ciudad de Daegu, a unos 230 kilómetros al sureste de Seúl, y la circundante provincia de Gyeongsang del Norte, que acumulan el 88 % del total de los casos nacionales, precisó hoy el Centro de Control y Prevención de Enfermedades Contagiosas de Corea (KCDC).
No obstante, ambas zonas, que suman 5 millones de habitantes, llevan varios días experimentando una importante rebaja en el número de nuevos contagios. Además del cumplimiento estricto por parte de la población de las directrices dadas por las autoridades, uno de los factores de esta estabilización puede residir en las pruebas masivas realizadas en esta región.
Corea del Sur es el país del mundo que más análisis hace -más de 4.500 por cada millón de habitantes- y este viernes mantenía en cuarentena y a la espera de resultados a 17.634 personas. Aun así, y pese a la mejoría en el foco del sureste, las autoridades surcoreanas siguen manteniendo la alerta por la aparición de nuevos brotes en lugares como Seúl. En ese sentido, la capital y la colindante provincia de Gyeonggi fueron después de Daegu los lugares donde más contagios se detectaron el viernes, 15 y 16 respectivamente, debido sobre todo a un brote en un centro de atención telefónica al que hay ligados de momento 112 casos.
En la ciudad de Sejong, a 110 kilómetros al sur de Seúl, que aloja la mayoría de los ministerios surcoreanos (entre ellos los de Salud y Economía) y es un importante centro de operaciones contra la epidemia, se registraron el viernes otros 6 nuevos casos ligados a funcionarios públicos y sus familias, por lo que este brote suma una treintena de infecciones.
Corea del Sur viene detectando además en los últimos días un creciente número de positivos de gente que ha entrado en el país desde Europa, que se ha convertido en el principal foco de la pandemia en el mundo.
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