ETA agoniza sin negociación, a un lustro de renunciar a la violencia

El desmantelamiento de un importante arsenal reafirma que ni Francia ni España quieren dialogar con ETA y esperan su disolución, cinco años después de que la banda renunciara de forma definitiva a la violencia.

A ETA no le queda otro camino que "entregar las armas y anunciar su disolución", afirmó el jueves el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien tachó al grupo de "cadáver al que le falta solo expedir su certificado de defunción".

A días de cumplirse un lustro de que renunciara a la lucha armada el 20 de octubre de 2011, Francia y España simbólicamente dejaron clara su negativa a un diálogo con ETA al anunciar el desmantelamiento del depósito de armas en la localidad francesa de Carlepont (norte).

Según Fernández Díaz, quien habló en Luxemburgo al margen de un consejo de ministros europeo, el arsenal de 145 armas cortas (75 revólveres y 70 pistolas automáticas), dos fusiles de caza y munición es "el más importante desde el año 2004", cuando las autoridades hallaron otro escondite con más de 500 armas.

La banda armada, a la que se le atribuyen 829 muertos en España en nombre de su lucha por la independencia del País Vasco y Navarra, disponía antes de la última incautación "de entre dos y tres toneladas de explosivos, munición de diversos calibres y entre 200 y 300 armas", indicó Fernández Díaz.

Su capacidad operacional estaría bastante reducida, con la gran mayoría de sus miembros en prisión y solo una veintena de ellos prófugos, de acuerdo a especialistas en la lucha antiterrorista en Francia y España.

La prensa española reveló que ETA intentó recientemente contactar con las autoridades francesas para proponerles un "diálogo" que llevara a su disolución a cambio de principalmente de reagrupar cerca del País Vasco a presos diseminados en diversas cárceles.

Según El Mundo, la banda habría estado dispuesta, como señal de "buena voluntad", a revelar la localización de depósitos de armas escondidos, que incluían lo que restaba de un robo cometido en una armería en Vauvert, sur de Francia, en 2006.

"El fin de ETA no es negociable", aseveró una fuente judicial española contactada por la AFP.

"ETA no puede hacerse publicidad (...) con las presuntas maniobras de entrega de armamento", declaró el ministro del Interior, al precisar que las armas incautadas el miércoles podrían provenir justamente del robo de Vauvert.

ETA, cuyo último atentado ocurrió en 2010 en Francia, "busca escenificar su fin y demostrar que si se disuelve es porque así lo quiere", señaló bajo condición de anonimato un alto responsable del País Vasco.

Pero el grupo armado, que figura en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea, difícilmente tendrá un acuerdo de paz como el que busca, en base al modelo del firmado en Colombia entre el gobierno y la guerrilla de las FARC.

La banda armada "ha perdido una oportunidad histórica en el curso de la década de 1990 cuando existía una verdadera disposición de buscar soluciones negociadas", estimó el alto responsable vasco, evocando los diálogos al más alto nivel en Argel en 1989 con el gobierno del socialista Felipe González, o los organizados bajo el de José María Aznar en 1999.

La propia ETA está dividida entre los proclives a buscar modificaciones en las penas a los prisioneros que se arrepientan de sus acciones pasadas y aquellos de línea dura que reclaman una negociación en bloque.

Mientras, el País Vasco olvida sus "años de plomo", pero guardando distancia de Madrid.

En las últimas elecciones regionales, los independentistas de EH Bildu, donde militan algunos antiguos miembros del aparato político de ETA, y los nacionalistas conservadores del PNV, totalizaron más del 50% de los votos.

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