Ante los efectos devastadores del Covid-19

Del 'helicóptero de dinero' a la 'mochila austriaca': dos modos de combatir el paro

Del 'helicóptero de dinero' a la 'mochila austriaca': dos modos de combatir el paro. / EFE
Del 'helicóptero de dinero' a la 'mochila austriaca': dos modos de combatir el paro. / EFE

Las palabras más buscadas en estos días en Google en EEUU son "cómo pido el seguro de desempleo". Las visitas a las webs del Departamento de Trabajo (el Ministerio de Empleo) han pasado de 350.000 a 3,4 millones por semana. Solían recibir 50.000 llamadas semanales pidiendo información y ahora se ha disparado a 8,2 millones. No dan abasto.

El Departamento de Trabajo tiene a 700 personas trabajando en los ‘call centers’ y está contratando a toda prisa a cientos de personas más, ha ampliado los horarios a la noche, trabajan los domingos, ha contratado 20 servidores adicionales (sistemas informáticos) para que las conexiones no se caigan, y ante la avalancha de solicitudes, ha pedido a los ciudadanos que rellenen los formularios online siguiendo un esquema que los ordena por sus apellidos. Aún así, una persona puede tardar más de una hora en rellenar la solicitud.

En la última semana más de 6,6 millones de personas solicitaron ayudas por desempleo. Nunca había pasado en la historia. Son unas estadísticas de paro que, tratándose de Estados Unidos, han sorprendido al mundo. Y, sobre todo, han puesto sobre la mesa una cuestión: ¿Qué coberturas tienen los parados en la mayor potencia del planeta?

El seguro por desempleo en EEUU, que se creó tras la Gran Depresión de los años 30, suele cubrir hasta 26 semanas (unos seis meses) y paga entre 200 y 700 dólares semanales (entre 800 y 2.800 dólares al mes). Se hace mediante cheque o por deposito bancario. En algunos estados se está extendiendo la ayuda a 39 semanas (unos nueves meses). Pero ante una crisis que promete ser muy larga, esta claro que este modelo no garantiza la supervivencia de los más golpeados.

Por eso, el Congreso ha aprobado que reciban una movilización de 2 billones de dólares que caerán directamente sobre los parados: eso significa una ayuda extra de 600 dólares semanales, que se suman a las ayudas habituales. Pero esta extra solo durará cuatro meses, hasta el 31 de julio. Por último, cada parado recibirá de golpe un cheque de 1.200 dólares, y 600 dólares adicionales por hijo menos de 16 años. Estas ayudas están contempladas en la ley The Coronavirus Aid, Relief, and Economic Security (CARES).

El seguro se percibe siempre que el parado se comprometa a buscar empleo, lo cual tiene que demostrar semanalmente mostrando los sitios adonde ha ido y las reuniones que ha mantenido. Pero encontrar empleo no parece estar en el futuro próximo de esos norteamericanos. Las empresas están cerradas. La pregunta es cuánto durará la crisis, a cuántos acabará afectando y si las ayudas se alargarán más allá de esos 9 meses.

La Reserva Federal de San Luis (cada estado tiene una representación del Banco Central, o FED), calcula que la crisis del coronavirus en EEUU puede lanzar en los próximos meses a la calle a 47 millones de personas más, y elevar la tasa de desempleo al 32% de la población activa. Estaba en el 3,5%.

Es decir, esta crisis será peor que la que sufrió EEUU en 1929. En los peores años de aquella crisis de los 30, la tasa de desempleo en EEUU no pasó del 25%, siete puntos menos. Esta crisis actual también será peor que la de 2008, cuando EEUU logró que el paro no pasara del 10% con Obama. Luego fue bajando hasta el 5%. Con Trump la economía mejoró hasta el punto de que el desempleo cayó al 3,5% de la población activa, es decir, prácticamente no existía desempleo. Era un triunfo para el magnate neoyorquino.

Pero ahora, cuando pasen las semanas, se espera la cifra más catastrófica de la historia. "Estos son números muy altos según los estándares históricos", afirmaba el economista de la FED de San Luis, Miguel Faria-e-Castro, en un documento revelado por la cadena CNBC. "Este es un golpe bastante único y diferente a cualquier otro experimentado por la economía de los Estados Unidos en los últimos 100 años", añadía.

Del 'helicóptero de dinero' a la 'mochila austriaca': dos modos de combatir el paro. / EFE
Del 'helicóptero de dinero' a la 'mochila austriaca': dos modos de combatir el paro. / EFE

EEUU tiene una fuerza laboral de 164,5 millones de personas. Si sumamos los que ya estaban desempleados a los que van a perder el empleo en las próxima semanas, eso supondrá que 52,81 millones de personas estarán en la calle en el segundo trimestre. Según el mismo estudio, la crisis golpeará especialmente a aquellos trabajadores que están en contacto directo con el cliente (tiendas, peluquerías, restaurantes, en concreto, camareros), debido a la ‘distancia social’, y afectará menos a los que puedan seguir trabajando a distancia como los servicios profesionales.

Uno de los males tradicionales de EEUU es que no tiene una indemnización legal por despido ("severance pay") como muchos países europeos. Allí, se cierra un acuerdo entre la empresa y el trabajador. Despedir en general es rápido y barato, pero contratar también es rápido por la misma razón; porque no existe para la empresa la carga de las indemnizaciones (salvo en altos cargos que acuerdan ‘paracaídas de oro’, o elevadas indemnizaciones). Por eso, EEUU tiende a recuperarse más rápido que otros países. La Administración ha apostado por el ‘helicóptero del dinero’: lanzar dinero a la base de la economía con cheques y ayudas. En esa teoría friedmaniana confían muchos economistas como James Bullard, presidente de la FED de San Luis: “Una vez que el virus desaparezca, y si jugamos bien nuestras cartas y mantenemos todo intacto, todos volverán a trabajar y todo volverá a estar bien”, dijo a la CNBC.

Tampoco en EEUU poseen la sanidad pública de la que disfrutan los europeos ,y encima, cuando una persona es despedida, se queda sin su seguro privado de empresa, el único que tiene. Para colmo de males, el 55% del ahorro de una familia media americana está depositado en acciones de Bolsa (según Gallup), acciones que se han depreciado como nunca en la historia en dos meses.

Por fortuna, la cobertura sanitaria de emergencia para el coronavirus aprobada por el Congreso va a colmar las necesidades de todos los enfermos, sin importar sus ingresos, o status, pero siempre que se demuestre que sufren el Covid-19. Los otros enfermos tendrán que afrontar pagos muy elevados en una sanidad que no tiene que ver con la europea.

Estados Unidos no es comparable, desde luego, con los sistemas de seguro de desempleo y de sanidad de Europa, pero eso no quiere decir que a este lado del Atlántico sean perfectos.

Tomemos por ejemplo Austria, considerado como un ejemplo de cobertura social. En diciembre de 2019, el paro estaba en el país por debajo del 4,5%. En las últimas dos semanas de marzo, en cambio, el paro se disparó hasta el 12,2% de la población activa, una cifra insólita para un país conocido por su cobertura social. Desde luego, no se conocía una cifra parecida desde finales de la Segunda Guerra Mundial. "El mayor incremento de desempleados, del 145 %, se registró en el sector hotelero y de gastronomía, seguido de la construcción (95 %), y el del transporte y almacenamiento (84 %)", informaba ‘Cinco Días’.

Los parados austríacos tienen que haber cotizado 52 semanas en los últimos 24 meses, o 26 semanas en los últimos 12 meses para recibir un seguro de desempleo. Tienen derecho al 55% de su último salario, o al 80% en caso de que merezcan suplementos familiares. Se puede cobrar el seguro de desempleo sin límite de tiempo. Depende de la edad y del periodo de cotización. Los desempleados tienen que demostrar, como en EEUU, que periódicamente salen a buscar empleo. Si no lo demuestran, pierden las ayudas. En cualquier caso, acabado el periodo de beneficio por desempleo ("Arbeitslosengeld"), se puede acceder a otro subsidio de asistencia ("Notstandshilfe").

Lo más llamativo es que los desempleados austriacos cuentan con un amortiguador económico llamado ‘Betriebspension’ (Pension de empresa o ‘mochila austriaca’), que ha sido estudiado en todo el mundo como modélico.

Fue creado en el año 2002 y funciona de la siguiente manera: aparte de las cotizaciones a la seguridad social (las pensiones públicas), cada empresa austriaca deposita mensualmente una cantidad que oscila entre el 1% y el 2% del salario del trabajador en un fondo privado. Este fondo es gestionado por cajas o compañías privadas, bajo supervisión del Estado. Tiene toda la garantía del Estado, de modo que el trabajador siempre tiene garantizado todo lo que se ha aportado.

Si el empleado cambia de empresa se lleva su fondo de dinero como si fuera una mochila. ¿En qué se diferencia de cualquier plan de pensión español? En que en España las aportaciones a los planes privados de pensiones (no las pensiones públicas) salen del bolsillo del trabajador, son voluntarias, y no se pueden recuperar hasta que uno se jubila. En Austria salen de la empresa, son obligatorias y se pueden recuperar en caso de situaciones de desempleo, como la actual.

La cara oscura de la 'mochila austriaca' 

En España, eso solo se permite en casos muy excepcionales, pero en Austria se permite en situación de paro. Estos planes de empresa o ‘Betriebspension’ están libres de impuestos si se cobran cuando uno está en paro. Además, el monto de la ‘mochila austriaca’ convive con la pensión oficial pública que el trabajador va generando a lo largo de su vida laboral. Al jubilarse, puede cobrar ambas.

El problema es que el sistema austriaco facilita el despido en caso de crisis, porque la empresa no tiene que pagar indemnizaciones a los despedidos, y eso quizá explique por qué el desempleo ha saltado del 4,5% al 12,2% en tan pocas semanas. Es la cara oscura de la mochila austriaca.

También es verdad que el coronavirus ha golpeado a los austriacos en su temporada turística más alta, que es en invierno, cuando mantienen abiertas sus potentes estaciones de esquí. Precisamente la estación de Ischgl del Tirol se considera uno de los principales focos de contagio del virus por toda Europa. Cada año la visitan unas 500.000 personas. La estación permaneció abierta hasta muy tarde: el 14 de marzo, contaminando a medio mundo. Fue, por decirlo así, el 8-M de Austria.

Los austriacos también tienen, como los alemanes, el ‘kurzarbeit’ por el cual el Estado paga parte del salario de los trabajadores en caso de crisis (una especie de ERTE), para mantener a los empleados a media velocidad en las empresas o directamente en sus casas. Esta puede ser la razón de la subida del paro, pues no está claro si se computa como "parado" o "activo".

La duda ahora es cuántas empresas van a sobrevivir después de esta crisis, que parece más fuerte que ninguna. Como reconoció el canciller austriaco Sebastian Kurz, la base de muchas empresas “se ha desvanecido”.

En eso no hay diferencias con Estados Unidos.

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