La pequeña Rebecca, de cuatro años, fallecía el pasado 23 de octubre durante la cena después de que se atragantara en este caso con un nugget de pollo. Relata el padre que de repente empezó a tener dificultades para respirar. La pequeña llegó a ser trasladada al hospital, pero murió al llegar. Relata el padre que la pequeña estaba cenando junto a su hermano de siete años. Ese día él estaba trabajando y fue su mujer la que rápidamente intentó hacerle la maniobra de Heimlich, pero sin éxito. Al ver que la niña se seguía asfixiando corrió a llamar a la vecina para que la ayudara.
Explica el señor Alves en el diario Mirror que su hija se solía atragantar con normalidad. Nació prematura y padecía de atresia esofágica, un trastorno digestivo en el cual el esófago no se desarrolla correctamente. Por ello fue sometida a dos intervenciones quirúrgicas antes de que tuviera 20 días. Pero Rebecca era una luchadora y aunque los médicos alertaron a los padres de que podía no hablar, al año de edad le escucharon su primera palabra, que fue 'papi'.
El atragantamiento es uno de los peligros más presentes en el día a día de los niños. Por ello, cuando ocurre, es fundamental saber cómo actuar y hacerlo con rapidez. Pero no siempre salva a la víctima. El caso de Rebecca recuerda a la trágica historia de otros pequeños, como la niña chilena de tres años que murió ahogada mientras comía salchichas en la localidad de Santa Rebeca de la Montaña durante una comida familiar.
La pequeña se atragantó con el alimento y comenzó a toser. Sus padres intentaron socorrerla pero las maniobras practicadas no fueron efectivas. Inmediatamente llamaron a una ambulancia, pero ante la tardanza de los servicios de emergencias, decidieron llevarla ellos mismos al hospital más cercano. En el centro hospitalario, los médicos hicieron todo lo posible para reanimarla, unos esfuerzos que fueron en vano ya que solo pudieron confirmar su muerte.
¿Qué hay que hacer ante un atragantamiento?
El primer paso es colocarse detrás de la persona que está sufriendo el atragantamiento para presionarle el abdomen y forzar la salida del objeto. La mano derecha se debe poner en forma de puño en el espacio que hay entre el ombligo y el esternón, y con la izquierda encima, se presionará al menos cinco veces en el abdomen. La maniobra se repite hasta que la persona expulse el alimento u objeto y empiece a respirar.
En caso de que el atragantado sea un bebé, se deberá poner boca abajo de espaldas a la persona. Con la mano izquierda se sujetarán la cabeza y los hombros mientras que con la derecha se le dan cinco palmadas rápidas en los omóplatos. Si el bebé no reacciona, se deberá poner boca arriba y se aplicarán cinco presiones rápidas en el abdomen, a dos centímetros del final del esternón. Los ejercicios deberán realizarse hasta que el bebé respire. Si no son efectivos, es clave llamar cuanto antes a los servicios de emergencia.
