El espacio informativo de La Sexta, 'Más vale tarde', incorpora a su equipo a la hasta ahora directora de 'El Programa de Ana Rosa', Àngels Juan. Un movimiento que se produce cuando la misma productora del matinal de Telecinco, Unicorn, compite con el canal verde de Atresmedia desde la tarde de Cuatro con un formato similar, 'Cuatro al día', pero más arrevistado.
Mientras, en la última e intensa temporada, 'Más vale tarde' ha sufrido. Durante las semanas del confinamiento, la cadena decidió retirar su consolidado programa previo, 'Zapeando', y cogió aire el rival Risto Mejide con 'Todo es mentira'. Como consecuencia, también ganó visibilidad 'Cuatro al día' con Joaquín Prat al frente y un tratamiento de la actualidad muy similar a 'El Programa de Ana Rosa'. Hasta comparten presentador.
El problema de 'Más vale tarde' es que llega a La Sexta en un tramo de menor trajín informativo en directo, los temas que trata ya han ocupado largas horas de programación del canal y su estética remite más a un noticiero tradicional. Pero la escenografía es fría. A esa hora de la tarde el espectador demanda un prisma que proyecte mayor calidez, menos oscuridad y más reposo. Mejor un acogedor suelo de madera, que un industrial suelo negro.
'Más vale tarde' parece que debe empezar a parecerse menos a un informativo con secciones distintas estructuradas con cierta rigidez y más a un magacín dinámico con colaboradores de referencia más presentes e identificables en la mesa. Pero tampoco es el remedio acudir al estilo de Mediaset. El programa ya ha probado desde hace tiempo los cebos, dignos de 'Aquí hay tomate', para captar el interés. Sin embargo, este tipo de acción no encaja tanto con la línea de La Sexta que se inventa otras fórmulas más orgánicas para generar suspense con el contenido a desarrollar: como conexiones o intervenciones desde redacción o estudio.
Mamen Mendizábal es la presentadora de este formato que lleva en emisión desde 2012 y que es importante en la tarde para mantener la estructura del canal como emisora pegada a la información viva. El espectador asume que si pasa algo La Sexta está lista para narrarlo en directo.
Ahora 'Más vale tarde' necesita avanzar para aportar un televisivo sello propio. Paradójicamente, en su escaleta destaca más la primera parte, la más lúdica que la final. Lo que puede apuntar a que el programa pide más secciones prácticas y menos intensidad política. Al fin y al cabo, la tarde es una franja en la que el espectador quiere coger cierto aire con contenidos más reposados que le acompañen. Incluso permitiéndole desconectar con alternativas útiles al enfrentamiento de la teatralización política que llevamos años emitiendo, en bucle, como si fuera un reality show.
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