Uruguay defiende honestidad de su sistema financiero ante denuncia argentina

  • Uruguay no es ni paraíso fiscal ni centro internacional de lavado de activos, una etiqueta que se le ha vuelto a colgar en los últimos días desde Argentina por un polémico caso de blanqueo de capitales, coincidieron hoy varios agentes del sistema financiero uruguayo.

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Álvaro Mellizo

Montevideo, 25 abr.- Uruguay no es ni paraíso fiscal ni centro internacional de lavado de activos, una etiqueta que se le ha vuelto a colgar en los últimos días desde Argentina por un polémico caso de blanqueo de capitales, coincidieron hoy varios agentes del sistema financiero uruguayo.

Conocido históricamente como "la Suiza de América" por su relativa estabilidad política y su supuestamente permisivo y opaco sistema bancario, Uruguay reconoce solo la primera justificación de su apodo y considera la segunda "una leyenda" cimentada en una "incierta" visión de sus prácticas financieras.

La semana pasada el periodista argentino Jorge Lanata publicó una exclusiva en la que Uruguay aparecía como lugar clave en una trama de lavado de dinero efectuado por un empresario vinculado al matrimonio formado por el fallecido expresidente Néstor Kirchner y la actual mandataria, Cristina Fernández.

La investigación, según la cual uno puede ingresar cifras millonarias en un banco uruguayo sin que nadie le haga preguntas, desató ampollas en el pequeño país suramericano, al que esta semana pretendían llegar dos diputados opositores argentinos para convertirla en una denuncia ante la Justicia local.

Lanata hablaba en su informe de la existencia de empresas "fantasma" con sede en Uruguay y sin actividad real que sirven aparentemente para procesar y blanquear el dinero que llega al país a través de la frontera en efectivo y sin controlar.

En respuesta a ello, el presidente uruguayo, José Mujica, y su vicepresidente, Danilo Astori, salieron al paso de una acusación que llega a su juicio por la "lucha política" interna de Argentina, mientras la senadora y esposa del gobernante Lucía Topolansky llegó a calificarla de "infamia".

Mujica descartó que los bancos uruguayos permitan de forma institucional la entrada de dinero sin registrar su origen.

No obstante, en su habitual tono descarnado, reconoció que al país pueda entrar y salir dinero de forma irregular, incluso en aviones.

En 2009 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) puso al país en la "lista gris" como uno de los menos cooperantes y comprometidos a respetar los estándares internacionales de intercambio de información tributaria.

Aunque la decisión fue rechazada de plano por los estamentos políticos y económicos, se puso en marcha una reforma inmediata de algunas normas para adecuarlas a los pedidos internacionales, entre otras la creación de un acuerdo de transferencia de información fiscal con Argentina y otras naciones.

Fuentes del Banco Central del Uruguay (BCU), responsable de la fiscalización del sector, insistieron hoy a Efe en que el sistema es "transparente" y está alineado a las exigencias internacionales, y que se le exige además "una activa regulación y supervisión".

Para Hector Defféminis, socio principal de la consultora y auditora financiera BDO, estas periódicas acusaciones son el precio que Uruguay paga por haber sido "un país moderno en materia fiscal y abierto y claro en el manejo libre de las divisas desde siempre".

Eso, unido al secreto bancario, que solo podía ser levantado por resolución judicial firme, y una ley que protegía la identidad de los miembros de las sociedades anónimas con acciones al portador, "como muchos otros países", son motivo de este sambenito que ofende a los uruguayos, según Defféminis.

Uruguay "nunca fue o será un paraíso fiscal. Su único pecado fue haber mantenido una política de no gravar la renta generada en el exterior en un contexto en el que sus vecinos, por necesidad fiscal, no por éticas, comenzaron a hacerlo", explicó.

Fernando Gambera, secretario del sindicato de empleados bancarios (AEBU), también sostuvo que los bancos uruguayos "rinden cuentas" con ejemplar regularidad, si bien no descartó que, como en todo sistema, se "puedan hacer trampas".

"Las normas están y se cumplen. Ilícitos siempre puede haber, como en todas partes", razonó.

Pese a esta defensa monolítica, los tres apuntaron como posible fuente de blanqueo al sector inmobiliario, particularmente en el balneario de Punta del Este, lugar favorito de vacaciones para los argentinos.

Defféminis, por ejemplo, reconoció que muchos argentinos buscaron siempre tener "ingresos paralelos" con unos capitales que, "cuando no había tantas normas", llegaron para instalarse en Uruguay en forma de inversión inmobiliaria, aunque lo adujo a un intento de evadir impuestos en su país.

Según una reciente investigación del diario uruguayo El Observador, en medio de las restrictivas medidas del Gobierno de Cristina Fernández para evitar la fuga de dólares, en 2012 los depósitos de argentinos en Uruguay alcanzaron casi los 2,6 millones de dólares, un 12,7 % más que en 2011.

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