Una exposición en Tokio celebra los 45 años de carrera del diseñador japonés Issey Miyake

Una exposición en Tokio celebra los 45 años de carrera de Issey Miyake, el conocido diseñador japonés que prefiere considerarse a sí mismo como un artesano e inventor de ropa.

Las tres salas del monumental National Art Center de Tokio desvelan su particular estilo, desde las túnicas tatuadas hasta los plisados exuberantes de la célebre colección "Pleats please" ("Pliegues, por favor"), pasando por los vestidos con cuadros geométricos.

Todos ellas, piezas que ofrecen una "segunda piel", que liberan el cuerpo y quieren llegar al mayor número de personas posible, según su creador, de 77 años.

Su historia empezó en mayo de 1968, en París, donde Miyake, de 30 años, que llevaba tres en la capital francesa estudiando alta costura, descubrió la revuelta de la juventud.

"Eso cambió completamente su visión", explica a la AFP Midori Kitamura, presidenta del Miyake Design Studio, en la entrada de museo, que espera alcanzar los 100.000 visitantes hasta el cierre de la exposición, el 13 de junio.

"Fue un choque ver a esos jóvenes luchar con tanta energía para tener más libertad. A partir de ese momento quiso crear ropa para todo el mundo", explica.

El resultado fueron vestidos cómodos, fáciles de llevar, transportar y mantener, piezas "únicas" cuyo objetivo era "facilitar la vida de las mujeres".

Desde que creó su estudio en 1970 y organizó su primer desfile en París en 1973 "intenta revolucionar las convenciones", según Kitamura. "Issey Miyake no compra el tejido donde lo compran los creadores, lo fabrican partiendo de cero".

Frente a la luz de los podios, el creador prefiere el relativo anonimato de su laboratorio, donde trabajan juntos investigadores jóvenes y profesionales experimentados, algunos de los cuales llevan con él más de 40 años.

Su misión es reinventar materiales tradicionales, explorar nuevos tejidos, imaginar tecnologías innovadoras, un trabajo de décadas que busca apariencias sorprendentes, entre movimiento y escultura.

El hilo conductor de la exposición es la creación de piezas a través de un único trozo de tela, en lo que Kitamura describe como "una búsqueda creativa y ética".

Según el exministro francés de cultura, Jack Lang, que vino a Tokio a la inauguración de la exposición, Issey Miyake es un "arquitecto de la pureza", como recogen las fotografías de sus creaciones hechas por el estadounidense Irving Penn.

"Mi papel no es transmitir la cultura japonesa. No quiero dejarme encerrar en un estrecho marco, me intereso también por las tradiciones de India, de Filipinas, de Tailandia", explicó Miyake a mediados de marzo en la presentación de la exposición.

Sin embargo, su vida ha estado marcada por uno de los capítulos más negros de la historia de Japón, la bomba atómica que el 6 de agosto de 1945 estalló en Hiroshima. El creador, nacido el 22 de abril de 1938, vivía entonces en la zona.

"Su equipo intenta no abordar la cuestión, es algo tabú", explica Midori Kitamura. En los últimos años, no obstante, ha empezado a hablar de la cuestión en nombre de "la responsabilidad personal y moral en tanto que superviviente".

"Cuando cierro los ojos, todavía veo cosas que nadie debería vivir: una luz roja cegadora, una nube negra poco después, gente que corre en todas las direcciones intentando escaparse desesperadamente. Me acuerdo de todo eso", dijo Miyake en 2009.

Su madre falleció tres años después como consecuencia de la radiación y él sufrió graves dolores por una periostitis.

Sin embargo, nunca quiso considerarse como un "pika-don", el nombre que se utiliza en Japón para la explosión nuclear. "Me parecía ridículo utilizar la bomba atómica como excusa", explicó en una entrevista al periódico Yomiuri Shimbun.

Hace algunos años, Issey Miyake había pedido a Barack Obama que visitara Hiroshima, algo que podría ocurrir en la próxima cumbre del G7 en Japón, a finales de mayo.

Mostrar comentarios