DVicio da sus primeros pasos hacia el auténtico "Paraíso"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 12 sep.- DVicio es una banda española con todas la bazas para convertirse en un nuevo fenómeno de masas entre las adolescentes, con cinco chicos jóvenes, guapos, autores de sus propias canciones y sabedores ya de lo que es tener un éxito bajo el brazo, "Paraíso", justo ahora que se publica su primer álbum.

Ese es precisamente el título de su debut discográfico, "Justo ahora" (Sony Music), lanzado esta semana al mercado después de haberse colado entre las melodías más radiadas del verano gracias al spot de un conocido restaurante de comida rápida.

"No nos sentimos los chicos de McDonalds, de hecho ni nos regalan hamburguesas cuando entramos en un local", bromean estos cinco madrileños de la localidad de Rivas en una entrevista con Efe, en la que se declaran fervientes admiradores de El Canto del Loco y en la que se atreven a fantasear en voz alta con una colaboración con su ídolo Dani Martín.

Sus gustos combinados arrojan una extraña fusión del pop-rock de Coldplay, U2 o Dire Straits con una línea más latina que se fija en Maná, Ricardo Arjona y Camila -quizás el parecido más evidente pasa por el de esta banda mexicana-.

Luis, Nacho, Andrés, Martín y Alberto se conocen desde la más tierna infancia -la mitad de ellos desde los 3 años- y no dudan en definirse como "amigos antes que cualquier otra cosa".

"Puedes tener discusiones, pero somos como hermanos, así que al rato nos hemos arreglado y eso lo hace todo más fácil. Nos conocemos bien", aseguran.

Su carrera musical arrancó bajo el nombre artístico de Tiempo Límite haciendo versiones -la de "Titanium", por ejemplo, recibió más de 135.000 visitas en internet- y "todo fue madurando de forma natural" hasta crear sus propios temas, cuentan.

En ese proceso, todos aportan con diferentes ideas de arreglos para sus respectivos instrumentos al servicio de las ideas de Andrés Ceballos, principal compositor y vocalista del grupo.

Aunque al hablar no puede negar que sea ciudadano de Rivas Vaciamadrid, su ascendencia argentino-brasileña aflora claramente cuando canta a través de un marcado acento latino. "Lo hago así desde los 12 años. Me parece que es un signo de identidad y algo de lo que estoy orgulloso, de esos orígenes", afirma.

Hace más de un año acordaron durante una conversación en una cafetería de la capital que sería buena idea marchar a México para grabar un pequeño disco con cuatro temas. Allí firmaron su contrato con Sony Music Spain y la grabación del EP se terminó convirtiendo en un álbum de larga duración producido por Juan Carlos Moguel.

"Vivimos todos en el mismo apartamento, al principio con solo un cuarto y un solo baño", dicen entre sonrisas al recordar los siete meses que duró la grabación, una duración atípica por extensa que achacan al cariño con el que se hicieron las cosas.

Precisan que lo más complicado fue la selección de temas, ya que se presentaron con más de 40 canciones que redujeron a solo once entre baladas, medios tiempos y cortes optimistas como el citado "Paraíso".

"Teníamos claro que tenía que ser el 'single'. Tiene un tempo pegadizo, es fresco y alegre, con una historia divertida, la de la mala relación entre un novio y los suegros, pero el disco tiene una continuidad con temas más profundos, de amor y de rebeldía...", subrayan.

Con su nuevo sencillo, "Justo ahora", el mismo que titula el álbum, aspiran a reeditar el éxito de "Paraíso", que en solo dos semanas alcanzó el puesto número tres en la lista de canciones y en la de "streaming" de Promusicae y cuyo vídeo va ya por los 4,5 millones de visitas en YouTube.

Sus características les convierten en carne de cañón y más que probable "fenómeno fan". "Si las chicas se empiezan a volver locas, y espero que así sea, significará que estamos haciendo las cosas bien. De hecho, ya estamos sintiendo el calor de la gente", proclama Martín, hermano de Andrés.

El 20 de noviembre celebrarán su primer concierto en la sala Barts de Barcelona y el 27, ya en casa, pisarán el escenario de la sala Joy Eslava, a la espera de la llamada del éxito y, por qué no, también la de Dani Martín.

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