Una nueva tragedia ha vuelto a azotar el Mar Egeo. Tres personas, de las cuales dos eran dos niños, han muerto este jueves cuando el bote en el que intentaban llegar desde las costas turcas a la isla griega de Samos, en el Egeo Oriental, naufragó, según ha informado la Guardia Costera de Grecia. Los dos niños fallecieron poco después de ser rescatados por los guardacostas, mientras que el cadáver del hombre fue encontrado en la costa este de la isla.
Tal como los supervivientes contaron a las autoridades, doce personas ocupaban el bote cuando salieron de Turquía, a menos de dos kilómetros de la isla de Samos.
Tras la operación de rescate -que incluyó un helicóptero naval, un barco de suministro de plataforma, un bote salvavidas y un barco de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex)-, todos los superviviente fueron trasladados al puerto de Samos para ser atendidos y registrados.
En lo que va de año de 220 personas han muerto intentando cruzar el mar Mediterráneo, la mayoría (unos 150) en su travesía central con la intención de llegar a territorio italiano, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones.
A 6 de marzo en el centro de recepción de Samos vivían 3.991 personas, una cifra que sextuplica su capacidad oficial, pues está preparado para acoger a 648 personas, según datos del ministerio de Migración heleno.
Este abarrotamiento sumado al goteo de llegadas, reducidas pero continuas, llevó al ministro de Migración, Dimitris Vitsas, a afirmar el pasado mes que "Samos es nuestro mayor problema".
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