Análisis de 'Juego de tronos' 6x04

  • 'El Libro del Desconocido', cuarto capítulo de la sexta temporada de 'Juego de tronos', nos ha dejado esperados reencuentros fraternales, unos más emotivos que otros.

    El episodio también es una muestra de la fortaleza y peso que están ganando las mujeres en Poniente y Essos. Especial mención a Daenerys, cuya escena revolucionó a los fans.

Análisis de 'Juego de tronos' 6x04
Análisis de 'Juego de tronos' 6x04
HBO
Marta S. Ortigosa

[Ojo spoilers] Estamos casi en el ecuador de la sexta temporada de 'Juego de tronos', y las piezas empiezan a prepararse para una brutal batalla en el norte, mientras en Essos Daenerys por fin pasa a la acción y muestra de lo que está hecha una Targaryen con una escena que se ha convertido en lo más comentado junto a los reencuentros fraternales. 'El Libro del Desconocido', que así se llama el cuarto episodio, es también una muestra del peso y la fuerza que están tomando las mujeres en la serie. Sansa Stark, Yara Greyjoy, Margarey Tyrell y Daenerys Targaryen son la viva prueba de ello.

Como ocurriera en los tres episodios anteriores, la acción comienza en el Castillo Negro, con Edd el Penas intentando convencer a Jon de que no deje la Guardia de la Noche para ayudarles a combatir a los caminantes blancos. Nieve, sin embargo, se muestra firme en su decisión de partir hacia el sur, hasta que atraviesa la puerta de la fortificación una cara familiar, su hermanastra (hasta que se demuestre lo contrario) Sansa Stark, un personaje que nunca ha sido santo de mi devoción pero que esta temporada está creciendo a pasos agigantados. Ha dejado de estar a merced de otros para ejercer de líder y mostrar carácter.

En los primeros compases del episodio, el director Dan Sackheim ya nos dejó el momento más emotivo. Por fin, tras infinidad de desgracias, dos Stark se reencuentran. Cerca estuvo el propio Jon de toparse con Bran y Rickon en un molino (y con Hodor, Osha y los hermanos Reed, Jojen y Meera), pero es atacado por salvajes y al final no llegan a verse. Arya también estuvo a un paso de volver a reunirse con su familia, pero la vimos quedarse a las puertas de donde estaba teniendo lugar la fatídica Boda Roja.

Jon y Sansa se sumen en un fuerte y cariñoso abrazo, que da lugar a una charla agradable recordando viejos tiempos, pero que termina con la mayor de las Stark pidiéndole ayuda para recuperar de manos de los Bolton su casa, Invernalia. Mientras ella exhibe vigor y fortaleza, él muestra debilidad. "Estoy cansado de luchar", le confiesa. Tras su resurrección nos encontramos a un Jon roto, rendido. Esperábamos que luciera un espíritu más vengativo, más vivo. No el de un alma en pena. Para goce de los espectadores, en la parte final del episodio recibe una carta de Ramsay Bolton que enciende la mecha y le hace cambiar de opinión.

Antes de recibir el mensaje, en Castillo Negro se produce un tenso encuentro a tres. Por suerte para Melisandre, Brienne aparece en escena cuando Ser Davos le pregunta por la princesa Shireen (recordemos que la Bruja Roja la quemó en la hoguera). Será interesante ver cómo reacciona el Caballero de la Cebolla cuando se entere de qué ocurrió con la pequeña. También habrá que ver si Brienne será capaz de dejar el pasado atrás, porque, como ella misma dice, no ha perdonado que Stannis y Melisandre mataran a su señor, Renly Baratheon. Con quien sí parece que la guerrera Tarth hará buenas migas es con el salvaje Tormund, que ofrece el momento distendido del capítulo al ponerle ojitos durante una comida.

Volviendo a la carta. Jon recibe un amenazador mensaje de Ramsay en el que le comunica que tiene a su hermanastro Rickon en las mazmorras de Invernalia y le detalla lo que les hará a todos (violaciones, ojos arrancados...) si no le devuelve a su esposa. Esta carta es la mecha que necesitaba Jon para quitarse de la cabeza la idea de irse al sur a vivir la vida y luchar, junto a Sansa, los salvajes y los norteños que se unan, por recuperar el norte.

Entre esos norteños se encuentra el ejército de la casa Arryn. Meñique debuta en la temporada haciendo lo que mejor se le da: manejar a la gente a su antojo para su beneficio (porque no sabemos cuál es su objetivo final, pero sabemos que ayudar a Sansa solo es un medio para conseguirlo). Lord Baelish convence al 'paradito' Robin Arryn, señor del Nido de las Águilas, de que preste sus soldados a la causa del norte. Este movimiento de Meñique dará la oportunidad de lucirse a una casa que ha sido dejada en un segundo plano a lo largo de la serie (quitando esos momentazos en la Puerta de la Luna).

En Invernalia, Ramsay sigue tan despiadado como siempre. En este episodio nos tiró por la borda la teoría que comentábamos la semana pasada de que el secuestro de Rickon era una treta por parte de los Umber para engañar a Lord Bolton. Osha se despidió de la serie sentada sobre Ramsay y con un cuchillo clavado en el cuello. La salvaje intentó seducirle para matarlo, pero la jugada se le volvió en su contra. El joven Rickon se ha quedado solo en las mazmorras de Invernalia.

En Meereen, Tyrion sigue ejerciendo de gobernador de la ciudad ante la ausencia de Daenerys. En esta ocasión le vemos hacer lo que mejor se le da, política. Llama a los representantes de Yunkai, Volantis y Astapor para negociar con ellos con el fin de que cesen su apoyo a los Hijos de la Arpía. Su decisión de otorgarles siete años para que abolan progresivamente la esclavitud en sus territorios genera un enfrentamiento entre Tyrion y Gusano Gris. Nos gusta ver al Lannister ideando estratagemas y haciendo tratos, pero se nos queda la sensación de que todo esto poco peso tendrá en la trama principal. Tyrion está siendo desaprovechado. Esperemos que pronto le veamos de nuevo metido en las confabulaciones de Poniente.

Como mencionamos al principio, este capítulo ha sido de reencuentros fraternales. Aparte de Sansa y Jon, también se volvieron a ver después de un tiempo Yara y Theon Greyjoy y Margaery y Loras Tyrell, aunque en circunstancias muy diferentes. Theon, tras dejar atrás a Sansa, llega por fin a casa, donde se entera al atracar de que su padre ha muerto. El hundido Greyjoy se reúne con su hermana en una escena que dista mucho de la emotividad vivida en el Castillo Negro. Yara cree que Theon ha vuelto a reclamar el trono, pero este le dice que ella es quien merece gobernar y que lo que quiere es ayudarla. Por su parte, a Margaery, tras aguantar un sermón del Gorrión Supremo (en las partes en las que aparece este personaje el ritmo del capítulo baja considerablemente), se le permite visitar a su hermano en la celda donde está preso. La reina le insiste a un destrozado Loras que se mantenga fuerte. A pesar del estado en el que se encuentra, vemos a una Margaery con una energía y una convicción como nunca antes.

Sobre Margaery hablan Cersei, Jaime y los Tyrell. Los Lannister dejan a un lado sus tiranteces con la casa Tyrell para unir fuerzas y acabar con el Gorrión Supremo que tantos quebraderos de cabeza les está dando. Olenna acepta la propuesta con el objetivo de que Margaery no tenga que pasar por lo mismo que sufrió Cersei, el paseo de penitencia por las calles de Desembarco del Rey. Conociendo a estas dos familias no sería de extrañar que una le dé una puñalada por la espalda a la otra.

Cerramos con la escena final que tanto ha dado que hablar (en algunos sitios por su impacto y en otras por el desnudo). Ya era hora de que Daenerys abandonara la diplomacia y sacara a la luz su lado Targaryen. La Madre de Dragones es convocada a un juicio para escuchar la decisión de los dothraki sobre su futuro. Daenerys, en lugar de mostrar pánico por lo que pueda sucederle, saca su lado más salvaje y prende en llamas el templo de las Dosh khaleen, matando a todos los líderes dothraki presentes, incluido Khal Moro. Ella sobrevive (ser Targaryen es lo que tiene) y sale por la puerta grande. Todo el pueblo se arrodilla ante su khaleesi. No faltan tampoco Jorah y Daario, que hallaron por fin a su reina.

Lo de salir viva (y desnuda) de las llamas es una fórmula que ya vimos en la primera temporada. No sorprende, pero sí que nos motiva de cara al nuevo rumbo que tomará 'La que no arde'. Es hora de que Daenerys demuestre de lo que es capaz y si para ello tiene que volverse un poco loca como su padre Aerys Targaryen, no nos quejaremos.

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