La extrema derecha forja alianzas transnacionales para las próximas europeas

    • Un informe del 'think thank' Foro Europa Ciudadana alerta de que estas formaciones buscan socavar el sistema desde dentro tras formar un grupo parlamentario propio.
    • Estos partidos, que ya alcanzan la veintena dentro de la Eurocámara, llevan varios años celebrando encuentros para estrechar lazos y dar una imagen de unidad.
HOLANDA LE PEN
HOLANDA LE PEN

El creciente desapego de los ciudadanos hacia las instituciones europeas se ha convertido en la ocasión de oro para que la extrema derecha escenifique su irrupción en la Eurocámara. A día de hoy, 43 diputados de una veintena de partidos eurófobos forman parte del Parlamento Europeo -casi un 6% del total de los escaños-, sin olvidarnos del avance que muchos están teniendo en sus países de origen.

Pero el fenómeno puede ir a más, como vaticina el 'think tank' Foro Europa Ciudadana, que en un informe difundido recientemente alerta de que estas formaciones buscan "socavar el sistema desde dentro" para marcar la agenda política al estilo del Tea Party estadounidense.

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El estudio, elaborado por el experto en integración europea José Carlos Cano, detalla que partidos como el UKIP de Nigel Farage (Reino Unido), el FN de Marine Le Pen (Francia), el Partido de la Libertad de Geert Wilders (Holanda) o el ÖVP de Michael Spindelegger (Austria) podrían encontrarse entre los partidos más votados en sus respectivos países en los próximos comicios comunitarios, en los que la extrema derecha buscará confeccionar su propio grupo parlamentario enarbolando la bandera del antiextranjerismo y la eurofobia.

Como señala este laboratorio de ideas, las formaciones han forjado una serie de alianzas transnacionales para hacerse fuertes durante los últimos años. Mientras Europa se desintegraba política y financieramente al calor de la crisis económica, los congresos y encuentros han sido una constante en la trayectoria de estas formaciones. Ya en mayo de 2009, el FPÖ austríaco, el VB belga, la LN y el FN francés se reunieron en un congreso en Colonia (Alemania), donde formaron un frente anti-islámico.

La celebración de otro congreso en 2010, auspiciado por la extrema derecha belga y bautizado como 'Congreso antiminarete', reforzó la determinación de estas formaciones de luchar contra el islam, que en 2008 había comenzado a materializarse con la formación de la organización Cities against islamisation.

Los encuentros entre estos partidos, cada vez más presentes en la política european se han hecho cada vez más frecuentes. Una de las citas más recientes entre líderes de extrema derecha tuvo lugar en noviembre del pasado año, cuando Marine Le Pen (FN) y Geert Wilders (Partido de la Libertad) se reunieron en La Haya para firmar una alianza que devolviese soberanía a Francia y Holanda y que luchase contra "el monstruo europeo".

Por ahora, estos partidos se encuentran diseminados en el grupo de los no inscritos y en el Grupo Europa de la Libertad y la Democracia, donde se aglutinan varias ideologías. De formar grupo propio, los partidos conservadores y cristianodemócratas serían los que más influencia podrían perder. Neutralizar a la extrema derecha creando lo que el 'think thank' denomina como "cordón sanitario" es una opción complicada, ya que separar de manera tajante los postulados de estas formaciones no es tarea fácil.

El laboratorio de ideas propone otras tres opciones para minimizar su impacto: aceptar algunas de sus propuestas para evitar la fuga de votos; colaborar en temas de importancia capital; o aliarse formalmente para salvaguardar su electorado.

En todo caso, el informe constata que el temor de los partidos tradicionales a perder importancia en la Eurocámara ha llevado a aceptar "moderadamente" algunas de las líneas políticas fijadas por los eurófobos. También resalta queel fenómeno de la eurofobia no sólo afecta al centro-derecha europeo, sino que también ha surgido en la izquierda en menor medida, donde "las opciones políticas antieuropeístas tienen, asimismo, un impacto electoral sobre los partidos de izquierdas tradicionales".

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Más transparencia y coordinación

Pese a encontrarse en mínimos históricos, las formaciones europeístas pueden jugar varias bazas ante esta amenaza. Como detalla el informe de Foro Europa Ciudadana, la transparencia y la estabilidad ante la crisis son los mejores argumentos para desmontar sus postulados.

El 'think tank' hace referencia a cuatro desafíos a los que se tendrá que enfrentar la Unión si quiere que no se acabe con ella desde dentro. El primero de ellos es la búsqueda de la estabilidad, una de las bazas más poderosas que la extrema derecha utiliza para reprochar la inutilidad de Europa.

El aumento de las desigualdades sociales, el descenso de los niveles de bienestar y el 'dirigismo' de Bruselas, el BCE y el Eurogrupo no han ayudado a mitigar la eurofobia. La colaboración entre los Estados miembros será capital para que los más desfavorecidos no depositen su confianza en las formaciones más extremistas.

Esta cooperación, según detalla Foro Europa Ciudadana, también es clave en todo lo relativo a la seguridad ciudadana. Si los miembros de la Eurocámara son capaces de establecer políticas comunes contra las mafias migratorias, podrán desmontar el argumento que se opone a la libre circulación de personas y, en general, el antiextranjerismo que suele aflorar en tiempos de crisis ante el aumento de la criminalidad.

La poca credibilidad, el oscurantismo y el elitismo que los europeos creen que impera en el sistema sólo se podrá combatir con más transparencia. "La UE tiene que dejar de ser un proyecto convencional plurinacional para convertirse en un proyecto democrático europeo, con métodos asequibles para la ciudadanía y para los agentes económicos involucrados", argumenta el 'think tank'.

El aumento de la transparencia, además, no puede limitarse a las fronteras comunitarias, sino exportarse al ámbito internacional. Como se destaca en el informe, sólo el 7% de la población mundial vive en la UE, por lo que trabajar en la credibilidad del proyecto europeo sigue siendo crucial, en especial en todo lo relacionado con las políticas de acogida y de apertura de fronteras.

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