El Mundial femenino evidencia la brecha de género: la FIFA reparte 13 veces menos

  • El mayor torneo del fútbol femenino supone un serio toque de atención a la precaria situación de las mujeres en el deporte rey.
Vicky Losada (i) y Patri Guijarro (d), de la Selección Española de Fútbol Femenino
Vicky Losada (i) y Patri Guijarro (d), de la Selección Española de Fútbol Femenino
EFE

Poco a poco, el fútbol femenino sigue ganando relevancia social. Solo en el último año se ha logrado batir el récord de asistencia a un partido de clubes, durante el Atlético-Barcelona del pasado marzo, cuando 60.739 espectadores presenciaron la derrota de las colchoneras; alguna federación nacional como la de Sudáfrica ha aceptado pagar lo mismo en primas a hombres y mujeres; y, por primera vez, algunos de los patrocinadores y marcas de las selecciones nacionales, como el caso de Adidas, van a pagarle lo mismo en primas a ellas que lo que les abonaron a los chicos en el Mundial de Rusia en 2018. Sin embargo, no todas las cifras son positivas y, de hecho, en algunos aspectos en el Mundial de Francia que comienza este viernes, la brecha entre hombres y mujeres es aún mayor que hace cuatro años.

Por ejemplo, se evidencia en los premios que repartirá la FIFA a lo largo del torneo a las 24 selecciones participantes: en el Mundial de Canadá en 2015, sumaron un total de 15 millones de dólares, mientras que de cara a la presente edición esta cifra se duplicará y llegará hasta los 30 millones de dólares, tal y como revelaba en octubre el máximo organismo del fútbol mundial. Sin embargo, se trata de un dato con una doble lectura, ya que a pesar del tremendo avance que supone para el fútbol femenino, se trata de una subida menor que la que aplicaron al Mundial masculino de Rusia en 2018. Entonces, se pasó de 358 millones de dólares en premios (en Brasil 2014) a 400 millones de dólares, un incremento de 42 millones. 

Por eso, desde FIFpro -la organización mundial de asociaciones de jugadores- se criticó inmediatamente el anuncio de la FIFA, arguyendo entonces que "el fútbol sigue estando aún más lejos del objetivo de igualdad", ya que "la brecha entre el premio para hombres y mujeres" se ha visto incrementada. Concretamente, en 27 millones de dólares, aumentando la diferencia a 13 veces más lo que reciben los hombres que lo que se embolsan las mujeres por parte de la FIFA. En un tuit, FIFpro lo resumía del siguiente modo: "La brecha de género ha incrementado hasta los 370 millones desde los 343 millones".

Esta abismal diferencia es una de las razones que han motivado la renuncia al Mundial de Ada Hegerberg, la mejor jugadora del mundo en estos momentos. Pero no es ni siquiera la principal. El mes pasado, la ganadora del último Balón de Oro, confirmó su ausencia en la lista de futbolistas del seleccionador noruego, después de dos años de disputas con la federación de su país por la discriminación que existe en su país entre el fútbol masculino y el femenino. Y eso que su lucha consiguió el año pasado que la Federación de Noruega y el sindicato de futbolistas alcanzasen un histórico acuerdo para equiparar entre mujeres y hombres el salario base y las primas por partido ganado y ronda alcanzada por la selección nacional.

El problema es que lo que no se ha igualado aún es lo que se destina a alojamientos o transportes en uno y otro caso. Hegerberg reclamaba que las chicas pudiesen disponer de cosas como los mismos aviones privados, hoteles de lujo o equipo de fisioterapeutas de primer nivel que los chicos. No ha ocurrido así y el Mundial se quedará sin ver a la mejor futbolista del mundo. Pero quizás su ausencia sea más importante que su presencia, tal y como la propia futbolista ha argumentado en más de una ocasión.

España, sin igualdad salarial ni convenio

En España las cosas no mejoran: cada integrante de la Selección masculina cobró 30.000 euros simplemente por acudir al Mundial de Rusia en 2018, mientras que las mujeres se embolsaron 6.000 euros en el último Mundial de Canadá en 2015. Este año, la Federación Española de Fútbol no ha querido desvelar la cifra que percibirán las chicas de Jorge Vilda, aunque Jennifer Hermoso -pichichi de la última Liga Iberdrola y una de las estrellas del combinado nacional- desvelaba esta semana que se llevarían "un buen pellizco" en este artículo de 'El Mundo'. Es de suponer que la prima por participar no alcanzará siquiera esos 30.000 euros que Sergio Ramos y compañía se llevaron el año pasado de Rusia, pero también es cierto que será una cifra inmensamente superior a los 60 euros por cabeza y a la semana que las chicas ganaban hace ocho años.

En los entornos federativos es donde más progresos se están acometiendo. Este año, una de las sorpresas más gratas que se han llevado las integrantes de la Selección ha sido el regalo de un coche para cada una, por cortesía de Seat. Una realidad que dista mucho de la de los equipos domésticos. La Liga Iberdrola crece a buen ritmo, pero la Liga Santander sigue estando a eones-luz: mientras que en la primera división masculina se mueven miles de millones de euros, la inversión total en la Liga Iberdrola no supera los 30 millones. Otro dato escalofriante es que, en 2018, el Atlético de Madrid consiguió el título  y cada una de las jugadoras recibió 54 euros por cabeza por parte de la Federación (con un desembolso total de 1.352,28 euros). Ese mismo año cada uno de los jugadores del Real Madrid ganó 300.000 euros por ganar la Liga Santander.

Una situación que se agrava aún más en la Copa de la Reina. Mientras que los hombres reciben una prima de un millón de euros por ganarla, los estamentos de la RFEF no especifican una cantidad económica como premio para las mujeres. Como resultado, en 2018 se vivió uno de los momentos más surrealistas del fútbol femenino: en la final copera, el Barcelona se impuso con un gol agonizante en la prórroga (minuto 122) al Atlético de Madrid, ante 12.500 espectadores, pero las jugadoras azulgranas no recibieron ni un solo euro por ganarla. De hecho, ni siquiera acudió la Reina Letizia a la entrega del trofeo que lleva su nombre. Los ganadores de la Copa juvenil masculina se llevan entre 17.000 y 18.000 euros por ganarla.

Peor aún: el fútbol femenino español ni siquiera tiene un convenio colectivo, del que sí disfrutan los hombres. De hecho, el deporte permite en España algo que sería impensable en otros ámbitos de la sociedad: diferenciar los convenios colectivos entre hombres y mujeres, tal y como deja claro la Ley del Deporte de 1990. Por eso, buena parte de las futbolistas de la Liga Iberdrola son jugadoras a tiempo parcial y se ven obligadas a compaginar el fútbol con otros trabajos.

En los mejores casos, disfrutan de salarios ridículos en comparación con los hombres y poco por encima del salario mínimo interprofesional. Por ejemplo, Lola Gallardo -internacional desde 2013 y una de las tres porteras que vestirán la camiseta de España durante el Mundial- aún cobraba 15.000 euros brutos (más 4.400 euros en concepto de ayuda al alquiler de vivienda) en la temporada 2016-17, cuando llevaba cuatro años siendo la guardameta titular del Atlético de Madrid, uno de los equipos con más presupuesto del campeonato, tal y como ha podido saber 'La Información'.

La situación es tan precaria que a día de hoy existe una seria amenaza de huelga que podría paralizar el inicio de la próxima Liga Iberdrola, tal y como señala '20 minutos'. Los grandes números de asistencia a los estadios esconden una cruda realidad: se consiguen a base de entradas muy baratas o, incluso, regalando estos pases. Es una buena forma de obtener visibilidad, pero no asegura rentabilidad para los clubes. Lejos de los focos y de esos grandes días, la asistencia media de clubes como Athletic Club y Barcelona rebasa por poco los 1.000 espectadores. Otro ejemplo es el de la Real Sociedad, club vencedor de la última Copa de la Reina que perdió 754.000 euros en esta temporada, tal y como publicábamos hace unos días. El balance de las donostiarras revela unos ingresos de 510.000 euros y unos gastos de 1.264.000 euros.

En cualquier caso, la apuesta de la FIFA por visibilizar el fútbol femenino a través de este Mundial es evidente: el torneo se verá en 135 países y se estima una audiencia total de 1.000 millones de telespectadores y multitud de estadios llenos mientras se dirime la lucha por la copa. España, que disputa su segundo Mundial tras su temprana eliminación en la última edición celebrada en Canadá, debuta este sábado contra Sudáfrica, uno de sus rivales del grupo B junto a China y Alemania, con el objetivo de mejorar el único punto que lograron en 2015 y, por qué no, soñar con traerse la copa a España.

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