La Misión de Corea del Norte ante la ONU ha rechazado "categóricamente" esta resolución, que ha definido como un documento "fraudulento e intervencionista en asuntos internos de un Estado soberano" que tiene como objetivo "derrocar el régimen" norcoreano y "asfixiar" al país, siguiendo así "la política hostil anticoreana de Estados Unidos".
Según recoge la agencia norcoreana de noticias KCNA, este documento repite el contenido del informe del comité de investigación anterior, "inventado con mentiras, falsedades, intrigas y fraudes", mentiras que ha comparado con las que "Washington pronunció hace 13 años cuando habló de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak".
Pyongyang ha señalado que la resolución cuestiona los trabajos forzados y la explotación de trabajadores norcoreanos en el exterior --práctica que ya han venido denunciando, además de la ONU, varias organizaciones--, algo que asegura que es "inexistente".
Asimismo, ha señalado que el documento está plagado de "mentiras inventadas" por la presidenta de Corea del Sur, Park Geun Hye, con las declaraciones de "fugitivos norcoreanos" a los que Pyongyang ha definido como "escorias humanas prófugas de la Justicia".
Así, Corea del Norte ha acusado a la ONU de dejarse llevar por "la política de brujería" de Park, al cuestionar "de forma absurda" el problema del programa nuclear y de misiles balísticos de Pyongyang, "que nada tiene que ver con los Derechos Humanos".
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