Reino Unido prefiere el control de fronteras al mercado único y fija sus líneas rojas

Reino Unido prefiere el control de fronteras al mercado único y fija sus líneas rojas
Reino Unido prefiere el control de fronteras al mercado único y fija sus líneas rojas

Siete meses después de que los británicos votaran a favor de la salida de la Unión Europea, la premier británica, Theresa May, ha trazado las líneas maestras de la que será su hoja de ruta en los próximos meses. Salir del mercado único y de la unión aduanera, un nuevo tratado bilateral de comercio con la UE y controlar la inmigración europea son las principales líneas rojas con las que Reino Unido negociará con la UE.

La primera ministra británica además ha confirmado que someterá a votación del Parlamento de Westminster el acuerdo definitivo al que llegue con Bruselas para la salida del Reino Unido de la Unión Europea. “Desde el punto de vista del procedimiento, el Brexit tendrá que ser votado en la cámara de los comunes y de los lores, reafirmando el constitucionalismo británico y el control parlamentario”, explica a www.lainformacion.com Pablo Nuevo, director del departamento de Derecho y Ciencias Políticas. Facultad de la Universitat Abat Oliba CEU. Es previsible que el acuerdo al que llegue el ejecutivo pase el control de las cámaras, en caso contrario llevará a un clima de desafección política que puede conducir a nuevas elecciones.

Por su parte, Salvador Llaudes, investigador del Real Instituto ElCano ha subrayado “la claridad en la exposición de los argumentos y las líneas rojas que van a negociar con la UE”, refiriéndose a su salida del mercado único y de la unión aduanera así como el control de los flujos migratorios.

Ambos expertos coinciden en subrayar la firmeza de la premier británica. Hay que tener en cuenta que desde la UE se le había transmitido a May que, si quería que el Reino Unido siguiera siendo parte del mercado único, debía tolerar la libertad de movimiento de personas. Su anuncio pone de manifiesto que May se ha plegado a la lógica del 'hard bréxit', un divorcio en el que está dispuesta a sacrificar el mercado común en aras del control de fronteras.

Tras la victoria del Brexit se pusieron sobre la mesa varios modelos de relación de países que, aunque no son miembros de la UE, sí tienen un estatus especial, como por ejemplo Noruega o Suiza, sobre todo por ser miembros de la Asociación Europea de Libre Comercio, siendo aplicable en su territorio parte de la legislación europea.

Tras las palabras de la premier, se desprende que Reino Unido quiere un traje a medida. “Todos estos elementos conforman un marco de negociación que hace que las ilusiones de algunos que pensaban que la salida no iba a a tener lugar o que sería en falso no va tener lugar porque Reino Unido lo desea”, ha subrayado Llaudes.

La inmigración ha sido otro pilar al que May ha dedicado gran parte de su exposición. Ha anunciado que, tras el futuro Brexit, el país controlará a toda la gente que entre en el país y que, eso sí, atraerá a los profesionales "más brillantes" e inteligentes para facilitarles su estancia en Reino Unido. Podría tratarse de un sistema similar al que ya aplican en países como Australia o EEUU donde se sigue un sistema de puntuación y estricto control, respectivamente. Aunque cabe la posibilidad de que Reino Unido ponga en marcha el suyo propio.

Puede dar la sensación de que la pelota está ya sobre el tejado europeo pero lo cierto es que el proceso aún se alargará hasta dos años. “Los miembros de la UE tienen que sentarse. Tienen tiempo - porque aún no se ha invocado el artículo 50- para pensar la nueva relación y postura de forma que provoque los menores problemas y que no suponga una manera de animar a otros estados”, ha recordado Llaudes. La intención de May es activar el proceso del Brexit el próximo mes de marzo, lo que abriría un periodo de negociaciones de dos años, que concluirían en marzo de 2019.

El profesor Pablo Nuevo coincide en que subrayar que las prisas no son buenas. “Hay que evitar una guerra económica con Reino Unido. Tienen que seguir siendo una aliado y sería un error mostrar firmeza pensado que así se puede evitar la implosión europea. Hay que evitar ir muy rápido”, ha remachado.

En un discurso no sólo dirigido a los ciudadanos británicos, sino también a los europeos, con una duración de una hora, May ha dicho de manera cariñosa que Reino Unido seguirá siendo Europa, al tiempo que ha intentado referirse a la ciudadanía británica como un todo donde Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte caminan de la mano. “Pese a que May ha señalado que el Brexit ha aumentado el sentimiento de unidad en el país es verdad que puede reactivar los nacionalismos, como el escocés”, ha recordado el profesor de la Universidad Abat Oliba CEU. Por su parte, el investigador del Real Instituto ElCano ha indicado que “ha sido un discurso en positivo, optimista y del que nace un Reino Unido global y comprometido con los valores europeos.”

Por último, May ha recordado que, paulatinamente, Reino Unido recuperará su soberanía nacional a la hora de promulgar y supervisar las futuras leyes. Es por ello que abandonará la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia. Sin embargo, es partidaria de mantener contactos e intercambiar datos e información relacionados con la seguridad. La libra esterlina ha reaccionado con fuertes subidas, una reacción “lógica”, al traer cierta certidumbre al proceso de divorcio con la Unión Europea. 

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