Panamá, 19 mar (EFE).- La Superintendencia de Bancos de Panamá anunció hoy que extendió el control administrativo y financiero de Stanford Bank (Panamá), filial local de Stanford Financial Group, decretado el 17 de febrero pasado ante las investigaciones por fraude que afronta este banco en EE.UU.
La autoridad bancaria señaló que extendió la intervención del banco estadounidense por treinta días adicionales, "a solicitud fundada por parte del administrador interino y por razones excepcionales".
Explicó que esta decisión se fundamenta en que, desde el inicio de la medida, el administrador interino y la Superintendencia, en diferentes jurisdicciones fuera de Panamá, gestionan que se levanten las medidas que afectan actualmente la disponibilidad de los activos de Stanford Bank (Panamá), S.A.
La medida fue adoptada con fundamento en la Ley Bancaria, que prevé que este control puede ser extendido, por una sola vez, por treinta días adicionales.
"Tanto la medida inicial como la extensión de la misma se han adoptado con el propósito de defender los mejores intereses de los depositantes y acreedores del banco", aclaró la Superintendencia de Bancos de Panamá.
La Comisión del Mercado de Valores (SEC) de Estados Unidos acusó el mes pasado al multimillonario tejano Robert Allen Stanford de operar un entramado de inversiones fraudulento por el cual captó 8.000 millones de dólares con la promesa de alta rentabilidad.
Según cifras de la Superintendencia de Bancos, Stanford Bank (Panamá) perdió 9,4 millones de dólares en 2008 y su patrimonio al 31 de diciembre de 2008 era de 19 millones de dólares.
El organismo regulador aseguró en su momento, sin embargo, que el banco se encuentra "en cumplimiento de los índices de capital y liquidez según los requerimientos legales".
La autoridad bancaria panameña señaló que la situación que atraviesa Stanford Bank (Panamá) es "un hecho aislado, producido como consecuencia de las decisiones adoptadas por autoridades en el extranjero, y no ha sido producto de un deterioro de la situación financiera del banco en Panamá".
Las acciones efectuadas por autoridades reguladoras y judiciales de los EE.UU. afectaron directamente al único accionista del banco en Panamá, produciendo retiros masivos de depósitos por parte de los clientes y poniendo en peligro los intereses de los depositantes, según la Superintendencia de Bancos.
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