El final de la guerra ya tendría fecha, según un asesor de Volodomir Zelenski

Hace ya 20 días que comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania. El 24 de febrero, el ejército del presidente Vladimir Putin entraba a territorio ucraniano y comenzaba a bombardear las ciudades más próximas a la frontera y las más cercanas a la capital del país, Kiev. Desde entonces, millones de ciudadanos han abandonado la región y los que se han quedado, sobreviven como pueden en búnkeres y refugios subterráneos. 

Al mismo tiempo que las tropas de ambos países se enfrentan en la batalla, la acción diplomáticas y las negociaciones entre Rusia y Ucrania se suceden. Uno de los asesores de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, ha explicado en sus redes sociales: "Hay contradicciones fundamentales. Pero ciertamente hay espacio para el compromiso. Durante el receso, se continuará con el trabajo en subgrupos". En este sentido, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski ha compartido un vídeo en el que asegura que las reuniones continúan. "Me dijeron que las posiciones en las negociaciones suenan más realistas", ha explicado el líder ucraniano. 

Las fechas

A pesar de que todavía queda mucho por conversar y solucionar, otro asesor del presidente de Ucrania, Oleksiy Arestovich, ha señalado al medio Segodnya que espera que el conflicto entre ambos países termine en el próximo mes de mayo. Además, el consejero ha indicado que tiene esperanzas de que esta paz pueda lograrse semanas antes. 

"A principios de mayo podría lograrse un acuerdo de paz. Quizá mucho antes, ya veremos" ha defendido Arestovich. Sobre la posible retirada del ejército ruso, el asesor ha señalado que es posible que "en una semana o dos haya un acuerdo de paz con la retirada de tropas o un intento para una segunda ronda de una ofensiva". 

Respecto a las negociaciones, ninguno de los dos equipos de los países ha querido concretar peticiones en público. Hasta el momento, se conoce que Rusia ha exigido a Ucrania que reconociera las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, se olvidara de sus aspiraciones sobre Crimea y prometiera que en ningún caso se incorporaría a la OTAN. Estas demandas han sido calificadas como inaceptables por el Gobierno de Ucrania.