OPINION

Segunda carta abierta a Nadia Calviño, ministra de Asuntos Económicos

Nadia Calviño
Nadia Calviño

Hace año y medio le escribí una primera carta por este mismo medio, para felicitarla no sólo por su nombramiento, sino también por el -en mi opinión- acierto de que la antigua Secretaría de Estado de ‘Sociedad de la Información y Agenda Digital’ hubiera pasado a depender del Ministerio de ‘Economía y Empresa’, como la clara expresión de que la ‘Economía Digital’ es la Economía del Siglo XXI.

Sólo lamentaba en aquel momento que no apareciera en el rótulo del Ministerio, pues -decía- sería importante que se vincularan al más alto nivel las competencias de ‘Economía, Empresa y Agenda Digital’. Así que la felicito por hacerlo ahora en el nuevo nombre del ‘Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital’, que refleja el proceso de transformación de la Economía.

También quiero felicitarla por su nombramiento como Vicepresidenta Tercera, así como presidenta de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, porque eso será, sin duda, una ayuda importante para la necesaria coordinación de los planes de transformación digital, que afectan a todos los Ministerios y todos los sectores económicos y ámbitos de la Sociedad.

Balance del Avance

En el balance de este año y medio, no obstante, hay que lamentar que no se haya producido (o percibido) la integración efectiva de las competencias digitales en el Ministerio y en las políticas públicas de ‘Economía y Empresa’, y que, más allá del cambio del nombre de la Secretaría de Estado por el de ‘Avance Digital’, tampoco se haya producido (o percibido) ningún avance significativo. Sólo anuncios.

Bien es cierto que ha sido un año y medio ‘raro’, con dos procesos electorales y un Gobierno en funciones durante muchos meses, pero, cuando se toma la decisión de apostar por el ‘Avance Digital’, se asume la responsabilidad de rendir cuentas y de explicar cuánto se ha avanzado, tanto en digitalización de la Economía, como de las políticas públicas sectoriales y también de la Sociedad.

En mi primera carta le decía que sería muy importante (toda una revolución) que desde la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos se hiciera una monitorización y evaluación de resultados de las políticas públicas; y que, a ello, podían ayudar mucho las Tecnologías de la Información y la Comunicación y, en especial, el Big Data. Pero me temo que no se ha hecho nada.

Nueva estructura

No sólo se ha incluido la Transformación Digital en el rótulo del Ministerio, sino que se ha desdoblado la histórica Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y para la Sociedad de la Información, que se creó hace 20 años y que, a partir de 2016, cambió de nombre -no de competencias- primero por el de ‘Telecomunicaciones y Agenda Digital’ y, luego, por el de ‘Avance Digital’.

Ahora se divide en dos Secretarías de Estado, lo que indica la importancia que se le quiere conceder -en principio- a estas materias. Y así, por un lado, se recupera la tradicional Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, a la que se añaden las ‘Infraestructuras Digitales’, y por otro, se crea la novedosa Secretaría de Estado de ‘Digitalización e Inteligencia Artificial’.

En cierta forma, se vuelve a la división de 2000 de la Secretaría de Estado en dos Direcciones Generales: de Telecomunicaciones y de Desarrollo de la Sociedad de la Información, pero elevándolas de rango a Secretarías de Estado; lo cual, por un lado, como digo, es un signo de la importancia que se le quiere dar, pero, por otro, puede producir algunas ineficiencias en la coordinación.

En todo caso, hay que celebrar la creación de la nueva Secretaría de Estado y de que en el nombre aparezcan sus objetivos: tanto la ‘digitalización’ de los rezagados que todavía no han realizado o consumado su proceso de transformación digital, como la ‘Inteligencia Artificial’, que es la tecnología de vanguardia en la que España y Europa no pueden quedarse atrás.

Sólo es de desear que la creación de la nueva Secretaría de Estado se acompañe de la necesaria dotación de medios, tanto humanos como presupuestarios, y de la imprescindible cooperación con otros Ministerios (Ciencia e Innovación, que hasta ahora conducía la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, y Universidades) y la conveniente colaboración público-privada con las empresas.

Nombramientos y retos

Una vez conocidos los nombramientos de Roberto Sánchez y de Carme Artigas, como nuevos Secretarios de Estado, que son personas de reconocido prestigio en sus respectivos ámbitos, sólo falta ponerse manos a la obra y afrontar los retos que España tiene por delante, tanto en materia de telecomunicaciones (especialmente, el despliegue del 5G), como en materia de digitalización y de Inteligencia Artificial.

En esta última área es muy de agradecer que la nueva Secretaria de Estado no sólo sea una gran especialista en Big Data e Inteligencia Artificial, sino que también tenga una gran sensibilidad por la Protección de los Datos Personales, tanto en sus aspectos éticos como jurídicos. Es muy importante que esta perspectiva tenga el peso que merece en nuestra Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial.

Por último, insisto en el ruego de la medición del punto de partida, la fijación de objetivos concretos y la evaluación de resultados de todas las medidas digitales incluidas en el acuerdo de la coalición de gobierno. Como he repetido otras veces: 'medida' viene de medir y “todo lo que no son cuentas son cuentos”. En estos temas no nos podemos permitir “vender humo”. Estaremos muy atentos. ¡Mucha suerte!

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