La pesadilla de Abdsalam, el joven que huyó de una cárcel del EI, acaba con final feliz

  • Abdsalam Haj Taher narra su desesperado viaje en busca de un lugar en paz tras sufrir lo indecible en una cárcel del EI donde hasta familias con niños le torturaron.

    Después de un terrible viaje como refugiado desde Turquìa hasta España en el que la muerte estuvo cerca, el Gobierno le acaba de conceder el Estatuto de Protección Subsidiaria.

La pesadilla Abdsalam, el joven que huyó de una cárcel del EI acaba con final feliz
La pesadilla Abdsalam, el joven que huyó de una cárcel del EI acaba con final feliz

Abdsalam Haj Taher viste vaqueros, una camiseta y unas zapatillas de deporte. Lleva un mochila a los hombros y camina con las manos en los bolsillos por los pasillos del Tribunal Supremo. Pese a su corta edad ha conocido en primera persona el terror. Fue encarcelado y torturado en una cárcel de niños de Estado Islámico. “Eramos 148 en una cárcel. Nos levantábamos a las cinco de la mañana y nos duchábamos con agua fría. Luego nos obligaban a rezar. Nos preguntaban cosas sobre el Corán y si no las sabíamos nos pegaban y torturaban”, cuenta el joven a lainformacion.com.

Con la voz temblorosa, el joven, que prefiere que le llamen Abdu, explica que su vida era normal y tranquila hasta que en 2011 empezó la guerra. “No sabía lo que era la guerra hasta que mataron a mi mejor amigo”, recuerda, entre lágrimas. Desde hace cinco años, los bombardeos no cesan en Siria. Sufrimiento y miedo es lo que sienten miles de jóvenes como Abdu cuyas vidas se han roto por el conflicto.

Los primeros años intentó vivir con normalidad, pese a que las bombas racimo y los bombardeos cayesen sobre su ciudad. “Tenía que ir desde Kobane a Alepo a hacer un examen importante. El camino estaba controlado por Estado Islámico. Al ir hacia Alepo me dejaron pasar pero al volver, me cogieron”, describe.

Durante cuatro meses estuvo en una cárcel de Estado Islámico. Sin apenas comida y rodeado de terroristas. “Eran hombres y mujeres, algunos extranjeros que han ido a Siria con sus hijos. Estaban todos armados”, asegura.Huida de la cárcel 

Desde el primer día que entró en ese infierno empezó a pensar en cómo escapar. “Fui más listo que ellos”, reconoce. Y valiente.”Ya no podía más. Si me quedaba estaría esperando a la muerte y si me cogían me mataban. Les dije a mis compañeros que me iba a escapar y si querían venir conmigo. Fui el capitán de la huida”, dice, entre risas.

Su buen comportamiento le ayudó a ganarse la confianza de los yihadistas: “logré un llave para ir al baño, dejé una puerta entreabierta y al amanecer escapamos”. Abdu y sus 12 compañeros habían conseguido engañar a los bárbaros de Estado Islámico y recuperaban la libertad , a medias, porque vivir en un país en guerra limita tus movimientos, encadena tus sueños y rompe familias.

Tras cuatro meses de pesadilla, Abdu volvía a abrazar a su madre y a sus hermana gemelas en Turquía, donde están viviendo. Sin embargo, pese al amor de su familia, el joven no lograba ser feliz, de nuevo "tenía miedo de que me volvieran a coger en la calle o que le pasara algo a mi familia”, asegura.El periplo a  Europa 

Un día decidió empezar de nuevo. Al igual que decenas de miles de personas hicieron el año pasado, Abdu puso rumbo a Europa, a España donde le esperaba su hermano mayor, de 28 años. Junto con su sobrino, su hermana y su cuñado emprendió la travesía por barca, tren, autobús, a pie... El interminable viaje le llevó a Turquía, la Isla de Cos, Atenas, Macedonia, Serbía, Hungría, Austria, Alemania y España. Un periplo que no olvidará. “Fue un viaje muy duro. Piensas todo el rato en tu familia porque no saben nada de ti. Viajas en un bote y si viene una ola...fue muy duro”, describe.

Lleva solo un año en España y está totalmente integrado. Estudia 4º de la ESO en el Centro de Estudios Santa Bárbara donde está muy contento. “Doy las gracias a todos los que han hecho algo por mí”. Una de esas personas es José Manuel Pardo, su profesor de teatro que el curso pasado le encomendó la tarea de protagonizar Los Miserables. “No hablaba nada de español. Estaba lleno de medio y tenía un hermetismo absoluto. Me propuse ayudarle y empezamos a tocar todas puertas para ayudarle a conseguir el estatuto de refugiado”, cuenta a www.lainformacion.com

Y lo ha conseguido. Hoy, el Gobierno le acaba de conceder el Estatuto de Protección Subsidiaria, que es la protección que está otorgando a todos los refugiados sirios que solicitan en España el asilo. Hoy empieza su nueva vida, en un país seguro, donde no caen bombas y las escuelas no están devastadas. Hoy el joven Abdu sueña con abrazar a su familia, todavía en Turquía pero que podría venir a España gracias a sus estatuto de refugiado con el podrá reagrupar a su familia pidiendo que se les extienda la misma protección. Hoy el joven Abdu ve más cerca su ilusión de convertirse en actor famoso cuando sea mayor.

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