Mali continúa sumido en una compleja crisis un año después del golpe militar

  • Mali sigue sumido en una compleja crisis política, que mantiene al país atascado, y de seguridad, que ha causado cientos de miles de refugiados y desplazados, un año después del golpe militar que depuso al presidente Amado Tumani Turé.

Bamako, 21 mar.- Mali sigue sumido en una compleja crisis política, que mantiene al país atascado, y de seguridad, que ha causado cientos de miles de refugiados y desplazados, un año después del golpe militar que depuso al presidente Amado Tumani Turé.

La transición democrática que arrancó gracias a las presiones internacionales que se activaron inmediatamente después de la asonada militar continúa en un callejón sin salida y las autoridades políticas se han encontrado con grandes dificultades para dirigir el proceso de democratización, que debería culminar en unas elecciones previstas para finales de julio.

Organizaciones internacionales y locales han denunciado en numerosas ocasiones que, a pesar de la transición, los militares golpistas, con el capitán Amado Haya Sanogo a la cabeza, continúan controlando los engranajes del poder, como quedó de manifiesto el pasado diciembre, cuando el primer ministro transitorio Modibo Diarrá fue detenido y obligado a renunciar.

Los golpistas, que han insistido en su compromiso con la transición, también se han reservado los principales ministerios del Ejecutivo del nuevo primer ministro, Django Sissoko.

El 21 de marzo de 2012, un grupo de militares del cuartel de Kati, cercano a Bamako, comenzó una protesta contra la gestión de Turé de la crisis que había estallado en el norte del país tras el levantamiento armado del grupo independentista Movimiento Nacional de Liberación de Azawad (MNLA), en enero de ese año.

La protesta pronto rebasó los muros del acuartelamiento y la madrugada del 22 de marzo se tornó en un golpe de Estado contra el presidente del país, que fue depuesto ese mismo día.

Como consecuencia del vacío de poder que siguió al pronunciamiento militar, el MNLA, que había realizado importantes avances en las regiones septentrionales del país, lanzó una ofensiva relámpago y se hizo con el control de las provincias de Gao, Kidal y Tombuctú.

En Bamako, una junta militar dirigida por el capitán Sanogo se hizo rápidamente con el control de la situación, pero fue incapaz de detener el avance de los rebeldes independentistas, a quienes se sumaron en su lucha grupos radicales islámicos.

Sin embargo, a principios de abril, como consecuencia del bloqueo económico y las presiones impuestas por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), de la que Mali forma parte, los golpistas aceptaron retirarse del poder y favorecer el retorno del orden constitucional a cambio de una amnistía.

El presidente del Parlamento Dioncunda Traoré fue designado presidente transitorio de Mali con los objetivos de avanzar hacia la recuperación del sistema democrático y restaurar la integridad territorial, especialmente después de que el 6 de abril el MNLA proclamara la independencia del territorio bajo su control, conocido como Azawad.

Pero la transición, con una clase política profundamente dividida entre pro y antigolpistas, apenas ha registrado avances desde entonces.

Además Sanogo, que tras ser amnistiado fue designado a la cabeza de un órgano encargado de la reforma del Ejército, continúa ejerciendo una gran influencia.

El pasado 18 de marzo, la justicia maliense ordenó el ingreso en prisión del director del periódico "Le Republicaine" Boukary Daou, por publicar en su diario una carta de un militar en la que se criticaba a Sanogo.

Paralelamente al estancamiento político, la crisis territorial y de seguridad en el norte del país se agravó en julio, cuando grupos radicales islámicos se hicieron con el control de Azawad en detrimento del MNLA y comenzaron a imponer su visión rigorista de la ley islámica.

Sin embargo, cuando dichos grupos -encabezados por Ansar al Din y entre los que se encuentra Al Qaeda en el Magreb Islámico- intentaron continuar su avance hacia el sur el pasado enero, Traoré solicitó la intervención inmediata de París, que respondió con el envío de aviones, material y 4.000 hombres.

En apenas un mes, la tropas francesas, con el apoyo de soldados africanos de la misión internacional de apoyo a Mali, AFISMA, aprobada por la ONU en diciembre, lograron expulsar a los combatientes radicales, que han seguido lanzando ataques y atentados en las principales ciudades de Azawad.

Según la ONU, este conflicto armado ha provocado la huida de cientos de miles de malienses.

Alrededor de 170.000 personas se han refugiado en los países vecinos y otros 260.000 en otras regiones de Mali, mientras las organizaciones humanitarias han dado la voz de alarma por el agravamiento de la situación alimentaria, en un país afectado desde 2010 por la sequía y las malas cosechas.

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