OPINION

Roberto Leal: lo más difícil que ha conseguido como presentador de 'OT 2017'

Roberto Leal
Roberto Leal
Roberto Leal
Roberto Leal. Cum Laude en aguantar la mirada a cámara.

La televisión no es sólo es reconocer, también es descubrir. Pero, en los últimos años, son escasos los casos de recambio generacional de presentadores en horario de máxima audiencia. Da la sensación de que siempre se repiten los mismos. Pero hay más comunicadores que Carlos Sobera.

A las cadenas les cuesta arriesgar en nuevos rostros, menos aún en horario de prime time. Sin embargo, TVE creyó en un veterano reportero como maestro de ceremonias perfecto para Operación Triunfo 2017. Su nombre, Roberto Leal. Para la visionaria Noemí Galera, Roberto Ideal. Y la directora de casting y directora de la Academia no se equivocaba: Leal ha estado a la altura, creciendo cada semana, como los propios talentosos concursantes del talent show.

Curtido en magacines en directo (se nota), Leal se estrenó en la primera gala de OT visiblemente nervioso, igual que los alumnos. Fue evidente que le imponía el reto. Impresionaba el retorno de un formato tan memorable como este.

Pero, rápidamente, Roberto entendió el tono del programa, dejándose llevar en el directo y logrando lo más difícil en un plató de esta envergadura: conseguir transmitir al público la sensación de estar disfrutando de la gala desde dentro. Gozando el show como el que más. Hasta bailando cada actuación de los concursantes, sin necesidad de correr para repasar el guion. Así ha contagiado esas sensación de estar disfrutando el programa. Lo que parece fácil, pero en un directo no lo es.

Quizá Leal sólo debe mimar no destripar en exceso los vídeos en sus presentaciones. Pero, a tres emisiones para la final, ya podemos afirmar que Roberto Leal ha triunfado su propia edición de OT, demostrando que es un presentador que ha llegado para quedarse.

Se quedará por su habilidad en el vaivén del directo, por su versátil naturalidad en escena -da igual que sea en un formato de tarde o en un espectáculo nocturno-, por su cercanía a la hora de compartir sus vivencias con el espectador a través de las redes sociales -sin miedo a interactuar con el público-, por su personalidad 'buen rollista' y por su capacidad de aguantar al plano antes de dar paso al vídeo. De hecho, seduce a cámara como las grandes comunicadoras de antaño. Porque, ahora, los chicos también pueden seducir a cámara. 

Roberto Leal habrá sorprendido a algunos por su buen papel en OT. Aunque, en realidad, sólo se trata de una evolución lógica de su trayectoria. Un reconocimiento merecido a un largo recorrido profesional, que demuestra que, también en televisión, a base de trabajo y esfuerzo, a veces, se crece.  TVE se merece a muchos Robertos Leal.

Mostrar comentarios