Bruselas se suma al Día del Jazz con conciertos en las calles y en el metro

  • Pianos, violines, trombones y contrabajos son algunos de los instrumentos que salieron hoy a estaciones de metro y plazas de Bruselas para sumarse con conciertos a las celebraciones del Día Internacional del Jazz.

Bruselas, 30 abr.- Pianos, violines, trombones y contrabajos son algunos de los instrumentos que salieron hoy a estaciones de metro y plazas de Bruselas para sumarse con conciertos a las celebraciones del Día Internacional del Jazz.

La segunda edición de esta jornada, impulsada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), cuenta con la ciudad de Estambul como epicentro de las celebraciones, y a ella se espera que se unan más de 100 países.

El cuarteto Claude Simon fue uno de los grupos que puso la banda sonora al tránsito habitual en los pasillos del suburbano bruselense, inaugurando los eventos programados en la capital belga para la jornada ante la mirada de unos cuantos curiosos.

"Me encanta esta iniciativa. El jazz ha estado a menudo encerrado en los clubes de jazz y la gente no puede descubrir un estilo que no conocen si no están en contacto con él", consideró Céline David, apasionada del jazz y autora de un blog dedicado a este estilo que se topó con el concierto por casualidad en su trayecto habitual.

Además de dar a conocer el jazz a un público más amplio, uno de los objetivos de la UNESCO con esta jornada es promocionar los valores que transmite este estilo nacido en Estados Unidos a principios del siglo XX.

Algunos de esos valores, según David, son "el encuentro de músicos y de gente", así como "un valor universal, la libertad con respecto a la música", por el margen que da el jazz a la improvisación, explicó.

En esto coincidió Christine Rygaert, miembro de la asociación de músicos de jazz belgas Les Lundis d'Hortense.

"Los valores del jazz son el encuentro, la improvisación, la apertura, el diálogo", explicó a Efe en una pequeña plaza de Bruselas en la que el trío Ananke animaba el ecuador de la jornada a varias personas que aprovechaban para tomar algo en una terraza bajo unos intermitentes rayos de sol.

"Es una música que se basa mucho sobre la improvisación, es decir, en la escucha del otro. Si los músicos del jazz no se escuchan entre ellos y no hablan, no puede haber improvisación", añadió.

Su asociación organizó junto a la Unesco los actos celebrados en la capital belga durante esta jornada, que incluían cursos sobre la historia del jazz y una emisión especial en la radio pública francófona.

"Como asociación de músicos del jazz belgas, hemos querido poner énfasis también en la manera en que el jazz se entiende en Bélgica y nuestras tradiciones, porque más o menos cada país tiene su propio estilo en el jazz", dijo.

Bélgica tiene una relación muy especial con el jazz y el jazz la tiene con Bélgica, país que puede presumir no solo de ser la cuna de célebres maestros del género, como Django-Reinhardt, sino también de haber visto crecer al mismísimo padre del saxofón, Adolphe Sax.

La Conferencia General de la UNESCO decidió en noviembre de 2011, a propuesta del pianista de jazz y embajador de Buena Voluntad para el diálogo intercultural Herbie Hancock, celebrar cada 30 de abril el Día Internacional del Jazz.

El objetivo de la jornada es "sensibilizar al público general sobre las virtudes de la música jazz como herramienta educativa y como motor para la paz, la unidad, el diálogo y el refuerzo de la cooperación entre pueblos", según la UNESCO.

El principal evento de este año será el concierto que reunirá a 36 estrellas de la música en la iglesia de Santa Irene de Estambul, entre ellas el propio Herbie Hancock, Al Jarreau y Rubén Blades.

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