"Nunca será seguro liberar a esta persona", aseguró un juez británico. Reynhard Sinaga fue condenado por 159 delitos sexuales a cumplir una condena de cadena perpetua. Su 'modus operandi' era atraer a los hombres a su apartamento, drogarlos, agredirlos sexualmente y grabar el ataque. La Policía del país tiene evidencia de que el individuo cometió delitos sexuales contra al menos 190 personas, pero quedan víctimas por identificar.
El estudiante de doctorado de 36 años se gastó el dinero de su padre, un magnate de Indonesia, en las fiestas de Manchester. El diario The Guardian señala que el joven llevaba una vida abiertamente homosexual en Reino Unido, pero recibía constantes presiones desde casa para casarse con una mujer asiática. Su familia no se podía imaginar lo que hacía su hijo en la universidad porque, según varios testigos, Sinaga cambiaba hasta su forma de vestir cuando regresaba a casa por las fiestas.
El Servicio de Fiscalía de la Corona (CPS) aseguró que Sinaga es "el violador más grande de la historia legal británica". En cuatro juicios separados, el ciudadano indonesio fue declarado culpable de 136 cargos de violación, ocho cargos de intento de violación, 14 cargos de agresión sexual y un cargo de agresión por penetración, contra un total de 48 víctimas, según apunta la BBC. Los detectives han declarado que no han podido identificar a otras 70 víctimas y han llamado a todas las personas que hayan tenido algún encuentro con Sinaga a personarse.
Suzanne Goddard QC dijo ante la sala que el indonesio era "un malvado depredador sexual en serie que se ha aprovechado de hombres jóvenes que no querían nada más que una buena noche con sus amigos". La letrada lo describió como un individuo muy "peligroso y engañoso". El hombre atraía a los jóvenes con la pretensión de invitarlos a una copa o llamar a un taxi. Cuando las víctimas se despertaban no recordaban lo sucedido. El estudiante universitario negó todos los cargos y se defendió alegando que todo lo que ocurrió fue consensuado. Según él, todos los hombres aceptaron ser filmados mientras fingían estar dormidos. Pero, este argumento fue ridículo para el juez.
Una víctima confesó en la corte que Sinaga "destruyó una parte de mi vida", y otra deseó que este "nunca salga de la prisión y se pudra en el infierno". Sin embargo, una gran parte de las víctimas no sabía de la violación hasta que fueron contactados por la Policía. Lisa Waters, del Centro de Referencia de Asalto Sexual de Santa María en Manchester, donde las víctimas recibieron apoyo, dijo a la BBC que el incidente está siendo "muy difícil de procesar" para los hombres, y algunos han experimentado problemas de salud mental y pensamientos suicidas.
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