OPINION

Noemí Galera y las decisivas claves que deja el primer día de casting de 'OT 2018'

Noemí Galera, casting OT 2018
Noemí Galera, casting OT 2018

Operación Triunfo ha vuelto con las ideas claras. Tras conseguir en su retorno a TVE en octubre reunir a una pandilla de artistas que ha generado una química especial entre varias generaciones de espectadores -gracias a su talento, su compromiso social y, sobre todo, su autenticidad-, la directora de casting de Gestmusic, Noemí Galera, junto con su equipo formado por Ismael Agudo y Pablo Wessling, ya busca una nuevo elenco de concursantes que mantengan la esencia de OT.

Sí, porque OT ha renovado por otra temporada más. Así que este miércoles ha arrancado el primer casting de Operación Triunfo 2018. Como es tradición, la gran explanada que se sitúa junto al Palau Sant Jordi de Barcelona ha acogido la multitudinaria audición. Una larga y serpenteante cola, que ha rodeado parte del Estadio Olímpico y en la que han estado esperando su turno los más de 2000 aspirantes. Casi triplicando la cifra del pasado año en la misma ciudad.

Son los gajes de asistir al casting de un formato que ha supuesto un fenómeno social, especialmente en las redes sociales. OT ha conseguido hasta vender discos. El más difícil todavía. Por tanto, el interés por participar en el show de La 1 se ha amplificado y Noemí Galera, en una pausa en plena audición, ha explicado a Lainformación.com las diferencias que ya se evidencian en relación con la pasada temporada: "se parece al casting de OT2 en que se está presentando más gente que, tal vez, no se hubiera animado hace doce meses", reflexiona Noemí con la sensación de que "el año pasado no encontramos tantos que vienen a probar si suena la flauta". Y es que el boom viral de OT ha animado a más personas a probar suerte e intentar alcanzar su segundo de gloria ante la atenta mirada de Galera. Aunque su recital sólo se llegue a ver por el Canal 24 Horas en Youtube. Que para algunos es suficiente para fardar.

Noemí Galera, casting OT 2018
Pose de directora de casting.

Pero el talento gana la batalla al frikismo en el casting de OT2018. Un casting que en Barcelona ya ha constatado tendencias: "este año, están copiando el rollo de vamos a cantar flojito, bajito, como Amaia, Aitana, Zahara, Rozalén", divulga Noemí, tras seis horas escuchando un desfile de posibles concursantes. "A la mínima que te viene alguien que te canta mínimamente movido ya dices ¡que alegría me estás dando!. Porque, claro, hace mucho sol y cinco horas de gente lánguida como que te dan ganas de morirte", bromea.

Esta declaración esconde un importante consejo: que las modas o tendencias no desvirtúen las virtudes de cada artista. De ahí que Galera no se canse en repetir el mayor truco para triunfar en un casting: "me harto de decirlo, ser ellos mismos. No queremos copias de nadie y hay que elegir bien el repertorio, por favor", recalca.

Porque a los casting hay que llevar los deberes bien hechos. Pero, a veces, los candidatos no se estudian las canciones como deberían. "Se preparan un trozo del tema y se paran cuando ya creen que han cantado suficiente, ¿quién te ha dicho que te pares a ti? ¡Tira!", dice con su espontánea ironía una Noemí que se ha convertido en la directora de casting de referencia en programas de entretenimiento.

Y ese cargo impone, y tal vez por eso mismo, a veces, los concursantes paren su interpretación vocal antes de tiempo. La mayoría nerviosos ante tal examen en público. Muchos salen emocionados, otros vitoriados y algunos, los menos, enfadados al ver que no pasan a la siguiente fase: "una le ha metido un viaje al micro... Ha sido tal que le he dicho que estaría bien no maltratar el material escolar".

Anécdota de un primer día de casting en el que "siempre tenemos la manga un poco más ancha". Y es que la jornada de estreno siempre sirve para ir tomando el pulso a la realidad que el programa se va a encontrar. Aunque hay algo que nunca cambia "con mucha diferencia, soy la que menos pegatinas da. Pablo -su compañero, junto a Ismael Agudo- es el que más pone en la solapa".

Un equipo de casting con olfato para captar en sólo unos segundos quién reúne los requisitos y se merece la pegatina que clasifica al candidato a la segunda fase, ya a puerta cerrada -la de Barcelona se está celebrando este jueves-.

No obstante, este año también parece que el propio espectador ha cogido el punto a las necesidades de esta etapa de OT: "Gente mayor estamos viendo poca. De 30 para arriba siempre había un buen grupo de personas que se presentaban, pero este año se ha interiorizado que es un programa muy joven, lo que creo de verdad".

Al final, Operación Triunfo es una academia en la que encajan mejor estudiantes con posibilidad de evolución, profesional y emocional, a ojos del espectador. El público, por tanto, ha interiorizado que el casting se basa en perfiles de alumnos muy por debajo de la cuarentena. 

Noemí Galera primera pegatina casting
Noemí Galera, la mujer de las  pegatinas.

Lo que no ha cambiado es la implicación en la audición de las mujeres. "Se lanzan más las chicas que los chicos que siempre se presentan menos. Ya sólo con los OT Covers había una barbaridad de diferencia entre ellos", recapitula Noemí.

Los OT Covers ha sido la novedad del casting en 2018. A través de las redes, posibles concursantes podían colgar un vídeo con una muestra de su talento para, así, conseguir un 'pase directo' a la audición y, lo más importante, saltarse la larga y calurosa espera en la cola. "De los OT Covers hemos cogido 5 de 34", explica Noemí. Un atajo pero que, en la primera jornada de pruebas, ha evidenciado que tener el 'pase directo' a la primera audición no asegura nada. "Los elegidos de los OT Covers no se pueden confiar porque, claro, coges un vídeo, te grabas varias veces hasta lograr la toma buena o lo manipulas... Hoy alguna vez he pensado: ¿esto lo he pasado yo? Pero olé por ellos".

El desafío de 'OT 2018'

No obstante, lo esencial de la dinámica del casting no ha cambiado con respecto el pasado año. Las audiciones, de nuevo, salen a la calle para implicar al público en el proceso selección de un talent show que retorna con un reto difícil: "que no nos comparen con el año pasado. Va a pasar, pero hay que intentar que los que entren sean realmente frescos y, en algún momento, se olviden de las cámaras y de la repercusión que tengan fuera", recalca Noemí.

Es lógico. Los nuevos concursantes ya vendrán un poco más resabiados sobre el funcionamiento y la percepción que genera en el público el canal 24 horas de Youtube. No serán tan ingenuos y soñarán alto: creerán que los ensayos (los pases de micros) son multitudinarios, que el público comenta cada uno de sus pasos... Así que Noemí y su experiencia televisiva deberá, de nuevo, intentar bajar a la tierra a estos concursantes para recordarles lo traidora que, a veces, es la fama televisiva.

El desafío es que los concursantes no estén pendientes del "exterior", pero también que "nosotros tampoco lo estemos -refiriéndose a profesores y equipo-. Una de las cosas que nos ha dejado de ser bastante libres este año es que hemos dado la importancia que tenía las redes sociales. Poco a poco, el programa evolucionaba y vimos que las redes tenían un peso específico en el formato muy fuerte, pero nosotros pasábamos bastante", explica Noemí.

OT 2017 ha crecido porque ha sabido escuchar a las redes con inteligencia, pero no se ha obsesionado con los flujos tóxicos de información que también surgen en las redes y pueden desvirtuar el ADN del formato. "Este año hemos de tener cuidado y no pasarnos de frenada. Pensar las cosas, tomar las decisiones en calma y no en caliente", subraya Galera. Ella misma se ha convertido en un inteligente vínculo entre el espectador televisivo y los concursantes en la academia. Un vínculo empático por honesto, sensato y, también, por comprender las redes sin caer en la trampa de su intensidad y relativizando. Mejor si es con humor.

Porque el mejor talent show es el que entremezcla talento, esfuerzo, aprendizaje, evolución, humor y emoción por encima del viejo cóctel de simplificar la trama del programa en lágrimas, historias de superación con música dramática de fondo y polémicas forzadas que, al final, no llevan a ninguna parte. El casting de OT 2017 dio en la diana de artistas y profesores que, juntos, propiciaban esa magia de la autenticidad televisiva que parecía en peligro de extinción. Ahí, de nuevo, está el porvenir de OT. De momento, Galera ya lleva terreno ganado. Porque, como los concursantes que busca, ella también es auténtica.  Y eso, la autenticidad sin edulcorantes, siempre traspasará la pantalla: sea de un televisor, de un ordenador, de una tableta, de un móvil o de lo que venga.

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