Si no quieres ser como ellos, lee

La televisión cultural y el aburrimiento

Gloria Fuertes y su capacidad de divulgar sin snobismo.
Gloria Fuertes y su capacidad de divulgar sin snobismo.
TVE

Dicen que en las estanterías de los realities de encierro de televisión nunca debe haber un libro. No vaya a ser que los concursantes se pongan a leer y, como consecuencia, no tengan conflictos de convivencia, que es lo que alimenta el culebrón de estos programas. Mercedes Milá rompió este mantra e introdujo libros en la casa de 'Gran Hermano'. Y por leer nadie se aisló, claro. Al contrario, probablemente tendrían más ingenio para jugar con gracia en un formato de estas características.

Muchas veces se cae en la trampa de creer que la divulgación de la lectura debe estar encerrada en programas pretendidamente culturales. De esos que se relega a cadenas más minoritarias y que, en ocasiones, hasta cuelgan el cartel de altiva exclusividad. Es la cultura de 'postureo' pero que no favorece a la cultura real. Es excluyente. No suma, no divulga más allá de los que ya tienen un interés concreto.

Pero, en realidad, la mejor divulgación de la lectura -como de cualquier arte- está en los programas que no van de nada. De ahí que la mejor inspiración social siempre vaya unida al entretenimiento clásico. De ahí que no sea comprensible que, por ejemplo, a menudo, se confunda "buena" televisión pública con programas pretendidamente culturales. Cuando la cultura puede ir impregnada desde en un show de variedades hasta en un late night, pasando por un masivo talent show. 

La propia Gloria Fuertes lo argumentaba cuando defendía que iba a todo tipo de programas de TVE porque quería que su poesía llegara a la diversidad de la población y "no se quedara en carpetas". La historia de TVE nos recuerda que programas de divertimento como 'Ahí te quiero ver' de Rosa María Sardá, 'Viaje con Nosotros' de Javier Gurruchaga, 'Cajón Desastre' con Miriam Díaz Aroca,  'Con las manos en la masa' de Elena Santonja o el propio 'Un, dos, tres...' podían ser un ilusionante show evasivo que, al mismo tiempo, despertaba inquietudes. Ahora lo hace con autenticidad 'Cachitos de hierro y cromo' al recuperar la pluralidad creativa del archivo de RTVE para divulgar nuestra historia musical reciente desde una valiente perspectiva del hoy. Y valiente es la palabra clave, pues es la forma de conectar con el público que muchas veces se siente huérfano de televisión. Así el formato de TVE y Radio 3 ha descubierto a muchos artistas a las nuevas generaciones, mientras otras más adultas recordaban iconos de su vida.

'Cachitos' plasma que el entretenimiento es mejor si aporta. Es más, recuerda que la fuerza de la televisión es mayor cuando no se tiene complejos para empapar la cultura -en este caso, musical- de una forma orgánica en cualquier género de programa. Sin necesidad de quedarse en programas que son contenedores cerrados en el estereotipo obvio (y dañino) de cultura que se asocia a lo aburrido. La 2 hace tiempo que intenta no seguir ese camino, por suerte. 

Hoy es el día del libro. Se hablará de lectura en todo tipo de programas. Y quizá recordando a Gloria Fuertes también es una buena oportunidad para, junto al libro y la rosa, recordar que la televisión que mejor nos acercó a la curiosidad por la lectura era aquella que era tan traviesa como nosotros. No los programas que imitaban a la entonación de conferencias demodé. La lectura es imaginación. Y la imaginación nunca es aburrida. Por tanto, la televisión que dice ser cultural jamás lo debería ser. Feliz 23 de abril.

Mostrar comentarios