Las elecciones de Estados Unidos han superado los récords de gasto y se han convertido en las más caras de la historia del país. La campaña por ganar la Casa Blanca ha supuesto un desembolso total de casi 6.600 millones de dólares, según la organización Center for Responsive Politics, que hace seguimiento a las donaciones y gastos políticos. A ello se sumarán los costes de las otras votaciones, Cámara de los Representantes y Senado, y en total alcanzarán los 14.000 millones de dólares de coste.
Las votaciones este 2020 serán decisivas y el resultado marcará un antes y un después en el país, por ello tanto el actual presidente y candidato republicano, Donald Trump, como el aspirante demócrata, Joe Biden, han contado con un gasto histórico En ese sentido, Biden ha arrasado en recaudación y gasto, especialmente en la recta final de la campaña impulsado por la polarización política y las posiciones en contra de Trump.
Los demócratas han gastado 5.500 millones de dólares frente a los 3.800 millones de los republicanos. Se trata de la mayor diferencia financiera de los demócratas y sin contar con el gasto de 1.000 millones de Michael Bloomberg y de casi 300 millones de Tom Steyer.
El gasto de la campaña de Biden ha sido financiado por los fondos recaudados especialmente en el tercer trimestre, cuando las cifras se han visto incrementadas notablemente, obteniendo 1.500 millones solo a través de la plataforma ActBlue. De ese dinero se benefician 14.220 campañas y organizaciones vinculadas a los demócratas, aunque Joe Biden es el principal beneficiario. Su campaña obtuvo 383 millones en septiembre, la mitad del total ese mes.
Joe Biden superó en agosto a Donald Trump tanto en recaudación de fondos como en gasto. WinRed, la plataforma online creada por los republicanos en respuesta a ActBlue, obtuvo solo 623,5 millones de dólares en donaciones en el mismo periodo. En parte se explica porque empezaron más tarde. Aunque duplican la cifra cuando se compara con el montante del segundo trimestre.
Las cifras de récord se deben, en gran parte, a las aportaciones de multimillonarios, entre ellos el rival de Joe Biden a la nominación, Michael Bloomberg, que ha destinado 2,5 millones de dólares de su propio bolsillo solo para tratar de movilizar el voto latino en Florida. Aún así, los pequeños donantes también cobran fuerza y, según recoge New York Times, representan el 22% de los fondos recaudados este 2020.
La financiación de los candidatos es uno de las cuestiones más características y que más interés despiertan sobre las elecciones del país norteamericana. Los candidatos a la Casa Blanca cuentan con donaciones millonarias, Biden roza los 1.000 millones solo en recaudación de fondos, a lo que se suman los fondos que aporta cada partido. La recaudación de estos fondos se logra a través de los Comités de Acción Política (PAC, por sus siglas en inglés). Particulares, sindicatos y empresas pueden realizar donaciones, que pueden ser directas o no a los candidatos, a través de estas plataformas.
Más allá de la carrera por la Casa Blanca, los estadounidense votan los candidatos a la Cámara de los Representantes y la renovación de un tercio del Senado. Estas elecciones también han supuesto un importante desembolso porque, más allá del nuevo presidente, la formación de ambas cámaras puede ser decisiva para la estrategia política. Según recoge el New York Times, ocho de las diez elecciones al Senado más caras de la historia se llevarán a cabo en 2020. En concreto, señala a los senadores candidatos de Carolina del Norte, el republicano Thom Tillis y el demócrata Cal Cunningham, que ambos ya han superado los 272 millones de dólares de gasto.
