Donald Trump, un magnate que olvidó sus orígenes y se creyó su personaje

  • Fue el penúltimo de cinco hijos de una típica familia de la posguerra, en la que disfrutó un alto nivel de vida.

    Hizo su fortuna personal en el mercado inmobiliario, en el que entró gracias al impulso y el dinero de su padre.

Donald Trump durante un acto en una iglesia de Las Vegas, Nevada, el pasado 30 de octubre
Donald Trump durante un acto en una iglesia de Las Vegas, Nevada, el pasado 30 de octubre
CHIP SOMODEVILLA / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / AFP
M.G./Agencias
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En una bella casa de columnas victorianas, ubicada en una colina con varios robles, dentro de un próspero enclave de Nueva York: allí creció Donald Trump, una personalidad turbulenta e imprevisible desde la infancia, al que un estricto padre encarriló por la carrera inmobiliaria.Elegido el 45 presidente de los EEUU, Trump nació el 14 de junio de 1946 en el entonces muy "blanco" barrio de Jamaica Estates en Queens, a una hora de la Quinta Avenida donde reina hoy la Trump Tower.

Fue el penúltimo de cinco hijos de una típica familia de la posguerra, que ahora como candidato republicano olvidó que su madre, Mary McLeod, llegó a EEUU desde Escocia una vez acabó la conflagración mundial.

Su padre, Fred Trump, encarnó el sueño americano: nacido en Nueva York de un padre llegado de Alemania en un barco a vapor, se convirtió en exitoso empresario inmobiliario.

Hizo dinero, y mucho, ya que la familia Trump era la única del barrio que tenía choferes. Así que Donald Trump vino al mundo en 'cuna de oro' y con cuatro años fue a vivir a una casa con 23 habitaciones, y pronto tuvo un chófer para llevarlo a la escuela privada de Kew Forest, en el vecino barrio de Forest Hills.

El joven "Donny" se convirtió en un niño mimado con querencia a las broncas, tal y como ilustra una famosa anécdota de su libro "El arte del acuerdo" (The art of the deal), en el que cuenta que un día le dejó un ojo negro a su profesor de música de segundo año.

Así que, conociendo su polémico carácter, Donald era vigilado de cerca por su padre severo, lo cual explica quizás su frase mantra, "no fue fácil para mí".

Fred Trump inicia a Donald en el sector inmobiliario llevándolo consigo muy rápidamente en sus viajes. Y logra despertar en el joven el gusto por la competencia, algo que nunca le abandonará.

Su madre, Mary Trump, amaba todo lo que precisaba pompa y boato, lo que se refleja en el hecho de que en junio de 1953 hiciera que su pequeño la acompañara durante horas ante la TV viendo la coronación de Isabel II.

Es en parte gracias a ella que Donald se atribuya "un don para la puesta en escena" que logró que triunfase con su programa de TV "The Apprentice" (El Aprendiz).

Cerca de su adolescencia, el joven Trump comienza a ser un rebelde, escapándose en secreto a Manhattan. Cuando su padre se entera decide tomar una medida radical: a los 13 años, Donald Trump es enviado como interno a la Academia Militar de Cornwall, en el norte del estado de Nueva York.

Cinco años permanecerá Trump en ese entorno muy masculino y jerarquizado, donde el machismo forma entonces parte de la cultura. Dice que aprendió allí a canalizar su "agresividad": obtiene sus primeros galones de jefe y destaca en los deportes, sobre todo en béisbol.

Y tras volver a casa, gracias a un préstamo de su padre, Donald Trump se lanzará finalmente al mercado inmobiliario. Tras obtener su diploma en negocios en la prestigiosa escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, construirá un imperio en Manhattan, donde su padre siempre se negó a aventurarse.Una vida privada llena de lujos

Ahora, al margen de su perfil político, su vida privada está llena de lujos. Su esposa Melania, una exmodelo eslovena de 46 años, dedicaba hasta ahora su tiempo a Barron, el hijo de ambos que ahora tiene 10 años.La pareja vive en un penthouse triple en la cúspide la torre Trump en Manhattan -un verdadero mini Versalles- y se desplaza en un Boeing 757 privado, con su apellido estampado en letras gigantes, el mismo que suele servir de fondo en sus mítines.Sus hijos mayores, Ivanka, Donald Jr, Eric y Tiffany, son sus principales pilares. Todos se han involucrado al máximo en la campaña de su padre, a quien han defendido hasta la saciedad.Con su característica melena rubia, impecablemente vestido, fascina y horroriza a la vez. Miente tanto y sobre tantos temas, que los verificadores de hechos perdieron la cuenta.Cuando una decena de mujeres lo acusó de besos robados y gestos sexuales inapropiados, las tachó a todas de mentirosas.No es precisamente de ideología inamovible: fue demócrata hasta 1987, luego republicano (1987-1999), miembro del partido de la Reforma (1999-2001), demócrata otra vez (2001-2009) y nuevamente republicano.Tomó el control del negocio familiar en 1971 e impuso su sello. Si su padre construía apartamentos para la clase media, él prefirió las torres de lujo, los hoteles-casinos y los campos de golf, de Manhattan a Bombay.Además, es un apasionado del espectáculo: le encanta la lucha libre y hasta 2015 fue copropietario de los concursos Miss Universo y Miss Estados Unidos.Se ha negado a publicar sus declaraciones de impuestos -una tradición para los candidatos a la Casa Blanca- y reconoció a regañadientes que no había pagado impuestos federales durante años, tras haber declarado una pérdida colosal de 916 millones de dólares en 1995."Eso me hace una persona inteligente", dijo Trump de su capacidad para no pagar impuestos. Ahora asegura que tiene un programa "fenomenal" para sus primeros 100 días en la Casa Blanca.

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