Académica documenta el paso por México de André Bretón, padre del surrealismo

  • Una académica francesa rescató documentos sobre la visita que el escritor francés André Bretón hizo a México en 1938, y que le "revitalizaría" y permitiría reencontrarse "con el imaginario de su infancia".

Alberto Cabezas

México, 27 ene.- Una académica francesa rescató documentos sobre la visita que el escritor francés André Bretón hizo a México en 1938, y que le "revitalizaría" y permitiría reencontrarse "con el imaginario de su infancia".

La obra "puede ser un punto de partida" para otra que en un futuro analice la relación entre el Surrealismo "y el ámbito hispanoamericano", dijo hoy en entrevista con Efe la investigadora Fabianne Bradu.

En "André Bretón en México" (Fondo de Cultura Económica, FCE; 2012), Bradu se dedica más a rescatar documentos que a interpretar los acontecimientos de aquella visita que marcaría a Breton (1896-1966) y a la que el escritor dedicaría uno de sus textos en la revista Minotauro: "Souvenirs du Mexique" (Recuerdos de México, 1939).

Bradu repasa momentos del viaje realizado entre el 18 de abril al 1 de agosto de 1938 por invitación del diplomático Isidro Fabela, representante de la UNAM en Europa, en el que Bretón descubrió "un país fabuloso que ya estaba en su cabeza".

Sin embargo, el viaje generó tensiones a raíz de un boicot promovido por el Partido Comunista Francés, que se apoyó en artistas afines en México para desacreditar las conferencias y apariciones públicas de Bretón y tratar de aislarle.

Así, por ejemplo, figuras como el poeta Efraín Huerta (1914-1982) le criticarían tras el estreno en México de la película de Luis Buñuel "Un perro andaluz", en el que participó el escritor francés, al señalar que era "el anciano protegido de Diego Rivera" (1886-1957).

Fue precisamente el muralista mexicano, muy cercano al presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940) y ya distanciado del Partido Comunista, quien acogió al recién llegado y facilitó sus reuniones con León Trotski (1879-1949), "el apestado del planeta", apunta Bradu, que había llegado de Noruega el 9 de enero de 1937.

Los cinco encuentros entre ambos, cordiales al principio pero más tensos a medida que avanzaron por sus diferencias, culminarían con la publicación del "Manifiesto por un arte revolucionario independiente" en julio de 1938.

A partir de ese documento se crearía la Federación Internacional de Arte Independiente (FIARI) y su órgano de difusión, la revista "Clave", un proyecto que quedaría truncado por la falta de adhesiones y el asesinato de Trotski en agosto de 1940.

Bradu cree que Bretón fue testigo en 1938 de un México que "vivía uno de sus momentos más gloriosos" con Cárdenas en el poder, quien acababa de nacionalizar el petróleo y estaba a punto de abrir las puertas del país a decenas de miles de exiliados españoles que huían de la Guerra Civil (1936-1939).

Probablemente en México el poeta francés se reencontró con "el imaginario de su infancia", con un país que había conocido a través de libros y de su amigo Antonin Artaud (1896-1948), señala Bradu.

En una entrevista, el hondureño Rafael Heliodoro Valle escribiría una opinión de Bretón sobre el país: "México tiene en actividad su pasado mítico y tiende a ser una atmósfera surrealista por excelencia (...) México no es un mito sino una vibración de la realidad. Es un país en el que la tradición popular está más viva que en cualquiera".

Tras su regreso a Europa, México se convertiría "en un tema de curiosidad siempre para Bretón", interesado sobre todo en su plástica y su poesía, por lo que "hasta el final de su vida lo siguió mencionando y habitando", afirma Bradu.

Doctora en Letras por la universidad parisina de La Sorbona y afincada en México desde hace 32 años, Bradu es investigadora del Centro de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y autora de otros libros sobre franceses que han visitado el país como Artaud y el poeta Benjamin Péret (1899-1959).

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