Guiseppe Catozzella: "La historia de la atleta Samia Yusuf Omar es luminosa"

  • Irene Dalmases.

Irene Dalmases.

Barcelona (España), 21 sep.- Desde que el italiano Guiseppe Catozzella conociera la "luminosa" historia de la atleta somalí Samia Yusuf Omar, fallecida en una patera cuando pretendía llegar a Lampedusa en 2012, supo que un día escribiría un libro sobre ella, "Correr hacia un sueño", que ahora se publica en español.

En una entrevista con Efe, el escritor rememora que en agosto de 2012 se encontraba en Kenia para otro proyecto cuando le explicaron la peripecia vital de Samia, una chica que siempre quiso correr en unos Juegos Olímpicos, lo que consiguió en Pekín 2008, con apenas 17 años, y que no pudo repetir en Londres, porque murió ahogada en el Mediterráneo en su intento de llegar a Europa, huyendo de su país.

En su novela (Grijalbo/Sembra llibres) Catozzella narra su vida a partir de los recuerdos de su hermana Hodan -residente en Finlandia- y de otras personas que la conocieron, como la periodista estadounidense Teresa Krug, de Al Jazeera English, a la vez que hace un retrato de la situación de Somalia, marcada por la guerra y la violencia.

El también filósofo comenta que junto a la mediadora Zahra Omar pudo contactar en febrero de 2013 con Hodan en Helsinki, quien en principio se resistía a ahondar en la historia de su hermana, con quien siempre se llevó muy bien.

"En una primera visita -relata- empezamos a hablar, pero Hodan se puso a llorar y no podía parar. Yo me sentí muy tonto por tener metida en la cabeza la idea de un libro sobre ella, alguien muy alejado a mí, y le dije que era mejor dejarlo".

Sin embargo, se puso a jugar con sus hijos y cuando ya se iba le confesó a ella que como italiano se sentía responsable de lo que le había ocurrido a Samia y que lo que intentaba era poder transmitirlo al mayor número de personas posibles.

Tras este diálogo la hermana accedió a contar la historia y, a partir de ese día, empezaron a reunirse durante largas horas. "Hodan abrió las puertas de la historia de Samia, una bellísima historia de coraje, luminosa, de una chica que persiguió un sueño hasta conseguirlo", apunta.

Precisamente Catozzella, que ha visto traducir la novela a 22 lenguas y que sólo en Italia lleva más de 100.000 ejemplares vendidos, destaca que este trabajo le ha cambiado profundamente como escritor como persona.

"Como escritor -prosigue- me ha dado la oportunidad de poder utilizar mi corazón al cien por cien y en mi vida ahora veo que no soy tan frío como antes".

También le ha mostrado que "en la vida vale la pena dejarlo todo por un sueño y que a veces lo que es una frase retórica se acaba convirtiendo en algo real".

Por otra parte, advierte que no quiere aleccionar a nadie con la novela, ni dar ningún mensaje a los lectores, pero cuestiones como la gravedad de la guerra, el fundamentalismo o los problemas de la inmigración van apareciendo.

Aunque no estuvo en Somalia hasta este año, porque era peligroso viajar allí sin el apoyo de instituciones como la ONU, dice que a la hora de recrear la historia familiar o las diferentes personas que acompañaron a Samia en su vida ha echado mano de su oficio de escritor, además de ayudarse con fotografías o vídeos.

En este punto, asevera que cuando en las primeras presentaciones del libro en Italia le decían que habría gente de Somalia que sufría por si no encontraban "veraz" lo que relataba, varios de ellos le dijeron que con sus palabras les había devuelto a su país.

Por otra parte, no esconde que una persona clave en la vida de Samia fue su padre -que murió asesinado en Mogadiscio- alguien adelantado a su tiempo, que permitía correr en pantalón corto a su hija, y que, según Catozzella, hay que ver "como una enorme secuoya, un árbol protector, que la impulsó a ser ella misma".

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