La implantación del 'morning show'

El éxito de Alfonso Arús en La Sexta y lo que desenmascara de la TV matinal

'Aruseros' se ha consolidado en el primer tramo de la mañana de Atresmedia.

Alfonso Arús celebrando que se va de vacaciones.
Alfonso Arús celebrando que se va de vacaciones.
Borja Terán

Alfonso Arús se ha consolidado en La Sexta. A priori, parecía un programa arriesgado. Pero 'Aruseros' se ha terminado alzando como un valor para Atresmedia. El formato aprende de los 'morning shows' de la radio musical, que tan bien conoce el propio Arús, y es una evolución de su predecesor 'Arucitys', programa que destacó durante casi dos décadas en la televisión catalana 8TV -antigua CityTV-.

De hecho, la estructura del plató es la misma: Arús en una mesa central, rodeado de un derroche de colaboradores -casi al mismo nivel del número  de bailarines tiene una gala de José Luis Moreno-, va dando paso a trepidantes secciones que hablan de todo y de nada. Un frenesí de actualidad y memes, aderezado de información útil a esas horas de la matiné para el espectador. Por ejemplo, la meteorología. Siempre infalible. 

Pero los buenos datos de Arús en La Sexta -un 11,6 por ciento de media en esta temporada-, que hasta han vivido repuntes que han adelantado a primeras cadenas generalistas, desenmascaran en cierto sentido el problema de la deriva del magacín español. Todos los programas matinales parecen el mismo. Se han centrado en llamar la atención con el impacto de 'exclusivas', entrevistas especulativas y sucesos y se han olvidado que a los espectadores se les fideliza construyendo una identidad propia.

Mientras que los magacines de las grandes cadenas siguen una estructura monolítica y previsible, Alfonso Arús ha ido ganando terreno con su complementariedad. Su fórmula no se parece a otros. Es más, él se encarga de recalcar con su temperamento y celeridad mental -y verbal- la personalidad de sus colaboradores para que no sean sólo colaboradores. 

Así el programa ha ido evolucionando hacia lo que espera el público de La Sexta a esa hora tan madrugadora pero guardando el equilibrio con el sello característico de Arús, que es hábil en inventar juegos para dar otro prisma de contenidos que tienen todos los canales. Y Youtube. Pero no los tienen como 'Aruseros'.

La cualidad de La Sexta es que ha dado margen de tiempo al comunicador para ir cuajando su carácter en el tramo anterior a García Ferreras. Hasta crear una nueva cita diaria en la rutina de la cadena, donde muchos pedían un programa de entrevistas y debate como 'Los Desayunos'. Error, La Sexta necesitaba algo con un punto divergente. Porque la televisión es romper con lo obvio, distinguirse del resto con formatos con un ADN escénico, estructural e identitario que sólo se parezcan a sí mismos. No es hora de clonar, es hora de apostar por la autoría. Justo lo que parece que escasea en la televisión matinal general donde todos repiten patrones y ahí está el problema. 

La propia historia de la televisión recuerda lo contrario. María Teresa Campos afianzó un modelo de magacín robusto porque evidenciaba una mirada carismática, organizada con arte en secciones e invitados. Mientras, en el canal rival, Antena 3, Pepe Navarro competía en la misma franja con un late night matinal que rendía al atesorar una creatividad más gamberra. Es la única manera de otorgar influencia a tu canal en el largo recorrido, sin necesidad de rascar cada día en intentar subir una décima de cuota de share porque has tenido una 'exclusiva'. Las exclusivas van y vienen, los buenos formatos favorecen el hábito constante de conectar con el canal.

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