OPINION

Lo mejor y lo peor de la (repetitiva) Nochebuena 2017 que nos ha dado la televisión

Raphael, Nochebuena 2017
Raphael, Nochebuena 2017
Raphael, Nochebuena 2017
Esta imagen podría ser de 2017, 2015, 2014, 2013, 1754.

La Nochebuena era un gran acontecimiento televisivo. Las grandes cadenas se ponían sus mejores galas para celebrar, junto a sus espectadores, la Navidad. Así surgían programas especiales que reunían a rostros del canal y, de paso, servían para involucrar de una manera entrañable al público con las programación de la emisora. Inolvidables son las ediciones con niños de Un, dos, tres... responda otra vez o los capítulos estelares -y con lluvia de nieve- de Farmacia de Guardia.

Pero da la sensación de que la Nochebuena en televisión se ha quedado atascada en un limbo atemporal que no va de la mano del momento en el que está la audiencia al que va dirigida tal oferta de contenidos.

De hecho, en la Nochebuena de este 2017, era difícil diferenciar qué era lo nuevo y qué era la reposición. Incluso los estrenos parecían una repetición de años anteriores. Y eso define la crisis por la que pasa la imaginación de los gestores de la televisiva actual.

Lo mejor de la noche, de nuevo, ha estado en TVE. Tres especiales originales y bien producidos. Telepasión, un show de Raphael y otro de Pablo Alborán, con un poderoso primer plano. En estas tres citas queda en evidencia el gran equipo técnico de la cadena pública. Los tres especiales, con tres grandes realizadores detrás -Gus Jiménez Vera, Pilar Ávila y Jose María Sánchez-Chiquito Morón, aprueban con buena nota a nivel técnico. Pero, sin embargo, estos especiales suspenden en imprevisibilidad de contenido, pues también parecen ya vistos antes.

Telepasión 2017
Protagonistas de Telepasión que crean expectación en la casa de sus familias.

En este 2017, Telepasión ha logrado una gran producción pero el formato está desvirtuado si se nutre de rostros que, en su mayoría, no son conocidos por el gran público. La gracia de Telepasión estaba en sacar a un contexto inaudito y travieso a los reconocibles profesionales 'serios' de la cadena. Y eso funcionaba en los noventa. Pero, ahora, no aporta demasiado. Este formato no se justifica con el elenco de la actual TVE.

Menos aún si se cae en canciones obvias, versionadas en televisión hasta la saciedad. De nuevo, otra vez más, parece que lo que estamos viendo ya lo hemos visto antes. Y bastantes veces. Además, el superpoder de Telepasión, del original que capitaneó Julia Otero, estaba en que era una oda a la televisión con espíritu crítico. Es decir, se daba cierta caña a TVE desde dentro de TVE.

También aquel primer Telepasión, que luego su esencia se deformó, suponía una cierta toma de pulso al momento que vivía España. Pero en la TVE de hoy, salvo excepciones como OT, El Ministerio del Tiempo o Cachitos de hierro y cromo -también con edición de Nochebuena y Nochevieja-, se tiene cierta dificultad para salir de los despachos y pisar los suelos en los que está la gente, el público.

En un momento en el que la música 'indi' triunfa en una extensa lista de festivales y entre un gran espectro de jóvenes (hasta pasados los cuarenta), los especiales de Navidad se centran en los mismos artistas consagrados de siempre, que tal vez podrían entremezclarse con mayor soltura con grupos que ya mueven masas pero que no suelen encontrar cobijo en un prime time de La 1 de Televisión Española, que se queda más en clichés herederos de la música de los noventa.

Raphael especial TVE 2017
Raphael nunca había estado en una sala de maquillaje antes.

Eso ha sucedido esta noche con el especial de Raphael, con la colaboración de la actriz Mariam Hernández como cómica desengrasando entre canción y canción. Pero, claro, también nos podrían haber colado este especial como una reposición. Sólo un fan acérrimo del cantante notaría la diferencia, entre este concierto de Raphael y uno de hace años. Lo mismo sucede con el especial posterior de Pablo Alborán.

Los dos programas musicales son sólo un concierto promocional, con cameos también promocionales, grabado por TVE para las dos principales discográfica de turno. Uno para Universal, otro para Warner. Pero son sólo eso: dos programas aptos para DVD pero que, en realidad, no son un programa de televisión con un desarrollo de guion contundente para dejar vibrando al espectador transmitiendo una historia. Y ahí la Nochebuena de TVE ha suspendido en una velada sin mucha competencia.

Tras los buenos resultados del pasado año, Antena 3 ha apostado por el barato zaping de cosas viejas. Un revival de su programación, Los más, y unos mejores momentos de Tu cara me suena. Por su parte, Cuatro ha creído en First Dates, el programa comodín del canal rojo y La Sexta ha hecho algo parecido con otro refrito, nunca mejor dicho en este caso, con fragmentos de Pesadilla en la cocina de Chicote. Mientras que Telecinco ha preferido diferenciarse del resto con cine familiar. Así ha emitido Frozen, como alternativa que ha sufrido una polémica incluida por un corte de publicidad en el peor momento posible.

En Nochebuena la televisión es una compañera de fondo, acompaña como una banda sonora perfecta para generar comentarios a través de la música, los gags, la pirueta creativa o las apariciones inesperadas. Pero las cadenas se han quedado paralizadas, TVE en su propio tópico y las privadas en su propio ahorro de inversión.

Error, pues la Nochebuena también es una oportunidad de hacer marca de cadena y atraer al redil a nuevos espectadores. ¿Cómo? Acompañando al televidente en su cena con una buena dosis de imaginación. No tiene que ser caro, sólo hay que estar en conexión directa con el momento emocional que está viviendo ese público en plena reconciliación con los 12 meses que deja atrás. Vale, quería acabar intenso hoy.  Feliz turrón.

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